Trazar genealogías, urdir puentes, atar cabos, construir descendencia, radiografiar el pasado. Los motivos para crear un archivo pueden ser variados y tener múltiples resultados según sus potencialidades. Archivar es siempre crear nuevas lecturas de la historia y dejar sentados posibles relatos, senderos para caminar a futuro.
El Archivo de la Memoria Trans es un proyecto que surgió en el año 2012 a partir de la intención de María Belén Correa por forjar un acopio de fotografías que den cuenta del recorrido del movimiento trans en Argentina. En principio, la idea nació luego de la muerte de su amiga Claudia Pía Baudracco, cuando Correa heredó sus cenizas y las imágenes propias y ajenas que Pía venía juntando hace años. Sin embargo, pronto se agrandó en la búsqueda -casi a hurtadillas- de recabar testimonios fotográficos de hombres y mujeres trans que murieron a causa de la violencia policial y el abandono del Estado.
Diez años después, el Archivo ya cuenta con más de 10 mil imágenes digitalizadas; ha participado y gestionado exposiciones en espacios como el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, la Tate Modern o el Museo Reina Sofía; estrenó una serie documental y avanza con un proyecto de radio novela. Además, cuenta con un podcast en la radio Futurock.
Ahora, con la preventa de «Si te viera tu madre», un libro que recorre la vida y el activismo de Claudia Pía Baudracco, el Archivo de la Memoria Trans presenta su propia editorial, un proyecto que tiene como desafío poner en circulación historias y escrituras de la comunidad travesti. Con este título, la editorial comienza su recorrido bibliográfico bajo la intención de publicar entre 3 y 4 libros al año de personas trans, que habitualmente no tienen la oportunidad de hacerlo en otras editoriales.
El volumen, que cuenta con la investigación y autoría de María Marta Aversa y Matías Máximo, está en preventa en la página del Archivo y funciona como anticipo del proyecto editorial que busca poner en papel las historias que habitan detrás de esas fotos. Además, mezcla los registros del periodismo y la historia con entrevistas, crónicas, ensayos e imágenes que forman un retrato múltiple y polifacético de la activista.
“Claudia Pía también vivió los avatares de una comunidad que por muchos años quedó fuera de “la historia oficial”, teniendo a la sección Policiales como único destino posible. ¨Si te viera tu madre¨ propone una manera íntima de recordarla, rescatando testimonios y su primera persona, indagando en sus cajas de recuerdos, fotos, postales, cartas y dialogando con los archivos velados de una época”, explican sus autores que lo definen como dos libros en uno dividiendo la parte de los documentos y fotografías de los textos que narran su historia.
“Empezamos a pensarnos como generadoras de material, pero al mismo tiempo como un instrumento para que la idea de editar sea mucho más accesible y cercana”, enfatiza Correa.
Para conocer más sobre la propuesta, El Grito del Sur se comunicó con María Belén Correa -fundadora del Archivo- y le preguntó por el legado de Claudia Pía, la importancia de dar voz a las personas trans y la apuesta por crear un sello editorial.
¿Cómo surgió la idea?
La primera experiencia editorial que tuvimos fue cuando sacamos el libro del Archivo de la Memoria Trans, que fue un acopio de nuestras fotografías. A partir de allí empezamos a ver cómo eran los negociados con las editoriales desde adentro y nos pusimos a pensar qué bueno sería que haya una editorial que sirva como herramienta para que hombres y mujeres trans puedan tener acceso a imprimir sus libros. Empezamos a pensarnos como generadoras de material, pero al mismo tiempo como un instrumento para que la idea de editar sea mucho más accesible y cercana.
¿Cuál es el fin de la editorial?
En principio, es un espacio de difusión de las voces de las personas trans. Comenzar con el libro de Pía nos parecía lo más justo entendiendo que su caja de fotografías fue el puntapié para el Archivo de la Memoria Trans. También hay entrevistas con otras compañeras que la conocieron y que permiten reconstruir su historia. Es un libro con dos partes: una de fotografías y otra de texto que se complementan y enriquecen. Ambos componentes están hechos para que puedan comprenderlos personas que no lo vivieron, la imagen no dice lo mismo si está sumado a un relato.
