La semana pasada se realizó el Tercer Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir en el pueblo de Chicoana, Salta, donde uno de los puntos principales que se discutió fue el chineo: la violación de niñas indígenas por parte de criollos. Representantes de las 36 naciones indígenas que acudieron al encuentro presentarán para este próximo 3 de junio un petitorio al Presidente para que de una vez por todas se implementen políticas de Estado que pongan fin a esta práctica.
“El chineo es una práctica colonial que se extiende hasta el día de hoy -dijo a El Grito del Sur Fanny Llanque, integrante del Movimiento de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir y del pueblo mapuche tehuelche de la Patagonia-. En el encuentro las chicas contaban que ellas van a la escuela y salen los tipos a caballos para enlazarlas y las llevan a rastras al monte para violarlas, donde siempre suele haber un grupo de varones”.
“Yo había leído casos aislados, pero fue muy impresionante escuchar a las hermanas contarlo en presente en el Parlamento. Y es impresionante cómo se manejan allá (en Salta) los grandes terratenientes. Dejan capataces a cargo de sus tierras y esas personas, los criollos, atentan contra las chicas. Incluso algunas deciden abandonar su educación”, agregó Llanque.
Por su parte, Pia Ceballos, activista y militante travesti trans afroindígena salteña, señaló que las fuerzas de seguridad también son cómplices de este crimen por acción u omisión, ya que cuando las mujeres acuden a hacer la denuncia suelen no tomarlas.
“Por eso pedimos al Estado argentino que declare al chineo como un crimen de odio y que alcance las penas máximas”, afirmó Ceballos en diálogo con Futurock y aseguró que el chineo es una práctica criminal, racista, colonial y sistemática.
En su tesis de maestría, Ana María Rodríguez Flores analizó el chineo en el Chaco argentino y encontró que desde la época de la llegada de los españoles al continente “la lascivia que los conquistadores atribuyen a las mujeres indígenas es tal, que las crónicas de época llegan a retratar a los españoles como víctimas indefensas de la misma”. Esa sensualidad y el “salvajismo” que los conquistadores achacan a las mujeres indígenas, agregó Rodríguez Flores, las hace pasibles de ser víctimas de abusos.
Para Llanque, el chineo es otra expresión más del terricidio, es decir, la vulneración de los derechos de las comunidades indígenas que abarcan el ambiente, la cosmovisión y sus integrantes.
“El chineo es parte del terricidio, es tiempo de justicia y sanación”, expresó Ceballos y detalló que el Estado “no hace las campañas que debería hacer en el Chaco salteño”. “No puede ser el idioma del castellano, la política pensada desde Buenos Aires para abolir el chineo. Tiene que ser con nuestra lengua, armado desde el territorio”, manifestó.
Y Llanque concluyó: “Esperamos una respuesta a la brevedad por parte de las autoridades nacionales para apoyar a las personas, sobre todo de las comunidades del norte que son vulneradas en todos los aspectos, como la educación, salud y vivienda, y también existe discriminación racial por el solo hecho de pertenecer a una comunidad”.
