Rápidamente, podría pensarse que «Bailan las almas en llantas» se ubica en la saga de producciones villeras en las que aparecen, por ejemplo, El Marginal. Sin embargo, tiene detalles que la alejan de ese discurso estereotipante y finalmente conservador de ese tipo de propuestas.
¿Hay cumbia y rap? Si, por suerte. ¿Hay chorros? También. ¿Hay pibes muertos, policías corruptos y cuetazos? Si, y un montón. Pero hay una sutileza radical en la construcción de esos personajes: la capacidad de resistencia, que viene de la mano del amor en sus distintas formas.
Protagonizan la historia dos grupos de jóvenes de bandas enfrentadas, cuyas vidas están asediadas por la violencia. El culebrón tiene como frutilla del postre el enamoramiento visceral de Valu y Julio, hijxs de los clanes en pugna.
Las dificultades de elegir se ponen en el centro de la historia, y allí aparece una heroína colectiva llena de contradicciones: la maestra, que cree en la potencia de les pibes y lxs banca para que vayan por sus deseos.
Otra mujer es clave en toda esta historia: Gladys, trabajadora sexual y tía-madre de la Julieta villera. Una hada madrina que no hace aparecer zapatos de cristal pero que, en medio de un realidad agobiante y violenta, enciende de fuego y pasión toda la escena.
Pilar Ruiz es la guionista y directora de esta obra que está en cartel desde 2021 y que podrá verse hasta el domingo 4 de octubre en el Teatro del Pueblo (Entradas en Alternativa Teatral: http://www.alternativateatral.com/obra70766-bailan-las-almas-en-llantas). Revela que la obra nació de una vivencia personal. “Hace varios años daba clases en una primaria para adultos, en el barrio de Chacarita, muy cerca a la Villa de Fraga. En una clase, un estudiante se acerca y me cuenta que iba a pedir el pase de escuela, porque su madre había decidido, para resguardarlo, sacarlo del país, después de una situación de violencia institucional que había tenido el fin de semana anterior con la policía. Tomé esa situación y luego hice el cruce con «Romeo y Julieta» de Shakespeare”, dice.
En la propuesta, con tintes de musical, hay una sinergia de verso shakespeariano y free style. Sobre la construcción del proyecto, Ruiz cuenta que la decisión de escribirlo en verso y rima empezó “como procedimiento de distanciamiento con la situación el contexto que la obra plantea”, y que “una vez escrito el texto, convoqué al elenco”.
“Durante los ensayos, estuvo muy presente el trabajo con lo rítmico y lo musical. El universo de la obra invitaba a explorarlo desde ese lugar. Tomamos el trap, el beat box y la cumbia como elementos compositivos de la puesta en escena. Pienso que el trabajo musical y coreográfico terminan de generar el dispositivo de actuación, junto con el trabajo espacial y el trabajo con el texto”, agrega.
La obra tiene su propia lista de reproducción en Spotify, con título homónimo, de autoría de Gastón Poirier.
La ficha técnico-artística completa:
Dramaturgia: Pilar Ruiz
Actúan: Fran Bert, Lola Banfi, Daniel Begino, Jesús Catalino, Camila Conte Roberts, Joaquin Gallardo, Federico Julián Martínez, Matías Méndez, Romina Oslé, Liza Taylor, Juan Tupac Soler
Escenografía: Victoria Chacón
Diseño de veszuario: Victoria Chacón
Diseño sonoro: Gastón Poirier
Video: Francisco Castro Pizzo
Música original: Gastón Poirier
Diseño De Iluminación: Lucia Feijoó
Fotografía: Francisco Castro Pizzo
Diseño gráfico: Juan Pablo Rodríguez
Entrenamiento corporal: Andrés Molina
Asistencia de dirección: Mila Vera
Prensa: Marisol Cambre
Producción ejecutiva: Poética Resiliencia, LugarOtro Estudio Teatral
Diseño de coreografia: Andrés Molina
Dirección: Pilar Ruiz
