Reci茅n empez贸 la primavera, pero todav铆a sopla un fresco potente. En el aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de 42 personas se dispone a abordar el vuelo de Aerol铆neas Argentinas que los llevar谩 a R铆o Gallegos. Es un viaje corto, no m谩s de dos horas. Pero lo que debiera ser una traves铆a de rutina se convertir谩 en una gesta heroica y soberana. Pasada la mitad del vuelo, cuando la aeronave sobrevuela la localidad santracruce帽a de San Juli谩n, dos j贸venes armados de no m谩s de treinta a帽os se levantan de sus asientos para entrar a la cabina del piloto. Se enciende la radio y el anuncio no sugiere abrocharse los cinturones ni reclinar los asientos. 隆El avi贸n est谩 tomado! Es 29 de septiembre de 1966 y un grupo de 18 militantes acaba de apoderarse del Douglas DC4 de Aerol铆neas que desembarcar谩 en Malvinas para izar la bandera nacional y cantar el himno.
Podr铆a ser un cuento de Osvaldo Soriano: un periodista, una dramaturga, cuatro metal煤rgicos y algunos estudiantes, todos ellos militantes nacionalistas, secuestran un avi贸n comercial con el objetivo de desembarcar en Malvinas. Izan el pabell贸n nacional, toman como rehenes a algunos isle帽os -incluido el jefe de polic铆a-, y exigen al gobernador de las Islas reconocer la soberan铆a argentina sobre las mismas. Entre los pasajeros est谩n el gobernador argentino de Tierra del Fuego, Ant谩rtida e Islas del Atl谩ntico Sur y un invitado estrat茅gico: el periodista H茅ctor Ricardo Garc铆a, due帽o del diario Cr贸nica, que viaj贸 hasta all铆 con una c谩mara de fotos y la primicia, con la estrat茅gica tarea de cubrir la gesta.
Liderados por Dardo Cabo -periodista, metal煤rgico y que luego dirigir铆a la revista El Descamisado-, el grupo cambi贸 el rumbo del avi贸n, elev贸 la altitud de vuelo y rumbe贸 para el Atl谩ntico Sur. Llevaban armas y banderas y hab铆an asumido la tarea de rebautizar el lugar de aterrizaje como Puerto Rivero, en homenaje al gaucho entrerriano que en la invasi贸n de 1833 resisti贸 la ocupaci贸n brit谩nica de las Islas.

Las ma帽anas de los kelpers suelen ser tranquilas. El balido de una oveja, el silbido del viento y pocos eventos m谩s interrumpen la calma isle帽a. Pero esa ma帽ana hubo un aterrizaje estruendoso, fuera de pista y un grupo de personas desembarc贸 con sogas y despleg贸 siete banderas argentinas en la proa del avi贸n. Los colonos sorprendidos se acercaron a ver lo que suced铆a. Cuando llegaron, la curiosidad mat贸 al gato: algunos de los ingleses, entre ellos el jefe de Polic铆a y el jefe de Marines, fueron tomados de rehenes. El Operativo C贸ndor comenzaba a tomar volumen y los militantes cantaron el himno en suelo patrio bajo dominio ingl茅s.
La tensi贸n se extendi贸 por varias horas. Una postal antiimperialista en plena d茅cada del sesenta. Mientras todo esto suced铆a, en el continente el dictador Juan Carlos Ongan铆a -que hab铆a ocupado la presidencia apenas tres meses antes- se reun铆a con el Pr铆ncipe Felipe, consorte de la reina brit谩nica.
No pas贸 mucho tiempo hasta que la aeronave que alojaba a los militantes fue rodeada por tropas inglesas con jeeps, metralletas y a la espera de la instucci贸n de disparar. Sin intenci贸n de rendirse, el comando argentino solicit贸 la presencia del cura Rodolfo Roel, un p谩rroco que ofici贸 una misa y asumi贸 la compleja tarea de mediar en el conflicto. Al atardecer del 1潞 de octubre, dos d铆as despu茅s del desembarco, la totalidad de los militantes fueron trasladados a la nave ARA Bah铆a Buen Suceso, que los llevar铆a nuevamente hasta territorio continental.

A su regreso, Dardo Cabo entreg贸 las banderas argentinas al gobernador Jos茅 Mar铆a Guzm谩n. 芦Se帽or gobernador de nuestras islas Malvinas, le entrego como m谩xima autoridad aqu铆 de nuestra patria, estas siete banderas. Una de ellas flame贸 durante 36 horas en estas Islas y bajo su amparo se cant贸 por primera vez el Himno Nacional禄, sentenci贸 el militante nacionalista.
Al voler, los integrantes del Operativo Condor fueron juzgados por su acci贸n. La mayor铆a estuvieron detenidos durante los 9 meses que dur贸 el proceso judicial, pero Cabo junto a Alejandro Giovenco y Juan Carlos Rodr铆guez tuvieron que cumplir tres a帽os de condena debido a que contaban con antecedentes penales. Ya incorporado al peronismo revolucionario, Dardo Cabo fue asesinado en 1977 por la 煤ltima dictadura c铆vico militar.
Actualmente, los siete pabellones patrios que flamearon durante dos d铆as en las islas Malvinas se encuentran distribuidos en distintos lugares simb贸licos del territorio nacional: en el Sal贸n de los Pasos Perdidos del Senado Nacional, el patio Islas Malvinas de la Casa Rosada, en el Museo del Bicentenario, en la Bas铆lica de Itat铆, en la Bas铆lica de Luj谩n, en la ex ESMA y la 煤ltima en el mausoleo del expresidente N茅stor Kirchner en el cementerio de R铆o Gallegos. Sin dudas, m谩s temprano que tarde, una de esas banderas volver谩 a flamear en las Islas Malvinas.