Los movimientos populares y el FMI: un gran debate para un gran mal

✊ Hasta no hace mucho enfrentaban todos juntos al FMI, incluso a los piedrazos. Ahora, los movimientos populares forman parte de la discusión institucional respecto del acuerdo que impulsa el Gobierno. Qué piensan el Evita, la CCC, el MTE y otras organizaciones, y cómo votaran sus diputados este jueves.

Leer

En el 2001 la militancia nacional y popular la tenía clara: al FMI se le tiraban piedras.

¿Llegaba una misión del Fondo? Había un escrache. Cuando Bill Clinton vino a Buenos Aires invitado por Carlos Menem (la noche terminó con 206 detenidos), una columna de cuatro cuadras fue a repudiarlo con banderas de “Fuera Clinton y el FMI”. 

Hoy no es tan fácil. 

Para los movimientos populares -con excepción de los vinculados a la izquierda, claro-, este acuerdo con el organismo internacional obliga a preguntarse por el rumbo y a repensar estrategias. En el movimiento nacional (incluida lo que hoy es su expresión territorial más fuerte, la UTEP) lo están haciendo con posturas diferenciadas. 

Adentro y afuera

Alineado con Alberto Fernández, el Movimiento Evita respalda la firma del acuerdo, con una decisión pragmática. En el debate el Evita se paró así del lado de adentro del Congreso, aunque sus referentes (Emilio Pérsico, Gildo Onorato) no piensan en aparecer por el recinto para ofrecer mansamente su cabeza a una foto.

La presencia de los movimientos populares estaba anunciada para el tratamiento en comisiones. Por eso se especuló sobre quiénes concurrirían; pero finalmente ningún referente territorial del Evita apareció. Lo mismo se aplica a Somos Barrios de Pie: su figura más pública, Daniel Menéndez, tampoco estuvo entre los expositores en el plenario de las Comisiones de Diputados que debaten el acuerdo, como en cambio sí participaron representantes de PyMes y del movimiento cooperativo. 

La CCC eligió el lado de afuera, el de la calle, y marchó contra el proyecto. Así, se sumó a la marcha contra el FMI convocada por la CTA Autónoma.

No fue novedoso: durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, la Corriente Clasista y Combativa fue parte de la oposición, la CTAA también y las dos compartieron planes de lucha. Hay años de recorrido en común antes de que se acercaran al Frente de Todos. 

En cambio, sí es nuevo que la Unión de Trabajadores de la Tierra haya decidido ir a la movilización. Como organización, con sus Verdurazos, la UTT se hizo visible en la protesta callejera, pero no estamos acostumbrados a verla a marchar contra el FMI. La razón es que nació en 2010, cuando el Fondo no tenía injerencia sobre la Argentina. Tras el pago de la deuda que hizo Néstor Kirchner en 2006, el Fondo estuvo fuera de escena hasta que Macri lo volvió a traer en 2018. 

Juan Grabois y el Frente Patria Grande (al que pertenecen las organizaciones MTE, el Frente Darío Santillán y Nuestramérica) hicieron el gesto más disruptivo entre los movimientos del campo popular. Anunciaron que sus tres diputados no votarán a favor del acuerdo con el FMI. Contra los argumentos de que el acuerdo con el Fondo permitirá a la economía argentina crecer y así pagar, salir del pozo y mejorar el empleo, Grabois señaló que si no se resuelven los problemas reales de los argentinos (techo, trabajo y tierra) “lo único que va a crecer es el neofascismo”. 

2018: Organizaciones politicas y sociales se movilizan a la sede del Banco Central para oponerse al acuerdo con el FMI y a la visita de su titular Christine Lagarde. Foto NA: DAMIAN DOPACIO.

Argumentos  

¿Cuál es el piso de esta nota, el sostén en el que está apoyada? La noción de que los movimientos populares son producto del orden neoliberal. Nacieron del neoliberalismo. Si existen y permanecen a pesar del paso de las décadas y los gobiernos no es por el gusto de cortar calles o pedir planes sociales, sino porque Argentina tiene 12 millones de trabajadores y trabajadoras sin patrón visible: la mitad lo hace en la informalidad o en el cuentapropismo. Y esto es a consecuencia de un proceso de deterioro del mercado laboral que se inició en el ‘76, cuando la Dictadura vino a imponer un orden -el neoliberal- que, en lo más estructural, los gobiernos democráticos nunca revirtieron. 

Tenemos una economía periférica, dependiente, desregulada, extranjerizada. ¿Qué horizonte le abre este acuerdo con el FMI a los excluidos del mercado de trabajo?

