“Todavía no escuchamos una medida para nosotros, a favor del pueblo”

🙏✊ La séptima edición de San Cayetano fue la más numerosa, y tuvo más condimentos políticos que en años anteriores. Las organizaciones le pidieron al Gobierno medidas urgentes para los sectores populares y advirtieron: "si nos tocan a uno, nos tocan a todos".

Los movimientos sociales volvieron a rendirle culto a San Cayetano con una masiva movilización, por lejos la más numerosa hasta ahora en los siete años que llevan peregrinando cada 7 de agosto desde 2016. Las columnas de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) protagonizaron este domingo una demostración de fuerza a la altura de la agenda de reclamos con que vienen presionando al Gobierno —del que forman parte—, desde un Salario Básico Universal hasta la aprobación en el Congreso de la ley marco de Techo, Tierra y Trabajo. 

Cientos de miles de personas, en su mayoría del conurbano bonaerense, pero también del interior del país, llenaron literalmente cada hueco de la 9 de Julio desde el Obelisco hasta el edificio del Ministerio de Desarrollo Social de Nación y conformaron una marea humana y de banderas y pecheras y símbolos de todo tipo y color que los identificaba como trabajadores del sector: obreros y obreras de polos textiles, de la construcción, de cooperativas del reciclado; responsables de comedores populares, de clubes de barrio, de centros culturales; productores y productoras de la agricultura familiar y de la pesca; referentes y referentas de barrios populares; vendedores y vendedoras ambulantes; católicos, evangelistas y agnósticos devotos de San Cayetano, de la virgen de Luján, de la Itatí, del Negro Manuel; organizados y organizadas en el MTE, la CCC, Barrios de Pie, el Frente Darío Santillán o el Movimiento Evita, según el caso. 

Semejante despliegue callejero funcionó como una advertencia en varias direcciones. Ya en la previa, los referentes y las referentas habían dejado en claro que el espacio se siente poco escuchado por el Frente de Todos, sobre todo en sus reivindicaciones gremiales. A lo que se sumó, pocos días antes de la movilización, el sabor a poco que dejaron los anuncios en materia social y laboral del flamante ministro de Economía, Sergio Massa. 

Fotos: Pedro Palacios

Las advertencias al Frente de Todos en ese sentido fueron varias y se escucharon en boca de todos quienes pisaron el escenario para dar un discurso. “¿Qué pasa con este Gobierno?”, se preguntó Dina Sánchez, secretaria adjunta de la UTEP y vocera del Santillán, luego de describir que “en las asambleas de los barrios hay mucha bronca y desilusión”. “¿Cómo puede ser que se tomen medidas sólo para los mercados, las petroleras y para quienes se la vienen llevando en pala desde hace mucho tiempo?”, siguió. “Hoy venimos a plantear algo, con mucho respeto, pero también con mucha firmeza: no vamos a tolerar que quienes se sientan encima de la comida y especulan todo el tiempo obtengan respuestas y nosotros tengamos que seguir esperando, cuando tenemos casi 4 millones de personas en la indigencia, tenemos 16 millones de pobres y el 50 por ciento de niños y adolescentes son pobres”. 

“Si fuimos capaces de garantizar la vida en el peor momento de la humanidad— arengó el secretario general de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro, en referencia al reconocimiento que tuvo el sector por su rol de contención durante la pandemia— ahora que nos llamen a discutir cómo salimos de esta crisis: tenemos propuestas y somos parte de la solución”. 

Castro tomó la palabra en el cierre del acto y fue el encargado de explicitar la agenda de reclamos de las organizaciones, que por ahora no tuvieron eco: “Pedimos la ley de Techo, Tierra y Trabajo, y no sale. Pedimos el monotributo productivo, y tampoco sale. Lo mismo sucede con el Salario Básico Universal”, dijo. 

Enseguida, Castro describió cómo ve la UTEP la situación actual del Gobierno: “Celebramos que el nuevo ministro sea producto de la unidad que necesitamos. Es auspicioso que se estén decidiendo políticas de conjunto entre el Frente de Todos. Pero por ahora hubo mucho anuncio para los que tienen plata, y todavía no escuchamos una medida para nosotros, a favor del pueblo”. 

Fotos: Pedro Palacios

La ley marco de las “Tres T” fue presentada el año pasado por el referente de la CCC y diputado nacional Juan Carlos Alderete, y propone el acceso a terrenos fiscales para pequeños productores, la implementación de líneas de crédito blando para el fomento de las cooperativa, la generación de empleo en la construcción de vivienda estatal en los barrios populares y la implementación de un Salario Básico contra la indigencia, entre otras iniciativas. El proyecto propone también la creación de una Secretaría de Techo, Tierra y Trabajo, a espejo del Ministerio de la Economía Popular, una vieja promesa que en su momento les hizo el presidente Alberto Fernández y que sigue sin concretarse. 

ESO QUE HACEMOS ES TRABAJO

Otro de los temas políticos centrales de la manifestación fueron los discursos, calificados como “estigmatizantes”, respecto de quienes son beneficiarios y beneficiarias de planes sociales como el Potenciar Trabajo. Al respecto no hubo sólo discursos, sino también un posicionamiento en conjunto, firmado por todas las organizaciones, que se leyó desde el escenario. 

