«Hay que hacer ahora lo que haría Evita»

🔥 Miles de personas, convocadas por los gremios más combativos, se movilizaron en homenaje a Evita y para denunciar un "golpe blando" contra el Gobierno. Hubo antorchas y calor humano, pero también críticas al Presidente y a la conducción de la CGT.

El fuego de miles de antorchas iluminó la noche sobre la Avenida 9 julio este martes, durante la movilización en homenaje a Eva Perón en el 70 aniversario de su muerte. Esta nueva edición de la tradicional convocatoria excedió la postal y tanto la CTA de Hugo Yasky como los gremios más cercanos a Cristina Kirchner —principalmente Camioneros y afines— aprovecharon para denunciar en la calle que el Gobierno sufre un “golpe blando de los mercados” y para diferenciarse de la cúpula de la CGT, que realizó su propio acto en Azopardo, a puertas cerradas.

«Celebramos la unidad que estamos teniendo en la calle», lanzó Pablo Moyano, de Camioneros, una vez que la peregrinación llegó hasta el monumento a Eva sobre el edificio del Ministerio de Desarrollo Social. Allí se improvisó un escenario para mostrar el abanico de dirigentes que formaron parte de la convocatoria: estuvieron Walter Correa, de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT); Daniel Catalano, de ATE Capital, y los propios Moyano y Yasky. Hubo también una fuerte presencia de Smata, Canillitas, la Bancaria y otros gremios «que enfrentamos al macrismo y que vamos a defender al Gobierno», en palabras del líder camionero. 

«Los que tienen el poder de remarcar los alimentos no lo van a lograr”, dijo Yasky, en referencia a “los formadores de precios” que “intentan desestabilizar al Gobierno”. “Eva está presente. Viva la unidad, viva la lucha», sintetizó enseguida sobre el espíritu de la movilización. 

Fotos: Bárbara Leiva

El tradicional “pliego de reivindicaciones” del arco de organizaciones que se movilizaron ya mostraba en la previa cómo se posiciona el sector frente a la crisis que atraviesa el Frente de Todos en el poder: reclamaba desde “una suma fija para todos los trabajadores activos, jubilados y pensionados” vía decreto hasta “la renegociación del acuerdo con el FMI” o “la creación de una empresa estatal de alimentos”. 

Paradójicamente, la Rosada anunciaba casi en simultáneo la implementación del “dólar soja” para el sector exportador, uno de los “sectores de poder concentrados” denunciados durante la movilización. El contraste también se evidenciaba con lo que sucedía puertas adentro de la sede de la CGT de Azopardo, donde su titular Héctor Daer realizaba su propio acto a puertas cerradas junto a los principales dirigentes del Movimiento Evita, como Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro. 

«Esta no es una marcha contra el Gobierno, es una marcha defendiendo al presidente y a la vicepresidenta», debió aclarar Moyano desde el escenario. El referente de Camioneros también metió presión para que la CGT salga con fuerza a la calle el próximo 17 de agosto.  «El 17 de agosto nos movilizamos en todo el país; no nos corren por izquierda ni por derecha y vamos a demostrar lo que es el movimiento obrero organizado», advirtió. 

Ese marco sirvió para que se sumaran varias organizaciones sociales de base, desde la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat de Luis D´Elía hasta La Corriente Nacional de la Militancia, la Corriente Nacional Martin Fierro, Unidos y Organizados y otras similares. También se movilizó la autoconvocada clase media porteña, que suele llegar a pie.

