Ganan los radicales y el Rectorado, se camporiza la oposición y retrocede el troskismo. Las elecciones en la Universidad de Buenos Aires finalizaron con una esperable victoria de los oficialismos que, sin embargo, dejó algunas sorpresas. El primer resultado es harto conocido: los centros de estudiantes alineados con las gestiones de sus respectivas Facultades tienden a revalidar su proyecto político. Y más aún si están en línea con el Rectorado.
En Medicina (74,58%), Económicas (72,14%), FADU (60,03%), Psicología (59,2%) y Derecho (54,2%) ganaron por amplio margen las opciones del reformismo referenciadas en la UCR CABA y alineadas con el Rectorado. En las primeras tres se amplió el margen de diferencia respecto a la última elección: en Medicina, los morados sacaron 63 puntos de diferencia sobre su competidor inmediato, en Económicas 66 y en Psicología más de 35. Primera conclusión: donde gobiernan los radicales, alineados con el Decanato y el Rectorado, parece muy difícil sacarlos. Mención aparte para Odontología, donde el AFO (oficialismo encuadrado con los radicales) obtuvo el 95% de los votos.
Sin embargo, no sucede lo mismo en Derecho, donde la Franja Morada y el Partido Socialista debieron unirse para sostener la conducción del centro de estudiantes. Allí, el peronismo (Centeno + Acción Colectiva) realizó su mejor elección desde el regreso de la democracia y se posicionó segundo con 37% plantando un escenario de disputa nunca antes visto en esa casa de estudios.
Pero el dato más interesante tiene que ver con la recomposición de la oposición estudiantil a Nuevo Espacio (UCR). Lo que durante casi 20 años fue territorio troskista (especialmente del Partido Obrero) ha ido mermando con el correr del tiempo para dar lugar a una opción nacional y popular. Hoy, la oposición a la Franja Morada en la UBA se kirchnerizó: La Cámpora ganó en soledad la Facultad de Exactas y en alianza con La Mella y el Evita refrendaron su triunfo en el Centro de Estudiantes de Filosofía. Pero además, la organización de Máximo Kirchner ocupó el segundo lugar en ocho facultades, desplazando al troskismo de lugares históricos: en Medicina, donde El Frente (PO) llegó a ser conducción del Centro, ahora la segunda fuerza es El Torrente (La Cámpora). Lo mismo sucedió en Económicas, donde Proyecto Económicas (La Cámpora) se ubicó segundo desplazando a las históricas referencias del MxE (PO) y SOS (La Mella).
El troskismo universitario está en crisis. Si bien sostuvo sus dos Centros (Veterinaria y Farmacia), quedó muy relegado en Facultades donde supo conducir centros de estudiantes durante muchos años: en Psicología sacó un 7,5%, en Sociales apenas arañó un 10%, en Exactas un 14,54% y en Medicina no llegó al 4%. La ruptura del PO (pese a que sigue siendo el espacio mayoritario dentro de la izquierda universitaria) generó la falta de una conducción clara del espacio. Esto se suma a la fragmentación que derivó de la emergencia del Nuevo MAS en espacios clave, como la Facultad de Filosofía, donde una hipotética suma matemática de los votos de Manuela Castañeira (9%) le hubieran permitido al troskismo hacerse con un centro de estudiantes estratégico por su historia de lucha y visibilidad.
En Sociales volvió a ganar la UES en el Centro de Estudiantes, aunque en Consejo se le complicó la cosa y terminó imponiéndose por apenas 68 votos. En Ingeniería el MLI también arrasó y se impuso con el 64,8% de los votos en una elección que dejó como sorpresa el segundo puesto del PRO que cosechó 12,2% de las adhesiones. El único centro que cambió de manos fue Agronomía, donde la agrupación LAI (derecha) se impuso sobre la alianza frentedetodista del FANA (Evita), La Mella y La Cámpora. El troskismo se ubicó tercero con 16% de las voluntades.
Una UBA radical con una oposición kirchnerista. La Franja consolidada y la alianza entre La Cámpora y La Mella como principal oposición. El troskismo pierde posiciones y discute sus equilibrios internos. Ganan el Rectorado y Emiliano Yacobitti y se ilusionan los kirchneristas con un futuro (no tan lejano) de una universidad Nac&Pop.
Mención final en este análisis para el flamante presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía, Christopher Loyola, seis años periodista de este medio popular, apasionado militante, cooperativista comprometido, periodista sagaz y (esperemos) mejor presidente.