“Queremos romper el mito de que vivimos de un plan. Los planes los convertimos en trabajo hace ya mucho tiempo”, se escuchó como introducción de una enumeración de los trabajos que realiza el sector, casi a modo del poema “Preguntas de un obrero que lee”, de Bertolt Brecht:  

“Los convertimos en unidades productivas de reciclado, de costura, de construcción e integración urbana. Los convertimos en empresas recuperadas, en agricultura familiar, campesina, indígena; en grupos comunitarios de cuidado, educación deportes, salud, recuperación de adicciones y reinserción de liberados. Hemos hecho miles de kilómetros de veredas, desagües, cloacas, tendidos eléctricos. Hemos recuperado miles de toneladas de plástico, papel, cartón, vidrios y metales.

Hemos confeccionado millones de remeras, pantalones, camperas, uniformes y calzados. Hemos construido miles de viviendas, polideportivos, centros comunitarios, mejoramientos habitacionales. Hemos producido toneladas de fruta, verdura y otros alimentos para nuestro pueblo. Hemos alimentado barrios enteros durante la pandemia. Hemos abrazado a los pibes y a las pibas donde ni el mercado ni el Estado llegan para educar, curar o sanar. Eso que hacemos es trabajo, y es genuino. Lo que nos falta no es trabajo, son derechos”.

También hubo advertencias respecto de los allanamientos que sufrieron algunas organizaciones sociales, especialmente de la izquierda, a raíz de una denuncia penal motorizada por la oposición respecto del manejo del programa Potenciar Trabajo. “Si nos tocan a uno nos tocan a todos”, dijo Sánchez. 

Fotos: Pedro Palacios

Castro, además, dejó una ironía respecto de la supuesta intención del Gobierno — solicitada en su momento por la vicepresidenta, Cristina Kirchner— de realizar una “auditoría” sobre los programas del Ministerio de Desarrollo Social, centralizados fundamentalmente en el Movimiento Evita. Según Massa, estará a cargo de universidades públicas. “Que vengan de las universidades, van a terminar militando con nosotros”, dijo el secretario general de UTEP. 

«Si el único planteo para los sectores populares es judicializar y estigmatizar, esta Argentina no tiene destino», resumió Gildo Onorato, del Evita. 

PEREGRINAR

Graciela, Silvia y Tamara salieron juntas a las 4 de la mañana desde Tortuguitas, en Malvinas Argentinas, para llegar a tiempo a la iglesia de San Cayetano, en Liniers. Caminaron los 14 kilómetros juntas hasta la 9 de julio, cargando una bandera de la CCC. A Graciela, que peregrinó por primera vez este año invitada por sus dos compañeras, el cansancio le cerraba los ojos. “En un momento pensé que ya no llegábamos, pero valió la pena, a pesar del frío. Nunca había visto tanta gente con fe, y organizada. Nos dicen planeros, yo recibo un plan también, pero ojalá esa gente sepa el esfuerzo que nosotros hacemos. Yo antes de la pandemia estaba del otro lado, pensaba también así, y estoy sorprendida”, dijo. 

Silvia y Tamara, sus referentas, vienen marchando desde 2016, con la única excepción de 2020, por la pandemia. Las dos coinciden en que se sienten estigmatizadas por los planes. “Nosotras mantenemos un centro cultural, damos clases de todo para que los chicos no estén en la calle. Eso es trabajo”, dijo Silvia. Ella es la hija menor de siete de Alberto Rodríguez, un histórico referente de la CCC del barrio, que empezó con un comedor a mediados del 2001 y luego de haberse quedado sin trabajo. Falleció de Covid. El centro cultural lleva su nombre y en los últimos años explota de gente, por las viandas de comida que se reparten. “La gente no se organiza con nosotros porque somos lindos. Sino porque hay necesidad. Nosotros luchamos y la lucha rinde sus frutos”.  

Fotos: Pedro Palacios

Ninguna de las tres es católica. Silvia es agnóstica, y Tamara y Graciela son evangelistas. “Cayetano para nosotras, igual que la virgen, excede qué religión tenés, se le pide y se le agradece”, explicaron. 

Desde el escenario, Castro habló precisamente de eso, de la fe y de la lucha. Presenta y pide aplausos para la virgen de Luján y para el Negro Manuel, el que la vió aparecer. “Vinieron marchando con nosotros desde el oeste profundo y de acá se van para Brasil, a apoyar la unidad latinoamericana”, dijo. 

“Cuando el movimiento obrero organizado se movilizó por primera vez por San Cayetano, de la mano de (Saúl) Ubaldini, fueron reprimidos. Ellos tenían un cantito: 

Pan, paz y trabajo, la dictadura abajo. Nosotros lo cambiamos por el neoliberalismo al carajo. Al carajo porque es un sistema que nos deshumaniza, que nos descarta. Que se vaya el carajo ese sistema, al que vamos a reemplazar por otro cristiano, humanista, peronista, marxista, mahoísta y todo lo que quieran, pero seguro va a ser mejor que esto”, cerró.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.