¿Quién es el tiktokero de 77 años que busca gobernar Colombia?

🇨🇴 Conocido como el Donald Trump colombiano, pasó de ser un descartado en los análisis electorales a sumar más de cinco millones y medio de votos. ¿Cómo lo hizo, quién es y por qué es considerado una amenaza para la virtual victoria de Petro el próximo 19 de junio?

Ingeniero y docente, Rodolfo Hernández llegó a la segunda vuelta presidencial en Colombia con la boleta del movimiento Liga de Gobernadores Anticorrupción. Este último domingo dio el batacazo y logró acumular 5.580.237 votos, un 27,99% del electorado en disputa. Al poco tiempo de conocerse los resultados, el tercer candidato, Federico “Fico” Gutiérrez (representante uribista de la derecha nacional) anunció que lo acompañará en la segunda vuelta y pidió a sus seguidores el apoyo al ingeniero.

Como Jair Bolsonaro en Brasil, Nayib Bukele en El Salvador, o Donald Trump en Estados Unidos, el rival de Gustavo Petro en la segunda vuelta era casi un desconocido en el ámbito político nacional y, como ellos, el fuerte de su campaña no estuvo en su estructura política, en la red de contactos influyentes o los abundantes recursos con los que cuenta, sino en las redes sociales.

Conocido como “el viejito de Tik Tok”, comparte con los antes mencionados candidatos características como la de ser hombres, con discursos conservadores, anti-establishment y políticamente incorrectos. Mirando a nivel local, también encaja con el perfil libertario de Milei.

Además, hay tres factores identificables en su derrotero. En primer lugar, es un candidato que no tiene una estructura política. A su vez, la corta trayectoria política y la falta de representación en el Congreso le da la posibilidad de construir alianzas con múltiples sectores. Por último, carece de una plataforma política clara, por lo cual su relación con las y los seguidores es más emocional que racional.

Si bien el eje de su campaña ha sido la lucha contra la corrupción (a pesar de ser el único candidato procesado por este delito), quien puede llegar a ser el próximo presidente de Colombia es conocido por los votantes por sus deslices y declaraciones escandalosas. Lejos de perjudicarlos, estas acciones se vuelven virales y retroalimentan al personaje, compensando de esa manera la falta de presencia en los grandes medios de comunicación y la ausencia de estructura partidaria.

Hernández se vale también del conocido concepto del empresario adinerado que no va a robar al acceder al poder “porque no le hace falta”, otro de los eufemismos que permea con fuerza en las conversaciones con sus electores.

Hitler, piñas y misoginia

El video que lo llevó a estar en la boca de todos y todas lo muestra dándole un “cachetazo” a un concejal que fue a increparlo el 28 de junio de 2018. Ese acto se volvió viral y en las coreografías difundidas en TikTok, el movimiento del golpe es el más simulado.

Dos años después de ese hecho, un taxista en Bogotá confesó que su voto iba a ser para “el cuchito”, como se le dice a las personas mayores en la jerga, porque “tenía la firmeza necesaria para gobernar el país, porque sí sabe imponerse”.

Un ejemplo más reciente de su incorrección política fue la de considerar que las mujeres no debían ser consideradas para la función pública. “Es bueno que ella (por su cónyuge) haga los comentarios y apoye desde la casa. La mujer metida en el Gobierno a la gente no le gusta”, expresó el empresario del sector de la construcción.

Entre sus dichos más polémicos, también manifestó ser “seguidor de un gran pensador alemán que se llama Adolfo Hitler”, para después desdecirse a través de Twitter y aclarar que en realidad se había querido referir al físico Albert Einstein.

Así y todo, el exalcalde de Bucaramanga -que accedió a gobernar ese Estado con 70 mil votos- en solo tres semanas superó los 5 millones y medio de votos y resultó vencedor en 13 de los 32 departamentos colombianos. Además, el tercer candidato, “Fico” Gutierrez, llamó a votar por él y la curva de los sondeos indica que su crecimiento fue exponencial. La pregunta entonces, ¿cuál es su techo?

El candidato anticorrupción procesado por corrupción

“La corrupción no se combate con frases en TikTok”, expresó Gustavo Petro, el candidato de izquierda ganador de la primera vuelta, en el discurso del domingo tras conocerse los resultados.

Y es que a pesar de encabezar la Liga de Gobernantes Anticorrupción (LIGA), “el cuchito” enfrenta un proceso penal denominado Caso Vitalogic, por el cual fue citado a juicio el próximo 21 de julio. En la causa, la Fiscalía General de Colombia considera que Hernández habría incurrido en la celebración indebida de un contrato en 2017, año en que habría participado en un direccionamiento para entregar un contrato valuado en $85.000 dólares a la empresa Vitalogic.

En ese sentido, Petro hizo énfasis en la pregunta por el cambio necesario para el futuro de Colombia. Hernández reprocha a Petro su pasado en la guerrilla, a la vez que niega cualquier tipo de vinculación con el uribismo -a pesar de haber recibido apoyo en su candidatura de 2015-. Para ello, se presenta a sí mismo como una salida de la dicotomía entre izquierdas y derechas representadas por la guerrilla y el paramilitarismo. Para Petro, el cambio que propone Hernández es «un suicidio».

Otro factor a tener en cuenta es que Hernández no debate. El candidato decidió no presentarse en ningún tipo de careo con los demás candidatos después de haber tenido un pésimo desempeño en el primero de ellos, lo cual hace presumir que esa decisión se mantendrá hasta el próximo 19 de junio. Tampoco convocó a actos multitudinarios y su cierre de campaña se limitó a una transmisión en vivo, la cual fue vista por más de 400 mil personas.

Con el acceso al poder de personajes como Jair Bolsonaro en Brasil o Donald Trump en Estados Unidos puede comprenderse el potencial electoral de figuras como la de Rodolfo Hernández, un caudal que pueden llevarlos a la presidencia de un país y sostenerlos en el poder.

De la capacidad de Gustavo Petro y sus seguidores para convocar a la ciudadanía que no votó en la primera vuelta (46% de los electores), depende la posibilidad de sumar el millón de votos restante para asegurarse la victoria el próximo 19 de junio.

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