Lo dijo el Ministro de Desarrollo Territorial de la Nación, Jorge Ferraresi en el barrio “Las Talas”, ubicado al sur de la capital de La Rioja, adonde acompañó al gobernador Ricardo Quintela al acto de entrega de 95 viviendas, todas con tres dormitorios. La iniciativa elevó de 65 a 80 metros2 la superficie cubierta de cada vivienda social que entrega el Estado riojano, un cambio de paradigma a nivel nacional en lo referido a derecho a la vivienda. Para este año, el gobierno riojano prevé la entrega de mil casas más, todas con tres dormitorios, en lo que pretende ser la punta de lanza para un cambio de paradigma en materia de derecho a la vivienda.
Para el mandatario riojano, esta política merece incluso un cambio de denominación. “No queremos llamarlas más viviendas sociales, porque esa viene siendo una denominación discriminatoria. Para nosotros son viviendas, son hogares”, explicó Quintela. Esta mirada hecha realidad empezó a plasmarse al comienzo de su mandato, cuando el gobernador propuso subir el piso de dignidad en materia de derecho a la vivienda, e instruyó a su ministro en el área, Ariel Puy Soria, a gestionar la implementación de un modelo con tres dormitorios.
«No queríamos sacar las familias de un lugar de hacinamiento para llevarlo otro de iguales condiciones pero nuevo”, sostuvo Quintela a finales del año pasado, al momento de entregar las primeras casas con estas características. Pero el camino para llegar a estas viviendas no fue un lecho de rosas e implicó un esfuerzo de gestión, de recursos y consensos políticos, una tarea que empezó incluso antes de que comenzaran a construirse. En su fase inicial, Quintela debió buscar un acuerdo sustentable con las empresas constructoras y sindicatos de trabajadores de la construcción. Paralelamente, la iniciativa demandó de un férreo seguimiento político y técnico de las carteras nacionales por parte de funcionarias y funcionarios locales. En este punto vale decir que Quintela le reconoció al ministro de vivienda Jorge Ferraresi, haber estado a la altura política para evitar algunos impedimentos burocráticos, destacó su respaldo a la iniciativa y señaló que la cartera nacional posibilitó sacar adelante el proyecto planteado por la provincia sin mayores retrasos.
“Pan, Techo y Trabajo; Agua, Energía y Conectividad” es la consigan que el gobierno riojano ostenta y que ha marcado su impronta de gestión en los primeros años. Esta misma consigna también funcionó para movilizar el aparato estatal en su conjunto y gracias a la organización transversal de los organismos del Estado, La Rioja consiguió avanzar sobre el déficit habitacional heredado tras los cuatro años de Cambiemos y pese a las difíciles condiciones que imponía la pandemia.
El germen de esta impronta renovadora del gobierno tiene que ver con su sensibilidad para interpretar las necesidades, algo que pudo percibirse con el Plan Agenelli, de mejoramiento del hábitat, un esquema de trabajo modelo, que involucra diversos organismos del gobierno, incluidas las empresas estatales de servicios y que cuenta con un criterio federal, mediante el cual se abordó desde un principio el déficit habitacional tras los cuatro años de Cambiemos. El plan se focalizó en los barrios populares, nacidos como asentamientos, donde se realizaron o se ampliaron viviendas a tres dormitorios y se priorizó la radicación de todos los servicios contemplando los espacios comunitarios necesarios para el desarrollo de las familias.