¿Por qué es necesario que haya editoriales específicamente trans?
Para que no haya tantos intermediarios. Nuestra editorial no va a estar pensando en lo comercial como la mayoría, sino que va a tener en cuenta que son personas trans las que están queriendo sacar su libro y va a ser a modo de cooperativa. Consideramos que lo más honesto es que trabajemos con esa lógica y no con los porcentajes de recaudación que se tienen en las editoriales mainstream. Con esta noción, el libro se puede convertir en un mecanismo de sustento para las compañeras mayores que quieran escribir sus memorias.
¿Cómo fue reconstruir la historia de Claudia Pía Baudracco?
No fue algo que se dio de un día para el otro, fue empezar a contar lo que había vivido con ella, hablar con compañeras que me permitieron reconstruirla descubriendo lo que le había pasado antes de que yo la conociera. Fue descubrirla en sus escritos, en sus fotografías y en sus cartas. Descubrir su vida es hacer un paralelo con la historia de la comunidad trans, porque las vivencias que ella fue teniendo eran la vida de una fugitiva y esa era la normalidad para una persona trans hasta el 2012. A partir de ese año, el Estado nos reconoce como personas, eso hasta el momento no existía. Hasta 2001, el Estado creaba cárceles contravencionales que eran para travestis. No es algo tan lejano, es cuestión de revisar cómo el Estado se comportaba con la comunidad trans. Lo que pasó es que en el 2001 la sociedad cayó al nivel de una travesti, pero desde hace años las travestis se encontraban discutiendo la represión policial. En la crisis del 2001 nos encontramos en las calles con las madres del dolor, los familiares de gatillo fácil, les desocupades, etc.
¿Qué pueden aportar a la sociedad las voces trans históricamente acalladas?
Las voces trans en el rompecabezas de la historia argentina vienen a colocar esa pieza que nos faltaba. Hubo una historia mal contada. Si la historia la escriben las que ganan es porque falta un pedazo. No podemos negar que el Estado se encargó de perseguirnos y nuestra dictadura llegó hasta el año 2012 cuando pudimos votar con un DNI que tenga nuestro género autopercibido.
¿Qué rol juega el archivo para una comunidad con una esperanza de vida tan baja?
Primero lo pienso a modo de herencia, de dejar algo. En una comunidad donde estamos acostumbradas a perder, pensar en dejar una marca es revolucionario. En una comunidad acostumbrada a que se le robe todo, sumarles conocimiento es algo que no van a podernos sacar nunca. Pensando en que el conocimiento es poder, es fundamental lo que se puede dejar a las nuevas generaciones con el archivo y la biblioteca. Una persona con conocimiento es una persona poderosa.
¿Ya tienen pensados otros títulos para editar?
Tenemos la idea de sacar cuatro libros al año. El de Pía que ya está en preventa -quedan solo 400 ejemplares- y en julio va a estar físicamente para comprarse. Después vendría el segundo del Archivo de la Memoria Trans, que ya tenemos unas 65 entrevistas desgrabadas. Van a estar enmarcados en los 60’, 70’ y 80’, tanto los relatos como las fotografías. Éste, a diferencia del primero del Archivo, estaría más centrado en las vivencias que en las imágenes y buscaría ponerle nombre y apellido a lo que se cuenta. Va a estar focalizado en la recolección de datos para poder documentar el destino del colectivo.
Conociendo el archivo, ¿cuál dirías que es el legado de Pía?
El archivo mismo. Ella lo pensaba y lo soñaba. Nosotras pensamos el logo del archivo como una entrega de premios porque soñábamos en reunir a todas las chicas en una fiesta donde darle a cada una un premio. Si bien no lo hicimos físicamente, nos terminamos reuniendo de manera virtual en el archivo. Quizás el legado es ese. La esencia de Pía está intacta tanto en su biblioteca como en el museo que se formó en la casa de Quilmes donde ella vivió. Es la huella que nos dejó para poder continuar con todas estas cosas.
