Luego de dos mandatos y presionado por sus propios dichos y también por sus aliados, Alberto Barbieri anunció que dará un paso al costado en la dirección de la universidad más grande del país. El aviso de su «renunciamiento» a un tercer mandato (por el que podría haber optado) abre la puja en torno a quién lo sucederá como el próximo rector, pero sobre todo por la composición de fuerzas que acompañará al sucesor de Barbieri y que se plasmará en un lugar clave: el vicerrectorado.
La mayoría de las fuentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dan por descontado que al edificio de Viamonte 430 llegará el actual decano de la Facultad de Medicina. Ricardo Gelpi, médico recibido en la Universidad de la Plata y docente en Ciencias Médicas de la UBA, arribó al decanato de su Facultad impulsado por un personaje crucial en esta historia: Carlos Rojo. Rojo es el histórico «armador» de Medicina, su hijo controla el claustro de estudiantes y juntos lograron posicionar a su delfín Gelpi al frente de la casa de estudios. El dato de color: Rojo viene de ganar en Médicos Municipales, el sindicato porteño de profesionales de la salud, gracias a una alianza conformada por profesores provenientes de la UBA.
Si todas las voces dan por descontado el triunfo de Gelpi, la gran pregunta que se abre es por el vicedecanato, el otro espacio de poder en el binomio, pero principalmente el complemento que dará forma a la alianza que gobierne la universidad en los próximos cuatro años. La elección del vicedecano no se realiza en la misma jornada del 24 de junio en que la Asamblea Universitaria define rector y esta situación abre un campo intenso de negociaciones.
El nombre que suena con fuerza (pero no el único) para el vicerrectorado es el de Emiliano Yacobitti. Histórico armador de la Franja Morada, diputado nacional por la UCR y vicedecano de Ciencias Económicas, «Yaco» construyó durante años una alianza con base en el movimiento estudiantil y de fuertes vínculos con las gestiones de algunas de las facultades. Hoy, el reformismo gobierna en los claustros estudiantiles de Derecho, Medicina, Económicas, Psicología y por medio de aliados en Odontología, Agronomía, Sociales y FADU. Sin embargo, los detractores de Yaco señalan que no cuenta con «la vaca atada», y que existe la posibilidad de disputar el ansiado lugar de la vicerrectoría.
Las fuentes universitarias que ponen en cuestión la elección de Yacobitti hablan de una virtual «mayoría peronista». Es que, más allá del estudiantado, las gestiones de extracción peronista son varias y se pueden dividir en dos grupos. Por un lado, los más kirchneristas: Exactas, Sociales y Filosofía. Sus decanos siempre han sido opositores al Rectorado, sostienen un proyecto político muy claro y antagonizan abiertamente con los radicales. En la anterior elección de rector apostaron por armar el frente «Otra UBA es Posible», un espacio que nucleaba a los sectores no alineados con Barbieri.
Sin embargo, todos los ojos están puestos en la «amplia avenida del medio»: una serie de decanos de origen peronista pero que suelen moverse más ligados a intereses corporativos que a decisiones políticas. Allí entran las facultades de Agronomía, Ingeniería, Veterinaria, Arquitectura y Diseño y la propia Medicina. La hipótesis que esbozan desde los sectores del peronismo universitario es que si se unieran todos estos espacios podrían integrarse a la gestión de Gelpi con un vicerrector propio y condicionando la política de la Universidad.
Esta idea tiene un elemento a favor: la candidatura de Yacobitti es la que más rechazo genera en la Universidad. Más allá de los propios reformistas se lo ve como un avance muy concreto de la UCR Capital sobre la universidad, definición que espanta tanto a kirchneristas como a peronistas moderados e independientes.
El recambio de autoridades en la UBA augura una reconfiguración de movimientos por abajo. ¿Existirá una lista opositora del sector más kirchnerista? ¿Hay margen para pensar una unidad del panperonismo que apueste por la candidatura de Gelpi pero posicione a sus representantes y sus exigencias? Lo cierto es que, si bien Yacobitti ya presume su asunción, el escenario todavía permanece abierto y el cambio de eje reacomoda las fichas de la política universitaria.
La pregunta final es si el acuerdo por el Rectorado será una alianza entre dos facultades (Medicina-Derecho) o si la muñeca política del sector no radical permitirá colocar un vicerrector que no integre las filas de Cambiemos. Falta un mes y medio, pero como en toda buena rosca de la UBA, el final es impredecible.
