Salir de Puta, un documental sobre abolicionismo y trabajo sexual

🎞️ Mientras el multipremiado film renovó cartelera en el Cine Gaumont, El Grito del Sur habló con su directora, Sofía Rocha, sobre cómo fue la reconstrucción de los testimonios.

Abolir o regular, explotación o trabajo, sumisión o decisión. Entre dicotomías y contraposiciones, el debate sobre trabajo sexual es un parteaguas en el movimiento feminista desde hace décadas. Capaz de romper asambleas y enfrentar grupos que parecían afines, la problemática arde, incomoda y se reaviva constantemente sin dejar de tener claros y oscuros. ¿Qué pasa con la ley de Trata? ¿Y con el monotributo para trabajadoras sexuales? ¿Cuál es el papel del Estado? ¿Se puede hablar de consentimiento? 

Entre la zona roja y la manifestación feminista, Salir de Puta, la opera prima de Sofía Rocha, se adentra en lo profundo de la temática generando un relato coral sin hacer juicios morales. Con el ruido de los Encuentros Plurinacionales de fondo y las marchas del 8M como escenografía, Rocha evade el tono trágico para permitir que desfilen frente a la cámara desde sobrevivientes de prostitución hasta trabajadoras sexuales sindicalizadas. Entre las protagonistas Georgina Orellano, Laura Meza y Eneide Ruiz por parte de Ammar, Graciela Collantes, Delia Escudilla y Natalia Mitre por parte de Amadh (Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos), y Margarita Meira, de Madres Víctimas de Trata, hacen una radiografía histórica y un panorama actual del asunto.

Luego de renovar cartelera por una semana más en el Cine Gaumont, la directora del multipremiado largometraje habló con El Grito del Sur sobre el proyecto que comenzó como parte de la tesis y cobró vuelo propio. «Es claro que la policía sabe dónde están todos los prostíbulos encubiertos y es uno de los brazos ejecutores», asegura.

¿Cómo surge la idea de la película?

Cuando empezamos la película, yo ya venía participando hacía rato del movimiento de mujeres y feminismos. En los Encuentros Plurinacionales y las asambleas del 8M veía cómo éste era uno de los temas donde más costaba profundizar en las diferentes posiciones. En ese momento estaba por comenzar mi tesis y quería aprovechar el espacio para hacer un tema que me interpele. Por suerte conseguí un grupo de compañeros que se entusiasmó tanto con la investigación como en el desarrollo de la película. Después el encuentro con las protagonistas ya abrió todo un mundo.

¿Cómo fue buscar los testimonios?

Primero busqué a las referentes de las organizaciones, estuve googleando quienes habían dado notas y quienes se animaban a hablar, que es algo que cuesta mucho. A partir de allí, en las actividades de las diferentes organizaciones nos íbamos conociendo con gente y le contábamos que estábamos haciendo la peli y muchas veces se sumaban. Así recolectamos muchísimas historias. En base a cuáles podíamos seguir y dar un abordaje más profundo fue decantando quiénes iban a ser las protagonistas.

Elegiste poner intercaladas las voces y no dividir entre gente a favor y en contra del trabajo sexual. ¿Por qué?

Al principio hay una presentación de cada una de las organizaciones y su trayectoria y después los testimonios. Me interesaba intercalarlas porque es un debate que en vivo no se puede dar realmente. No solo con las protagonistas sino con cualquier persona que tenga una decisión tomada. En las asambleas se torna un tema muy álgido, entonces hacer un cuestionario común que relacionara las posturas, poder dialogar con ellas, utilizar los mismos ejes para dar dos puntos de vista ayuda a entenderlos llegando a las raíces.

Situás la película en las asambleas, en los Encuentros, en el territorio más que en lo académico o lo mediático. ¿Por qué?

Para hacer la película también entrevistamos a diferentes personas del campo académico e intelectual, pero decidimos que las protagonistas sean las que lo vivieron en carne propia. Si bien todo el contexto quedó y aparece reconstruido como marco legal o material de archivo, me interesaba que las protagonistas fueran las portavoces. Eso es lo que nutre el debate, que no es algo que solo atañe a la intelectualidad sino que está en el seno del territorio y en base a las distintas posturas, que son todas válidas, es que se puede pensar las políticas públicas que debe tener el Estado.  

¿Esperabas esta repercusión?

Siempre sorprende que un documental hecho a pulmón de forma independiente y con cuatro años de trabajo llegue al Gaumont y haya sido premiado en más de 15 festivales internacionales. Pero lo que más me gustó es que nos la hayan pedido organizaciones de todas partes, ya sea centros educativos como espacios vecinales de distintos puntos del país. Creo que esto demuestra que faltan herramientas que permitan ver la complejidad del tema. Hay un faltante, ya que por más que si bien las que militan hablan de esto todos los días no es algo tan común para la sociedad, por eso es necesario poner sobre la mesa que el tema existe y que nos tenemos que hacer cargo también.  

En ningún momento haces un juicio de valor. ¿Cambió tu posición acerca del trabajo sexual y la prostitución durante el rodaje de la película?

Nosotras abordamos el tema siempre con una mirada crítica, pero escuchando las vivencias e intentando ponernos en el lugar de las protagonistas. Creo que lo que nos cambió es entender que es un debate que se gesta en concreto y afecta a personas de carne y hueso. Descubrimos que, si bien las posturas son irreconciliables, hay ciertos problemas por debajo que las afectan a todas, por ejemplo que en Argentina no está penalizado el ejercicio autónomo de la prostitución pero aún rigen los Códigos Contravencionales que le permiten a la policía hacer abuso de su poder para con las trabajadoras sexuales. La reivindicación de la derogación de los Códigos Contravencionales la puede tomar cualquier persona, ya sea si considera que el trabajo sexual es un trabajo o piensa que es prostitución y debe abolirla. También es real que hay un montón de personas que quieren salir de la prostitución y no tienen posibilidad y ahí tiene que estar el Estado para ampliar el derecho de decisión. Después que hay que ser inflexibles con las redes de trata y proxenetismo y todo el entramado que tiene atrás. Entendimos que el tema es muy complejo en muchos niveles y para mi la conclusión es que es necesario exigirle al Estado que tome las riendas del asunto y que se siente con todos los sectores que son protagonistas del tema para ver cómo puede avanzar sin perjudicarlos. Es importante unirnos en eso porque hay un enemigo mucho más grande que son los sectores cómplices que quieren organizar un negocio y no quieren que la autonomía de quienes lo eligen prospere ni que aquellas que no lo elijan puedan alejarse de eso.

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El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.