Fotos: Bárbara Leiva

Noelia y las antorchas

“Lo peor de todo es que cuando nos hacen estos golpes blandos, los que la pagamos somos siempre los de abajo”, dice Noelia. “Y nos duele mucho, la verdad, porque después lleva tiempo, mucho tiempo, volver a acomodarse”, sigue. Y enumera: “la inflación, la comida, la ropa, el dólar, el fondo, la deuda…”. Habla con una mueca triste en la boca, que disimula con un pucho, pero habla firme. Llegó desde Ciudad Oculta, con otros 50 militantes de “La Corriente”. Con una mano sostiene una de las antorchas y con la otra intenta prenderla, sin éxito. El problema es el mechero, explica. Sobre el piso, a pocos metros de la estación de subte Independencia de la Línea E, hay otras treinta más, que pronto van a ser encendidas también. La mayoría ya habían sido estrenadas en la marcha de este año en el barrio por el 24 de marzo, cuenta. También hay banderas, afiches con el rostro de Evita, instrumentos de percusión. “Más cosas que gente trajimos”, se ríe. “Pero lo más importante de esta marcha es que por fin salimos a la calle a señalar a los que son verdaderamente los enemigos del pueblo, y a pedirle al Gobierno que empuje más. Hacía falta”. 

El cielo a esa hora todavía estaba claro. Las columnas se ordenaban según la lógica de su propio caos. Los gremios, a lo ancho de Lima e Irigoyen, aunque todavía sin la suficiente gente como para cortar definitivamente el Metrobús de la 9 de Julio, que sucedió pasadas las ocho de la noche, cuando la peregrinación finalmente se puso en marcha. 

Fotos: Bárbara Leiva

“Los vecinos del PAMI peronista”

Sentados sobre la plazoleta de la 9 de Julio, Silvia y Lito, jubilados ambos, comparten mate y charla. Llegaron desde Palermo y Belgrano, respectivamente. Se conocen de movilizaciones “desde los 90 para acá”, dicen. “Somos los vecinos del PAMI peronista”, se ríen. 

“Hoy Evita no es lo más importante. Estamos acá, en todo caso, para pedir que se haga lo que Evita haría hoy”, dice ella. “Y… nosé. Que vendan la soja que tienen guardada. Que dejen de especular con el dólar. Lo que sea. Pero que dejen de hacer comentarios desde el Gobierno y se pongan a laburar para la gente”, explica y agrega que “lo más importante es que no vuelva la derecha en 2023, y así estamos mal”. 

Lito aporta que, en todo caso, “hay que pensar qué podemos hacer nosotros, más allá de Evita o de Perón o de San Martín”. “Ahora nos toca gobernar y es como decía Ringo Bonavena: te sacan el banquito, suena la campanita y tenés que pelear, no hay vuelta atrás”. 

Fotos: Bárbara Leiva

Jorge Rachid

Mezclado entre los manifestantes, el médico sanitarista y dirigente peronista Jorge Rachid se sacaba selfies a pedido. “Hay un golpe blando en marcha organizado desde EEUU”, advirtió, fiel a su estilo. “Y tiene tres patas: la judicial, que busca proscribir a Cristina; la financiera, que empuja la devaluación; y la de los monopolios, con la inflación. Un combo explosivo para cualquier Gobierno”. 

Frente a ese escenario, opinó, “es importante que empezamos a movilizarnos” para “identificar al enemigo”. “En especial a la Corte Suprema, un tribunal criminal, corrupto y canalla”. 

“La salida que veo es la institucionalización del Frente de Todos. Es una idea que varios venimos pidiendo, con los gremios, los gobernadores, las organizaciones sociales, con todo el movimiento popular. A espejo del Frente Amplio. No es necesario, es urgente. Los acuerdos son estratégicos y hay que asentar eso para bajar el tono de las diferencias, que son tácticas”. 

“Liberación Popular”

“Todas las orgas estamos pidiendo salir a la calle, hace rato. Nos bombardean de todos lados, los medios, el poder económico, y nosotros no hacemos nada. Así, en la calle, además, se construye la unidad que necesitamos, la historia lo dice”, piensa por su parte Sergio, dirigente matancero de una fractura peronista del PCR, “Liberación Popular”, que movilizó anoche unos 200 militantes, ordenados debajo de una bandera verde agua. Algunos de ellos repartían su prensa partidaria, “Al Frente”, cuyo título de la edición de julio pide, con letras imprentas amarillas sobre fondo rojo, “Enfrentar el golpe devaluador”. Otro título más pequeño, al pie de página, junto a una foto de la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, lo complementa: “Así no”, dice.  

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.