La lucha por el reconocimiento de la enfermería sigue encendida

👩‍⚕️ En el marco del Día Internacional de la Enfermería, enfermeros y enfermeras de la Ciudad de Buenos Aires se manifestaron para exigir el reconocimiento profesional y mejoras en los salarios. Crónica de una lucha que está más encendida que nunca.

Bombos, banderas y carteles. Esta es la imagen en los momentos previos a la “Marcha de Antorchas” en el marco del 12 de mayo, fecha en la que se celebra el Día Internacional de la Enfermería. 

Hoy la noche y el frío no son un obstáculo. Mientras suena La Ciudad De La Furia, les manifestantes se preparan para una nueva jornada de reclamo. Y es que esta no es la primera convocatoria: ya en dos oportunidades, enfermeras y enfermeros de CABA se movilizaron para pedir por mejores condiciones salariales y laborales. En la marcha del año pasado, pidieron por la inclusión de la enfermería en la ley 6035 que permitiría el reconocimiento en la carrera profesional de la salud y el pase a planta de los contratados. En ese momento también pedían un bono de 100 mil pesos.  

Son las seis y media de la tarde en las inmediaciones del Congreso Nacional, y la voz potente y clara de una enfermera comienza a agitar desde el camión que va a acompañar la marcha: “luchando en la calle, somos esenciales y también somos profesionales. Cuidate Larreta de las enfermeras, que paramos si no hay respuesta”.

Apenas diez minutos después de los primeros cánticos, dispuestas en una larga fila, bajo la mirada atenta de la prensa asistente y de algunos curiosos que pasan por el lugar, las enfermeras comienzan a encender las antorchas hechas de una caña larga con una lata en el extremo que contiene el fuego, símbolo de una lucha que lejos de apagarse, sigue ardiendo. 

Es una imagen imponente. El fuego de las antorchas parece tocarse con el cielo, iluminándolo, y el humo se disuelve en caprichosas formas hacia arriba en un atardecer de batalla. Las luces de la Avenida Rivadavia se mezclan con las del reclamo.

«Ya antes de la pandemia enfermería estaba en lucha, porque hay una ley que trata al personal de salud y le da ciertos beneficios y obligaciones, pero en CABA no se respeta y los enfermeros pertenecemos a los administrativos. O sea que no tenemos nuestros reconocimientos, ni esos derechos y obligaciones que nos corresponden. Hubo marchas, recurrimos al Congreso y no estábamos conformes. Después nos agarró la pandemia y se tuvo que frenar todo eso», cuenta en diálogo con El Grito del Sur Antonella Chorolque, quien se desempeña como enfermera en el Hospital General de Agudos Parmenio Piñero. Y agrega: «Debido a que no somos considerados personal de salud y somos administrativos, nuestra remuneración no es acorde y muchos enfermeros tienen que tener varios trabajos para tener un salario mínimo».

El fuego de las antorchas parece tocarse con el cielo, iluminándolo, y el humo se disuelve en caprichosas formas hacia arriba en un atardecer de batalla. Las luces de la Avenida Rivadavia se mezclan con las del reclamo.

La pandemia expuso la importancia que revisten los enfermeros y las enfermeras para nuestro sistema de salud, y dejó al descubierto los pocos recursos con los que trabajan día a día. Suenan tambores y silbatos. El ánimo, aunque de reclamo, también es de fiesta. Enfermeras y enfermeros del Ramos Mejía, del Garrahan, del Fernández, del Durand, del Tornú, entre otros, y hasta algunos trabajadores de hospitales privados están apoyando la lucha que arde.

Alrededor de las siete de la tarde, la masa de manifestantes avanza escoltada por un móvil policial, en lo que va a ser la primera de dos jornadas de protesta, otra vez desde el Congreso Nacional con rumbo hacia la Legislatura porteña. Paralelamente, se realizará un paro de actividades. No hay cortes de calle, la caminata se hace del lado derecho de la Avenida Rivadavia, mientras un señor indica a los automóviles que avancen por el otro lado.

En el camino, el arengue no para. El cancionero está que arde. “No queremos más despidos, no queremos la exclusión. Enfermeros y esenciales, somos una profesión”. La consigna es clara. Y el reclamo sigue siendo el mismo que durante las ediciones anteriores de la marcha: que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y Larreta les den el reconocimiento de profesionales. «Somos la primera línea, ya no nos callamos más”, sentencia la voz conductora de la manifestación. Los cuerpos de las enfermeras conforman un frente unido que está dispuesto a avanzar, firmes en su reclamo. Realmente son la primera línea.

Son las 20 horas y, ya en la Legislatura porteña, el ánimo sigue siendo el mismo. “Somos profesionales de la salud” es un grito que sigue escuchándose, y ante el cual ya no se puede hacer oídos sordos. 

Mañana será otra jornada de lucha. La deuda, como siempre, es con les trabajadores. La sociedad ya lo sabe, ahora les toca hacer algo a los de arriba.

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