La Corte Suprema de Justicia presentó un nuevo informe de femicidios

☹️ El informe de la Oficina de la Mujer de la CSJN registró que en 2021 hubo 251 víctimas letales de violencia de género, lo que se traduce en un promedio de 1 femicidio cada 35 horas.

Alejandra Bona

Desde el año 2015, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (OM – CSJN) elabora un registro de datos estadísticos de las causas judiciales de todo el país en las que se investigan muertes violentas de mujeres cis, mujeres trans y travestis por razones de género. El mismo año donde nació la consigna Ni Una Menos que logró convocar y visibilizar la violencia machista, en cualquiera de sus dimensiones, a la que miles de mujeres están expuestas. 

Esa contundente movilización colocó en la agenda pública un reclamo histórico: un llamado a la concientización sobre la cultura machista y sus efectos en diversos ámbitos de la vida social y familiar. Ese acto fue, fundamentalmente, un pedido concreto al el Estado y al poder judicial a poner fin a la violencia de género contra las mujeres, las personas transgénero y travestis.

El informe de la OM – CSJN registró que en 2021 hubo 251 víctimas letales de violencia de género, lo que se traduce en un promedio de 1 femicidio cada 35 horas. El concepto de femicidio del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA) es el que proviene de la «Declaración sobre el Femicidio» y lo define como:

Alejandra Bona

    «La muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión».

Según el informe, la franja etaria con mayor cantidad de víctimas directas de femicidios estuvo comprendida entre los 25 y los 44 años, con un total de 116 casos. La edad promedio de las mujeres, travestis y trans asesinadas fue de 37 años.  

De acuerdo con los datos relevados, el 41% de las víctimas tenían a cargo, al momento del hecho, al menos 182 niñas, niños o adolescentes (menores de 18 años). El 81% de los casos se produjeron en un contexto de violencia doméstica – aquella ejercida contra las mujeres por un integrante del grupo familiar, independientemente del espacio físico donde esta ocurra -.

Por su parte, el 75% de estos hechos ocurrieron en viviendas, de las cuales el 39% eran compartidas con el agresor; mientras que el 62% era pareja o expareja. En casi todos los casos, los crímenes se perpetraron en la propia casa de la víctima y en un contexto de denuncias previas por violencia doméstica.

Por otra parte, el 15% de los femicidios se originaron en el espacio público, principalmente descampados, vía pública, calles, plazas, veredas, rutas, caminos rurales, fincas abandonadas, entre otros lugares. Algunas de estas víctimas estaban en situación de calle o en situación de prostitución.

No es un dato para nada menor destacar que el promedio de edad de los femicidas es de 40 años y una gran parte de ellos pertenecían a alguna fuerza de seguridad. A su vez, el 20% tenía algún tipo de consumo problemático de sustancias, ya sea de manera habitual y/o al momento del hecho. 

Alejandra Bona

A partir de los casos reportados por cada organismo del sistema judicial argentino, se detectó que en 2017 se cometieron 274 femicidios; en 2018, se llevaron a cabo 281; en 2019 fueron 271; en 2020, 287 y en 2021, 251. 

Las cifras son alarmantes y deberían marcar la urgencia de la situación para, en primer lugar, no naturalizarlas como simples datos vacuos y, en segundo lugar, reconocer que detrás de estos números hay historias de sufrimiento que necesitan de una justicia que responda con avidez y agilidad a las denuncias, y políticas públicas de prevención y asistencia contra la violencia de género.

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