El Metrobús, una topadora de árboles

🌳 Vecinos y vecinas de San Telmo denunciaron que el Gobierno porteño taló al menos 70 árboles para abrirle paso al Metrobús del Bajo, sin que se presentaran estudios de impacto ambiental. Pidieron informes en la Legislatura porteña y exigen modificar la ley vigente.

En la Ciudad de Buenos Aires, cuidar un árbol se convirtió en un acto militante. Vecinos y vecinas de San Telmo denunciaron esta semana que el Gobierno porteño taló unos 70 árboles en lo que va del año para abrirle paso al segundo tramo del Metrobús del Bajo. La tala arrasó con Fresnos, Jacarandás, Eucaliptos y Plátanos de la Avenida Paseo Colón y algunas calles adyacentes, como Humberto Primo. “Cuando empezaron las mutilaciones nos organizamos para que den una explicación sobre la aberración ambiental que estaban haciendo y aún no obtuvimos respuesta. Así que optamos por hacer campañas de concientización para intentar frenar esta locura. La gente está empezando a responder porque además lo que estamos viviendo nosotros ya pasó en otros barrios anteriormente, sea por un Metrobús o por otro negociado que incluye el cemento, y se está empezando a ver que es un crimen ecológico y que va a afectar nuestra calidad de vida”, contó a El Grito del Sur Bárbara Nascimento, una de las vecinas organizadas en “Árboles de San Telmo”. 

El Gobierno porteño ya había advertido que talaría unos 68 árboles “que se afectan/extraen” para abrirle paso al Metrobús, según consta en los anexos del proyecto de la obra, pero los vecinos denuncian que fueron muchos más. “Incluso avanzaron sobre calles adyacentes, como Humberto Primo, y todavía no entendemos por qué. Claramente no hacía falta. Es una agresión al ambiente totalmente innecesaria, que termina impactando en el conjunto”, dijo Bárbara. 

De acuerdo al proyecto que hizo público la Dirección General de Restauración Ecológica y Recomposición Ambiental de la Secretaría de Ambiente porteña, en el entorno del Metrobús, luego de la tala, “se sumarán 28% más de árboles respecto a lo existente”, de 380 a 485 árboles. Pero el problema, según la organización “Basta de Mutilar”, que cuenta con especialistas y activistas ambientales que vienen denunciando la misma situación desde hace años en casi todos los barrios porteños, es que los nuevos árboles plantados “no se sabe si se desarrollarán” y que, aún en ese caso, “ofrecen beneficios reducidos en comparación con árboles grandes”. Mientras tanto, advirtieron, los vecinos quedan “expuestos a una peor calidad del aire, a mayor exposición a los rayos UV dañinos, a mayores temperaturas y más riesgos de inundaciones”. Al respecto, el Ejecutivo de Horacio Rodríguez Larreta todavía tiene en el debe presentar el estudio de impacto ambiental de la obra.

La misma organización, además, hizo un relevamiento sobre los nuevos árboles plantados en Costanera Sur, en el Paseo del Bajo y el Parque Tres de Febrero, y se encontraron con que al menos el 60 por ciento se secó pasados poco más de dos años. 

Tala en Paseo Colón y Humberto Primo

El reclamo de los vecinos llegó a la Legislatura porteña, donde fue presentado un pedido de informes con la firma de Laura Velasco y Maia Daer, legisladoras del Frente de Todos, con el objetivo de conocer hasta dónde llega la tala, qué especies se perdieron y por qué en vez de matarlos no se intentó, de mínima, trasladarlos. Fue votado sobre tablas en la sesión de este jueves. 

“Los árboles no se reemplazan tan fácil. Las organizaciones como Basta de Mutilar plantean que los beneficios ambientales de los árboles frondosos no tienen comparación con los recién plantados. En ese sentido no entendemos por qué no se modificó la traza del Metrobús o no se intentó trasplantarlos. Es algo que se viene repitiendo en toda la ciudad y es muy grave, en el marco de la crisis ambiental que estamos teniendo no se tenga en cuenta”, dijo a este medio Laura Velasco, que tiene presentado un proyecto para modificar la ley de arbolado público vigente. “Hoy, cualquier obra pública que se haga no tiene en cuenta el cuidado del arbolado. Además, apenas el 5 por ciento de lo que se destina en el marco de la ley es para cuidado”, agregó. 

En febrero del año pasado, el juez en lo Contencioso Administrativo Guillermo Scheibler le ordenó al Ejecutivo porteño que “se suspenda todo tipo de actividad de poda y tala de árboles” hasta tanto no implemente “un sistema informático de acceso libre, gratuito y público que contemple la totalidad de las acciones correspondientes a la gestión del arbolado público”, que “permita seguir la trazabilidad de cada uno de los ejemplares y posibilite a la ciudadanía controlar y verificar en tiempo real” qué se tala y dónde. El Gobierno porteño apeló la medida, pero el fallo quedó firme. De todos modos, de la prohibición quedó excluida la obra pública. El Ejecutivo respondió con un plan para supuestamente plantar “16 mil nuevos ejemplares” a lo largo de 2021, del que todavía no rindió cuentas. 

Según la OMS se necesita, idealmente, al menos un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades grandes. De acuerdo con un estudio de la UBA de 2019, Buenos Aires necesitaría casi medio millón de árboles más para cumplir esa meta.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.