Una muerte que duele: en la ciudad más rica del país, se conoció ayer el fallecimiento de M. una niña de 11 años que estudiaba en la Escuela 11 DE 5, de la Villa 21-24, en el barrio porteño de Barracas. Desde la institución señalan que el pasado viernes 12 la menor ingresó al establecimiento al borde del desmayo, con signos de desnutrición y una acuciante debilidad corporal.
La ambulancia del SAME nunca llegó y la madre de la niña decidió llevarla por sus propios medios al hospital Penna, donde finalmente ingresó sin vida. «A la familia se la viene acompañando desde el día uno. El hermano más grande venía a la escuela y ya se egresó, así que nos conocemos muchísimo. Ella transita nuestra escuela desde hace 6 años. El abordaje siempre fue integral y tratamos de trabajar con las organizaciones del barrio y no quedarnos puertas adentro.», explicó Ailén Galante, docente de la escuela, en diálogo con El Grito del Sur.
«Son familias que necesitan mucho apoyo y acompañamiento en el acceso a la salud por la situación precaria en la que viven. Intentamos todo lo que pudimos pero el Estado no nos deja movernos demasiado en estas situaciones. Todo lo legalmente viable lo hicimos pero nunca tuvimos respuesta del Gobierno de la Ciudad».
M. (de quien su madre pidió preservar su identidad) había ingresado a la escuela en el año 2017 y desde el inicio de su cursada las autoridades escolares solicitaron la intervención del Equipo de Orientación Escolar de la institución debido al bajo peso y talla de la niña, la visión disminuida en uno de sus ojos y las múltiples dificultades que presentaba en su proceso de aprendizaje e incorporación del lenguaje.
Durante dos años consecutivos (2018 y 2019) la madre de M. había logrado acceder al certificado médico que la habilitaba al refuerzo calórico en las viandas escolares, pero el suplemento se cortó el año pasado, cuando la revisación médica certificó que la niña había ganado algo de peso.
«Desde el primer día estuvo derivada al Equipo de Orientación Escolar, lo que antiguamente era el gabinete psicológico que había por escuelas. Pero eso ya no existe y el Equipo de Orientación Escolar está conformado por pocas personas, menos de cinco, que actúan en muchísimas escuelas y distritos», agregó Galante.
«Estas personas cambian constantemente, entonces no pueden seguir a los mismos casos. Llegan a las escuelas sin conocer a les niñes ni sus trayectorias, habiendo leído solamente un informe de las maestras», señaló la docente y agregó que existe una relación directa entre el ajuste en el presupuesto educativo y esta muerte evitable.
«En 2020 el EOE se dio cuenta que la situación no daba para más y la derivó a la defensoría zonal, pero nunca nos dieron respuesta», sentenció. Desde la escuela emitieron un comunicado muy crítico con el Gobierno de la Ciudad donde dejaron en claro la intervención del colegio en el acompañamiento a M. y su familia. «Estamos pensando en hacer alguna movida con los sindicatos y las organizaciones del barrio porque no queremos que esto vuelva a suceder», concluyó Galante.