Los argumentos del Movimiento Evita: “Es un acuerdo que genera un plazo de tiempo para que el crecimiento económico impacte en la redistribución. Nos da una posibilidad de estabilizar la economía, es una ventana de tiempo para mejorar todos los indicadores sociales. Esa estabilidad es exigida también por los más pobres porque hace 20 años que venimos de crisis en crisis, y cada crisis empeoró las condiciones de los sectores populares”, dice Gildo Onorato. Sus ejes: ganar tiempo y mejorar la distribución. 

Grabois no lo comparte. Sí la necesidad de ganar tiempo, pero no el pronóstico esperanzado de que el gobierno va tener las manos sueltas para impulsar un crecimiento con inclusión. 

La lectura que hacen en el MTE, el Frente Darío Santillán y Nuestramérica fue expresada en un documento. “La apelación al pragmatismo a veces resulta lamentable. La mayoría aquí somos pragmáticos: tenemos que ser prácticos para enfrentar los problemas de los espacios donde luchamos cotidianamente: los barrios, las cooperativas, la ruralidad pobre, las universidades, las escuelas y hospitales. A veces, desde el centro de poder, se confunde pragmatismo con una adaptación mediocre al status quo, la pérdida de creatividad y de pensamiento propio”, plantearon allí. 

Juan Grabois y los diputados Federico Fagioli, Itai Hagman y Natalia Zaracho, este miércoles de 9 de marzo de 2022, juntos en rechazo al acuerdo.

El texto agrega: “Somos pragmáticos. Planteamos la adopción del salario básico universal como una medida para mitigar los daños del acuerdo en la población más vulnerable, eliminando la indigencia y reduciendo fuertemente la pobreza. Estuvimos dispuestos incluso a reconsiderar nuestra posición si el acuerdo era sin hambre. Nada de eso fue evaluado”. 

¿Quién más queda en el campo de las organizaciones populares? De los no mencionados hasta ahora, algunos movimientos históricos como el de Fábricas Recuperadas. Su titular, Eduardo Murúa -el Vasco- fue denunciante de la deuda externa ante la Justicia. Hoy dice: “Pensar la deuda significa entender cómo funciona el Departamento de Estado norteamericano, que partir de saber que el gobierno macrista perdía las elecciones mandó a su aparato paraestatal, el JP Morgan, a iniciar la fuga, a la vez que esperaban a (el entonces ministro de Economía, Nicolás) Dujovne con los papeles listos para otorgar más deuda que serviría, como sirve hoy, para condicionar a nuestro gobierno”. 

“Pensar la deuda es pensar en el peor error de la historia del pueblo argentino, que fue votar al enemigo para que lo gobierne. Pensar la deuda es confiar en que a pesar de los condicionamientos de este acuerdo, que condicionará el crecimiento, el pueblo y los dirigentes vamos a estar a la altura de, por lo menos, resolver la distribución de la riqueza”. 

Eduardo Montes, de la Fetraes, ve en cambio “una lamentable contradicción” entre el acuerdo con el FMI y las urgencias sociales de la Argentina. “La deuda fue fugada por los mismos de siempre. Se corresponde con una visión de país para unos pocos. Y, en ese sentido, es opuesta a los intereses de la clase trabajadora”.

Marcha contra el acuerdo del gobierno de Alberto Fernández con el FMI, 9 de marzo de 2022.

Esta es la foto de hoy, marzo de 2022. El acuerdo con el FMI, claro, es de una implicancia tan enorme que su debate no va a terminar en la aprobación o rechazo del Congreso. Va a salir del recinto y a movernos el piso. Que la foto permanezca así por mucho tiempo es, de todos los pronósticos posibles, el que menos se puede esperar.

Otros testimonios 

¿Qué dicen en la CCC? “No voy a militar un nuevo ajuste para el pueblo, me estaría contradiciendo con lo que siempre he luchado”, plantea Juan Carlos Alderete. Figura histórica de la Corriente Clasista y Combativa, Alderete es diputado nacional del Frente de Todos. “No nos podemos callar la boca con esto, porque encima está la oposición que nos dice qué tenemos que hacer cuando son responsables del endeudamiento. Juegan a la crisis y quieren voltear al gobierno”

Agustín Suárez, vocero de la UTT: “La Argentina va a quedar condicionada por una o dos décadas. La situación social es compleja y la situación política también. Nosotros creemos que en la salida de la pandemia lo primero que hay que hacer es contener a la población y el pago de la deuda tiene que estar atado a saber qué es lo que pasó con la otorgación del crédito durante el gobierno de Macri, antes de refinanciarla”. 

Compartí

Comentarios