«Un gobierno peronista debería retomar aspectos de la Junta Nacional de Granos»

🗣️ El ex presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, analizó en una entrevista con El Grito del Sur el comportamiento político de las grandes patronales agropecuarias y relativizó la importancia del "dólar soja": "No esperemos cataratas de exportaciones e inyección de dólares en 30 días".

De la férrea oposición al kirchnerismo en 2008 al apoyo incondicional en 2022. El ex presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, se hizo conocido públicamente durante el conflicto de la 125 que culminó en el voto «no positivo» de Julio Cobos, pero hoy es un fuerte crítico del rol de la Mesa de Enlace y en especial de los intereses que defiende la Sociedad Rural. En medio de las últimas semanas agitadas por la suba del dólar y la interna política del Gobierno, el dirigente agrario viene exigiendo la constitución de una Agencia de Promoción de Comercio Agrario que retome lineamientos de la vieja Junta Nacional de Granos creada por Juan Domingo Perón. Pese a su respaldo al presidente Alberto Fernández, se muestra muy crítico del ministro de Agricultura y de la falta de políticas para los pequeños y medianos productores. «Hace falta una política de desarrollo agrícola que lamentablemente Julián Domínguez no está impulsando. Estamos yendo hacia un desierto verde sojero y concentrado en pocas manos», aseguró en una entrevista con El Grito del Sur.

Respecto a la última medida del «dólar soja», Buzzi valoró la iniciativa pero le bajó el tono a su impacto concreto: «No esperemos cataratas de exportaciones e inyección de dólares en 30 días, la no liquidación de granos en el segundo semestre del año es un tema crónico que viene desde hace años».

¿Por qué vuelve a existir conflictividad entre un gobierno peronista y las grandes patronales agropecuarias?

Hay una actitud que responde a un calendario de acciones que tiene más que ver con la oposición política que con una demanda sectorial. El pasado 23 de abril, el nucleamiento «Campo y Ciudad» armó un tractorazo en la Plaza de Mayo y después la Mesa de Enlace recorrió todos los bloques opositores y anunció el paro del 13 de julio. La Sociedad Rural hizo un muy buen negocio con esto: una semana después se abrió Palermo y llegaron fortalecidos con Larreta y otros dirigentes. Ellos hacen su juego, que está siempre vinculado a Cambiemos de alguna manera u otra. A mí igual me preocupa más lo que hace la Federación Agraria, que está yendo como furgón de cola de la Sociedad Rural en vez de defender los intereses de los pequeños y medianos productores. También hay que decir que hace falta una política de desarrollo agrícola que lamentablemente el ministro Julián Domínguez no está impulsando. Estamos yendo hacia un desierto verde sojero y concentrado en pocas manos.

Cada vez que existen superganancias para los exportadores agropecuarios, el pueblo argentino sufre con su bolsillo a partir de la alta inflación en alimentos. ¿Cómo se resuelve esta contradicción histórica que afecta al país al menos desde el primer peronismo hasta acá?

La contradicción se resuelve si somos capaces de recrear organismos específicos que pongan la materia prima en disponibilidad de los panaderos y toda la industria que produce carnes a un precio módico o razonable, pero que también coloquen un criterio a los saldos exportables que felizmente tenemos y son abundantes. Eso se llama la constitución de una Agencia de Promoción de Comercio Granario Argentino, integrada por las cuatro entidades y sindicatos de los trabajadores rurales, de la industria alimenticia y con una presencia mayoritaria del Estado. Esa agencia cumpliría el rol de desacoplar los precios internacionales de los precios domésticos, compraría la cantidad de trigo o maíz que necesitan los argentinos y lo entregaría a un precio subsidiado permitiendo el comercio exterior a los volúmenes o saldos exportables que efectivamente existen. Eso retoma algunos de los aspectos que cumplía la vieja Junta Nacional de Granos, que en el año 1991 se desmontó y jamás se volvió sobre este tema. Un gobierno de base peronista debería impulsar esto. En 1971 Chile constituyó la Codelco, corporación del cobre, que sobrevivió a Salvador Allende y Augusto Pinochet, proveyendo al Estado 122 mil millones de dólares.

Históricamente el sector rural ha reclamado una baja impositiva y ha sido parte integrante de la derecha argentina, incluso algunos fueron funcionarios del gobierno de Cambiemos. ¿Por qué sus demandas poseen tanta visibilidad mediática e incluso respaldo en distintos segmentos sociales?

