Esta semana en la apertura de las sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández anunció que enviará al Congreso un proyecto de ley para crear un sistema integral de cuidados y otro para establecer licencias parentales igualitarias para ma-padres gestantes y no gestantes, así como también para aquellas personas que adoptan une hije y que estén en relación de dependencia, sean trabajadores autónomos o monotributistas.
“Los objetivos de las licencias igualitarias son mejorar la distribución del cuidado; mejorar el cuidado que reciben les niñes; mejorar los derechos de cuidado de los varones, de familias diversas y ya adoptantes que hoy no tienen derecho a cuidar y reducir la diferencia que hay para mujeres y personas LGTBI+ en el mercado de trabajo”, dijo a El Grito del Sur Lucía Cirmi Obón, directora nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad.
En Argentina, la ley de Contrato de Trabajo establece que las mujeres que trabajan en relación de dependencia tienen una licencia por maternidad de 90 días, mientras que los padres tienen apenas dos. Las parejas del mismo sexo o ma-padres adoptivos no están contempladxs.
“En el país hay un mosaico regulatorio cuando se trata de licencias. Una cosa es la ley de Contrato de Trabajo, que en algunos casos pueden ser mejorados por los convenios colectivos de trabajo o por la disposición de empresas privadas. A veces depende incluso de en qué provincia, municipio o actividad trabajes. Hay una cantidad de regímenes enormes y dispares, lo que hace que sea inequitativo y arbitrario el acceso al tiempo. Es necesario homogeneizar y tener un piso mínimo sin importar cuál sea tu condición de empleo”, señaló Natalia Gherardi, directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA).
Igualitarias y obligatorias
Ambos anteproyectos ya se encuentran en Presidencia, donde se les están dando los “detalles finales” antes de ser enviados al Congreso de forma simultánea. Si bien todavía no está definido el texto, la cantidad de días de licencia se ampliarán para “crecer paulatinamente a licencias igualitarias”.
“Se contempla la diversidad de la familia, que la licencia sea bancada por la seguridad social (actualmente los dos días de los varones son cubiertos por el empleador) y que tenga el grado de obligatoriedad -explicó Cirmi Obón-. Porque cuando los regímenes de los varones son opcionales o transferibles se ve que en general ellos no los toman. En muchos casos, las empresas no contratan mujeres porque piensan que en algún momento van a tomarse licencia y faltar mientras que los hombres no. Entonces tenemos que decir que ambos se van a tomar licencia”.
“Estos dos proyectos forman parte de una agenda en contra de la pobreza. Vemos año a año que permanece la desigualdad y hay cosas para hacer. Estas dos propuestas son parte de eso porque además de reducir la discriminación en la empleabilidad, también lo hace en los ascensos: hay un techo de cristal porque hay una idea de que los cargos de responsabilidad son para personas siempre disponibles. Si los varones asumen responsabilidades de cuidados, cambia ese modelo”, agregó la funcionaria.
Datos, no opinión
Para realizar un diagnóstico y luego abordar la problemática del cuidado, desde el Gobierno nacional conformaron una mesa interministerial, elaboraron un Mapa Federal de Cuidados -que contiene información sobre organizaciones, instituciones educativas y servicios que brindan cuidados o formación en cuidados- y crearon el programa Registradas para fomentar que se formalicen las relaciones laborales con empleadas de casas particulares.
“Son una de cada cinco mujeres y explica el 25 por ciento de la informalidad -apuntó Cirmi Obón-. Cuando vemos los temas que históricamente nos preocupan, como la pobreza, la desocupación, los jóvenes ni ni, cuando se miran bien esos números está lleno de mujeres cuidando, sean remuneradas o no. Distribuir los cuidados es atacar la pobreza, por eso en este contexto tan difícil estamos hablando de este tema”.
Según un informe elaborado por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, la distribución del Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) es “estructuralmente desigual”: 9 de cada 10 mujeres realizan estas tareas, que significan en promedio 6,4 horas diarias y dedican tres veces más que los varones.
Comparadas con el resto de las actividades, las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas son el sector más importante de la economía: antes de la pandemia representaban casi el 16 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y, a partir de la pandemia, pasó a ser el 21,8 por ciento.
(EPH-INDEC, 3er trimestre 2013) en población de 18 años y más, EPH-INDEC y Avance del Nivel de Actividad –
INDEC, 4to trimestre y proyecciones de población 2020 del CENSO 2010-INDEC.
Cuidar en igualdad
ELA y Unicef impulsan la campaña “Derecho al Cuidado” para concientizar sobre esta problemática y la necesidad de reformar la ley. Gherardi incluso fue la única representante de la sociedad civil que participó en la comisión asesora para la redacción del anteproyecto de ley del Sistema Integral de Cuidados.
“Lo cierto es que hay que avanzar en licencias parentales y en licencias de cuidado de miembros de la familia más extensas, porque el cuidado dura mucho más que los primeros años de la infancia -afirmó la directora ejecutiva de ELA-. Que eso pueda ser distribuido equitativamente colabora no solo a la distribución del trabajo de cuidado, sino que cambia la perspectiva de que las mujeres somos las únicas responsables del cuidado”.
Y en el mismo sentido de manifestó Cirmi Obón: “Las personas van a tener hijos, todos van a tener que cuidar de alguien en algún momento. Todos recibimos cuidados y todos cuidamos de alguien. El modelo de que alguien no tiene que cuidar es lo que se va a caer”.
