Mercedes Benz: la impunidad de Tasselkraut

😠 El ex gerente de la automotriz, Juan Ronaldo Tasselkraut, está acusado de haber colaborado con el terrorismo de Estado. La historia del juicio.

Son tiempos en los que tenemos que escuchar a los responsables de las desdichas más grandes que tuvo y tiene Argentina llorar, ofendidos de que se los señale “con recursos del Estado” por el hambre y la muerte. Por eso, y porque cada vez se vuelve más difícil, se vuelve necesario y urgente remarcar que el golpe de Estado de 1976 tuvo motivos económicos, que fueron unos pocos, los mismos pocos de siempre, los que necesitaron del terror absoluto para extender su poder. ¿Por qué decimos que se vuelve cada vez más difícil? Porque es el Poder Judicial el que se está haciendo cargo de no contar esa historia: ante el avance de las causas que revelan y confirman la complicidad de empresas y empresarios en los crímenes de lesa humanidad, jueces y juezas salen en su defensa. 

El ejemplo más reciente de esta defensa corporativa, de casta, es lo que ocurrió con el ex gerente de Producción de la planta que Mercedes Benz en González Catán, sobreseído hace pocos días en la causa que investiga el secuestro y la desaparición de obreros de la automotriz durante la última dictadura cívico militar. Juan Ronaldo Tasselkraut se llama el octogenario que entregó a uno de los trabajadores de la automotriz a una patota del Ejército que lo fue a buscar a la planta. Héctor Ratto, ese operario, lo señaló desde el primer momento en que contó lo que le sucedió como ex detenido desaparecido primero en la comisaría de Ramos Mejía y luego en El Campito, uno de los centros clandestinos que funcionaron en Campo de Mayo durante el terrorismo de Estado. 

Juan Ronaldo Tasselkraut

Ratto declaró ante la Conadep y ante el Juicio a las Juntas. Una década y media después, aún en plena impunidad, entre 1998 y 2001, lo hizo en el juicio por la verdad que se llevó a cabo sobre los crímenes de la dictadura en La Plata y en la Embajada de Alemania, en el marco de una investigación que la Justicia de aquel país inició contra la automotriz por sus presuntos vínculos con secuestros y desapariciones aquí, en Argentina. Entonces, sumó más elementos contra Tasselkraut: aquel día de agosto de 1977, ya estaba en la fábrica cuando el gerente de Producción lo llamó a su despacho en donde dos policías de civil lo estaban esperando. Tasselkraut pidió que si se lo iban a llevar, le trajeran una orden. Más tarde, una patota de 36 militares en dos camiones bastó. Pero antes, Ratto aseguró escuchar al gerente entregar a esos policías la dirección de otro trabajador, Diego Núñez. Esa misma noche, Núñez fue secuestrado. 

“Para nosotros los elementos que hay en la causa son suficientes para procesar a Tasselkraut, por eso apelamos la decisión de sobreseerlo”, aseguró Pablo Llonto, abogado querellante en representación de Ratto y de la familia de Nuñez. La semana pasada, la jueza de Instrucción federal número 2 de San Martín, Alicia Vence, decidió dejarlo fuera de la causa en la que investiga el secuestro de 7 operarios de Mercedes Benz y la desaparición de seis de ellos –en total fueron 18 obreros de la automotriz los que sufrieron violaciones a los derechos humanos durante la dictadura– «a pesar del conocimiento que pudieran haber tenido acerca de las detenciones de los obreros y de los miembros de la comisión interna de Mercedes Benz». 

Héctor Ratto.

La jueza lo había citado a indagatoria a fines del año pasado. Las querellas –Llonto y el Centro de Estudios Legales y Sociales– y la Fiscalía lo venían pidiendo desde hacía años, pero Vence se negaba a dar el paso. Finalmente, el acto se concretó a medias a fines de marzo: a través de sus abogados, el ex camarista que participó del Juicio a las Juntas, Jorge Valerga Aráoz y su hijo, el ex gerente de la empresa automotriz presentó un escrito en el que, obvio, se declaró inocente. En el texto, el ex gerente no se explayó tan suelto como lo hizo décadas atrás, cuando la posibilidad de que su participación en secuestros, torturas y desapariciones no le respiraba en la nuca. De hecho, Tasselkraut habló con la prensa a mediados de la década de los ‘80, tras ser mencionado por Ratto en el primer juicio que se llevó a cabo en el país por el terrorismo de Estado. En una entrevista con el “Diario del Juicio”, el ex gerente sostuvo que el golpe de Estado de 1976 había sido “necesario”. Años después respondió que “milagros no hay” cuando le preguntaron si la actividad productiva de la planta de Mercedes Benz se había “normalizado” tras los secuestros de los primeros años de la dictadura. 

“Está claro que para Tasselkraut la Justicia tiene un estándar probatorio especial. En todo el país, cualquier otra persona con los elementos que hay en la causa contra Tasselkraut hubiera quedado procesada”, sostuvo Llonto en declaraciones para El Grito del Sur. Y continuó: “Está claro que eso se debe a tres cosas: porque se llama Mercedes Benz la empresa que representa en esta causa, porque se llama Tasselkraut él y porque sus defensores se llaman Valerga Aráoz. Es otro precio”. 

Por el momento, y hasta tanto resuelva las apelaciones la Cámara Federal, la causa sobre los secuestros, las torturas y las desapariciones de obreros de Mercedes Benz quedó sin imputados civiles. Junto con Tasselkraut también había sido imputado Rubén Cuevas, que era ex gerente de Asuntos Jurídicos de la fábrica. Falleció hace una década. No obstante, la investigación no está cerrada y puede haber novedades. Mientras, se espera para mitad de este año la sentencia contra militares retirados de Campo de Mayo, acusados por esos crímenes.

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