No es casualidad que Luis Miguel Etchevehere, ex presidente de la Sociedad Rural, haya sido ministro de Mauricio Macri. Está claro el fuerte vínculo de parte de la dirigencia rural con Cambiemos y todo esto tiene como usina de difusión a Clarín, La Nación y los grandes multimedios. Por eso es tan notoria la campaña de difamación que están haciendo sobre la figura de Alberto. Si no logran que el Gobierno se vaya antes de tiempo, quieren impulsar un voto castigo para que puedan regresar todos ellos con los intereses que representan.

Eduardo Buzzi. Foto: Infobae

Desde la Sociedad Rural suelen hablar de los productores agropecuarios para despotricar contra los impuestos, pero evitan referirse a las cuantiosas ganancias en dólares que reciben los exportadores. ¿Qué hay detrás de este discurso dominante y cuánto hay de verdad en la asfixia impositiva que recibiría el «campo»?

Pareciera que hay una suerte de alianza y convivencia entre el Consejo Agroindustrial Argentino y ese sector de la elite ruralista. Sus intereses se alimentan mutuamente y procuran las mismas cosas: el máximo valor del dólar disponible y la absoluta inexistencia de retenciones. Es decir, rentabilidad al máximo. No les importa el nivel de empobrecimiento de la sociedad argentina. Respecto a los impuestos, creo que el sistema impositivo debería ser revisado porque es un enjambre que se ha ido acumulando a lo largo de las últimas décadas. Las retenciones deberían ser transitorias y sustituidas por un fuerte mecanismo de recaudación a partir del impuesto a las ganancias, los bienes personales y la riqueza. Mientras las retenciones existan, deben ser segmentadas: no puede tratarse igual a los pequeños y medianos productores que a los grandes pooles de siembra. El criterio debe ser progresivo. De ahí a decir que es asfixiante se trata de una exageración, porque en forma paralela la industria de maquinaria agrícola ha tenido los mejores balances.

En el año 2008 fuiste protagonista de la Mesa de Enlace y participaste en las marchas contra el gobierno de Cristina Fernández. ¿Qué balance hacés de tu intervención en aquellos tiempos?

El 11 de marzo de 2008 nos desayunamos con una resolución anunciada por Martín Lousteau, que obligó a salir a confrontar. Obviamente Cristina era presidenta en ese momento y significó una confrontación porque los productores salieron a las rutas sin pedir permiso. O nos poníamos al frente y le dábamos una orientación a eso, o la Federación Agraria desaparecía. Yo puse una impronta hablando de la segmentación de retenciones, los problemas de la concentración de la tierra, la necesidad de un ente en el comercio de granos. Los demás miembros de la Mesa de Enlace tuvieron que soportar los contenidos que impuso en ese momento la Federación Agraria. El problema es que, pasado el episodio de 2008, no se dieron las condiciones para reconstituir un vínculo que aprenda de los errores. Es decir, que mejore el diálogo y la construcción de políticas para generar una burguesía pequeña y mediana que sea simpatizante del gobierno peronista. Eso tampoco sucedió.

El presidente Alberto Fernández dijo que el campo retiene 20 mil millones de dólares de la soja. ¿Hay que salir a quemar silobolsas en este contexto o cuáles son las alternativas políticas para resolver este conflicto?

Hay que evitar una confrontación. Scioli, Domínguez y Batakis deberían convocar a las exportadoras para armar un cronograma de embarque de granos y liquidación de divisas. Segundo, deberían explicarles que van a poner en agenda la constitución de una Agencia de Promoción Granaria que retome aspectos de la Junta de Granos. Es una cuestión de soberanía.

Buzzi: «No se dieron las condiciones para reconstituir un vínculo que aprenda de los errores. Es decir, que mejore el diálogo y la construcción de políticas para generar una burguesía pequeña y mediana que sea simpatizante del gobierno peronista».

¿Alcanza con la última medida del «dólar soja» que anunció el Gobierno?

Hay que valorar esta iniciativa. Es un gesto que intenta otorgar incentivos de exportación y liquidación de granos. Es mejor esto que nada. Un porcentaje -creo que pequeño- de productores lo va a aprovechar. No esperemos cataratas de exportaciones e inyección de dólares en 30 días, la no liquidación de granos en el segundo semestre del año es un tema crónico que viene desde hace años. También hay que ver qué pasa con el contrabando en los puertos y las fronteras.

¿Qué escenario económico vislumbras hacia delante?

En los últimos días hubo un espasmo, el viernes fue el día pico y no vamos hacia una escapada del dólar con efectos de tipo Rodrigazo sobre los precios. No hay condiciones para eso. Hay que llamar a la tranquilidad: el rol, por ejemplo, del Movimiento Evita fue clave. Lo principal ahora es que la coalición gobernante no muestre fisuras: que Alberto, Cristina y Massa se muestren unidos. La política debe disciplinar a la economía.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.