«El Gobierno se dice nacional y popular, pero lleva adelante políticas de derecha»

🗣️ El dirigente del Polo Obrero habló con El Grito del Sur luego de la Marcha Federal. El impacto de la inflación, su mirada sobre el kirchnerismo y el rol de los movimientos sociales. "La UTEP integra un gobierno que está realizando un ajuste neoliberal", señala.

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De porte imponente y lengua filosa, el jueves pasado cerró la Marcha Federal frente a casi 200 mil personas que se reunieron para exigir trabajo genuino, aumento de salarios y reapertura de los planes sociales. Eduardo «Chiquito» Belliboni, histórico militante del trotskismo, es la voz del movimiento piquetero que no se alinea con el Gobierno y bajo ese paraguas su organización, el Polo Obrero, logró hacer confluir a los históricos MTR, a la fracción de Barrios de Pie que encabeza Humberto Tumini y a otras decenas de colectivos de izquierda que trabajan en todo el país. En diálogo con El Grito del Sur habló sobre la situación en los barrios, el impacto de la inflación, el rol de la UTEP y la política económica del Gobierno.

Desde el Bloque Piquetero convocaron una Marcha Federal que movilizó casi 200 mil personas. ¿Qué evaluación hacen de este evento y cómo sigue el plan de lucha?

La evaluación es que hemos logrado abrir un canal de lucha en un momento de muchísimo ajuste y muchos reclamos populares insatisfechos. De falta de trabajo, de comida, en una Argentina donde hay 50 por ciento de pobres y casi 6 millones de indigentes. La conclusión es que la Marcha es el resultado de caracterizar correctamente la situación que atraviesa el país y abrir el canal para que se pudieran expresar esas voces que desde la Quiaca a Ushuaia no se suelen escuchar. Vinieron delegaciones desde Río Grande hasta Jujuy y de todas las demás provincias. Ahí tenés una configuración de un mapa de reclamos comunes de la clase obrera argentina que en realidad representa la bronca popular de millones.

Al momento del acto central se conoció el dato de inflación de abril, que se ubicó en 6 por ciento. ¿Cómo impacta esto en los sectores desocupados o que no tienen un trabajo formal?

Impacta mucho más que en cualquier otro sector: primero por el nivel de ingresos pero también por el aumento de los alimentos, que es de casi el 9 por ciento y de 31 por ciento en el cuatrimestre. Para ingresos tan bajos como los de nuestros compañeros precarizados, el impacto es mucho mayor porque gran parte lo consumen en alimentos. La inflación para esos compañeros es del 31 por ciento en un cuatrimestre. Es un mazazo, un golpe a los sectores populares, pero que tiene un objetivo: porque el Gobierno recauda más y puede atender las exigencias leoninas del FMI.

Fotos: Camila Alonso Suárez

Esta semana se va a pagar el bono que anunció el Gobierno, luego de una discusión y de la presión de los movimientos populares oficialistas. ¿Cómo es su relación con el sector de la UTEP y cómo ves sus posiciones?

El Gobierno habrá anunciado el bono en reunión con alguna organización, pero el bono salió porque estuvimos en acampes y movilizaciones, no porque el Gobierno se reúna con los oficialistas. La UTEP está traicionando a su propia base: porque la función de un dirigente social es reclamar por los derechos de sus compañeros, no incorporarse a un gobierno que es ajustador en todos sus niveles y que ataca a esos compañeros con epítetos que los describen como gente que extorsiona, o que no quiere trabajar, que seríamos una carga. La UTEP integra un gobierno que está realizando un ajuste neoliberal en el sentido más clásico. Ellos deberían romper con el Gobierno, no rompen por sus razones pero traicionan a sus compañeros que están cobrando una miseria.

¿Cómo ves la propuesta de un salario universal que se presentó en Diputados esta semana?

Presentar un proyecto para que haya más subsidio no trae ninguna perspectiva de trabajo. Nuestro primer reclamo es el trabajo, no el subsidio a la desocupación. El salario universal es una política del Banco Mundial que pretende reemplazar el trabajo con un bono mensual -en un monto muy bajo- y que no está relacionado con el salario. El bajísimo monto que se prevé, una especie de IFE permanente. Y entonces estamos hablando de una crisis permanente que no tiene salida desde el punto de vista del propio oficialismo, que están planteando que la situación social grave en Argentina va a continuar por varios años. Nosotros queremos que cambie y que no tengamos que estar discutiendo nuevos subsidios para los desocupados.

Fotos: Camila Alonso Suárez

Se adelantó el aumento del salario mínimo luego de que Máximo Kirchner anunciara que presentaría un proyecto en este sentido. Algunas de las críticas del kirchnerismo coinciden con ustedes en materia de la negativa a firmar el acuerdo con el FMI y la oposición al ajuste fiscal. ¿Cómo ves el posicionamiento del kirchnerismo en este contexto?

El kirchnerismo está haciendo demagogia porque durante dos años de gobierno pagó la deuda con el FMI sin chistar. Estuvo a favor del acuerdo de Guzmán con bonistas privados. Pero como ahora ven que el Gobierno se hunde están en un sálvese quien pueda. Además, lo del Salario Mínimo Vital y Móvil es otro escándalo: ¿Por qué no salieron a decir nada cuando se reunió el Consejo del Salario, que integran muchos kirchneristas de la CTA, y fijó el salario en 35 mil pesos? Por debajo de la canasta de indigencia. ¿Lo escuchaste decir algo a Máximo Kirchner hace dos meses? Nada. Son maniobras de tipo electoral en función de posicionarse de cara a 2023. Asimismo, al kirchnerismo no lo vemos movilizado y luchando contra el ajuste. Hacen declaraciones, dicen cosas en el parlamento, pero La Cámpora no se movilizó contra el ajuste. Se movilizan para darle loas a Cristina Kirchner pero no contra el ajuste. Están haciendo politiquería barata para la interna pero no salen a luchar.

Crecen los discursos de la derecha en todo el país con una retórica antisistema. ¿Hay una autocrítica de la izquierda de no poder capitalizar ese descontento joven?

El que tiene que hacer una autocrítica es este gobierno y los sectores progresistas que apoyan a este gobierno o al kirchnerismo. La política del Gobierno es tan derechista que lleva a la gente a quitarle su apoyo. Se han dedicado a destruir el concepto de la lucha de los trabajadores por sus derechos. La CGT y la CTA están paralizadas, las organizaciones de Derechos Humanos están cooptadas por el Gobierno y, por lo tanto, no abren la boca. La izquierda sale a luchar contra Macri, contra este gobierno y también enfrenta a los Milei. Ahora, la responsabilidad del crecimiento de este sector hay que asignársela al gobierno que se dice nacional y popular pero lleva adelante políticas de derecha.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.