«Probamos que existió un sistema de eliminación de prisioneros mediante vuelos de la muerte»

☠️ La abogada Mercedes Soiza Reilly, integrante de los equipos de investigación del Ministerio Público Fiscal y que ofició como parte acusadora en la Megacausa ESMA, habló con El Grito del Sur sobre el fallo que condenó a perpetua a integrantes del Batallón 601 por los vuelos de la muerte.

Esta semana se conoció la sentencia a cuatro militares acusados de dirigir los Vuelos de la Muerte. Luis del Valle Arce, Delsis Ángel Malacalza, Eduardo Lance, Santiago Omar Riveros, integrantes del Batallón 601 y de Institutos Militares fueron condenados a prisión perpetua en un fallo histórico que implica un hito en los procesos de Memoria, Verdad y Justicia y reafirma la existencia de un mecanismo de exterminio coordinado. Para conocer mejor sobre el fallo, El Grito del Sur habló con Mercedes Soiza Reilly, integrante de los equipos de Investigación del Ministerio Público Fiscal y que ofició como parte acusadora en la Megacausa ESMA.

Esta semana fueron condenados cuatro personas por los vuelos de la muerte en el marco de la última dictadura cívico-militar. ¿Qué balance hacés del recorrido de la causa?

A mí me tocó ser parte de la acusación en la Causa ESMA, donde se probó la participación de los pilotos, y esta vez se prueba la existencia de una estructura militar al servicio de esos vuelos. Cuando hablo de los vuelos de la muerte digo que es uno de los tramos más oscuros de probar en la historia argentina: porque siempre se supo que existieron, pero fue un tema bastante silenciado por las Fuerzas Armadas. Por un lado, nadie se hacia cargo de esta mecánica de muerte a gran escala y, por el otro lado, tenías a los militares que comenzaron a hablar de a poco: Tilingo, Pelegrino Fernández. Varios militares que comienzan a alejarse de ese pacto de silencio y comienzan a dar cuenta de que las víctimas eran desaparecidas por este método con el uso de aeronaves militares. En el juicio de Campo de Mayo logramos desentrañar los relatos que se fueron dando a lo largo de los años y viendo que la idea de que en Campo de Mayo no existen pruebas es errónea. Generalmente se decía que las víctimas estaban todas desaparecidas, pero hay una innumerable cantidad de pruebas que nosotros fuimos materializando en el juicio y que daban cuenta justamente de que en Campo de Mayo existió un sistema de eliminación física de prisioneros mediante vuelos de la muerte.

¿Cómo era el mecanismo de decisión? ¿Quién daba las órdenes y quién ejecutaba?

Fuimos por partes. Empezamos a investigar qué pasaba al interior del centro clandestino. Qué era lo que los pocos sobrevivientes de Campo de Mayo decían sobre los vuelos de la muerte, sobre la formación de filas al interior del centro, el ruido de aeronaves o camiones. Y la clave del juicio es que fuimos escuchando a centenares de soldados conscriptos dar cuenta de lo que sucedió al interior del Batallón de Aviación de Ejército 601. Fueron testigos de ese tramo donde veían ingresar camiones, que los aviones se preparaban en la punta de la pista para despegar, donde vieron que ingresaban vehículos sin debido control. Siempre decimos que la burocracia atenta contra la clandestinidad: había un sistema de pautas que permitía que los soldados sacaran sus propias conclusiones de lo que veían. Y la mecánica de muerte que ya se conoce: en el juicio se determinó que las víctimas eran inyectadas, no solo subidas a los aviones adormiladas por Ketalar, sino que hubo víctimas que fueron asesinadas previo a subir al avión. Cada tramo tuvo sus propias pruebas y en el juicio Vuelos logramos congeniarlas y llegar a la conclusión de que existió una estructura represiva que estaba formada por los miembros de la plana mayor del Batallón de Aviación 601, que facilitaron recursos humanos y materiales e posible la concreción de la última fase del plan criminal.

Fueron 10 perpetuas en la Megacausa Campo de Mayo y siempre que concluyen estas causas hay gente que también queda por fuera, que zafa de la condena y no termina de ser juzgada. ¿Quiénes quedaron por fuera? ¿Hay una siguiente instancia en la mira?

Nosotros decimos que la lucha y las investigaciones hay que afianzarlas permanentemente. Desde los equipos del Ministerio Público Fiscal trabajamos proactivamente para que las investigaciones lleguen a buen puerto. Entiendo que tanto en Vuelos como en la Megacausa lograron probar estructuras que estaban compuestas por muchos más militares de los que han sido juzgados. Un ejemplo claro es el área 400: fue un área de represión a gran escala que alcanzó las localidades de Campana, Zárate, Del Viso, Escobar y Encarnación de la Cruz. Fijate la zona fabril y la gran magnitud del área y solo hay un puñado de condenados. Esa es una pauta de que tiene que seguir siendo investigada y esto quedará en manos del personal de instrucción que lleva adelante las investigaciones. Siempre que terminamos un juicio decimos: «ahora hay que seguir».

Hablabas de la ruptura del pacto de silencio. La semana pasada falleció Etchecolatz llevándose cientos de silencios a la tumba. ¿Cómo fue encontrarse con militares que declararan en contra de la lógica corporativa de las Fuerzas y qué trabajo se hizo desde la Fiscalía para propiciar estas declaraciones?

Esto fue absolutamente excepcional. Las voces disidentes al interior de las Fuerzas Armadas son un acto excepcional. Desde el Ministerio Público Fiscal tomamos esas voces pero no las consideramos como dirimentes: no nos hace creer que esa es la verdad absoluta de lo que ocurrió. Sabemos que son voces que suman, pero también tienen que ser confrontadas con el resto de las pruebas que analizamos. La base de las investigaciones no son esas voces, pero todos deberían hablar. La Argentina ha demostrado acabadamente que los procesos de Memoria, Verdad y Justicia han dado cuenta del trabajo impresionante labrado desde los Organismos de Derechos Humanos. Ojalá que hablen, pero nosotras no descansamos en eso. Suma, pero no es dirimente.

¿Hacia dónde van ahora los juicios de Memoria, Verdad y Justicia?

Vamos a seguir trabajando todos los días para que los procesos de memoria, verdad, justicia y reparación sean pilares fundamentales en la defensa de los Derechos Humanos. Ese es nuestro norte, nos dirigimos a que esos pilares sean cada vez más fortalecidos con el trabajo de todos y todas.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.