Reencuentro plurinacional

😍 Este fin de semana se realizó el 35 Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersex y no binaries con una importante convocatoria. Intercambios, manifestaciones y mística en el evento político transfeminista del año.

Bárbara Leiva

Luego de dos años de interrupción por la pandemia, se volvió a realizar el Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersex y no binaries y este año es la primera vez que desde la organización del evento se implementa este nombre que reconoce a las diferentes identidades culturales y sexuales.

Lxs mismxs protagonistas de esa “primera línea” de la pandemia en las tareas de cuidado y contención comunitaria, esxs que sostuvieron como pudieron en asambleas y reuniones interrumpidas por microcortes de modem, ellxs son quienes se reencontraron para balancear la vuelta a las calles y proyectar un horizonte de derechos garantizados.

A pesar de que los edificios del Gobierno y las iglesias estaban totalmente vallados, la ciudad de San Luis sorprendió por lo tranquila, sin mucho tránsito y, de hecho, las casas parecían deshabitadas por lo silenciosas. 

Como se preveía, el número de asistentes fue mucho menor al de ediciones anteriores; aún así, se volvió a copar la ciudad entera con el objetivo de discutir los principales puntos de la agenda política transfeminista.

Bárbara Leiva

El fresco serrano abrazó durante toda nuestra estadía en el territorio Huarpe, Comechingón y Ranquel. Otra de las grandes características del Encuentro fue el fuerte enraizamiento plurinacional, racializado y ancestral. Con la clara intención de que el reconocimiento de cada uno sea central, se fueron recordando en todo momento las deudas pendientes con los pueblos originarios. Luego de la apertura general y las inscripciones, hubo una ceremonia ancestral que dio lugar al inicio de los más de cien talleres distribuidos en varias escuelas destinadas a la causa y a actividades artísticas y culturales programadas. Como es costumbre, los talleres contaron con tres instancias y abarcaron la mayoría de los tópicos que son atravesados por el debate transfeminista.

En cada taller se llegó a acuerdos respecto a las problemáticas de cada sector para armar un plan de lucha de cara al siguiente año. Por supuesto, algunos ejes son mucho más concurridos y/o complejos de debatir, lo cual lleva a separar a lxs compañerxs en diferentes comisiones y a veces no se llegan a conclusiones que contenten a todxs. Después de todo no nos juntamos a tomar el té con masitas, discutir feminismo funciona como un catalizador tan potente como cualquier otra discusión política. Varies optaron por circular por varios talleres en lugar de sostener uno solo todo el fin de semana, allí se dieron intercambios riquísimos que ordenaron las prioridades al mismo tiempo que nos pusieron en perspectiva de cómo afecta cada violencia específica en uno y otro rincón del país.

De todos modos, lo más importante del Encuentro estaba ocurriendo en las calles. Luego del largo periodo sin poder juntarnos se reprodujeron en cada plaza las asambleas y paneles improvisados pidiendo la aparición con vida de compañeres o con consignas que engloban la expresión máxima de violencia machista en cada interseccionalidad, intervenciones artísticas de una crudeza tal que sólo es posible en épocas de crisis y una feria autogestiva extendida a lo largo de las avenidas aledañas con vendedorxs con productos comprometidos con sus luchas y con el planeta.

Bárbara Leiva

La marcha contra los travesticidios y transfeminismos fue otro de los momentos más convocantes y significó un ensayo de lo que sería la gran marcha de cierre del Encuentro. Allí se intercalaron momentos de festejo, risas y consignas graciosas con momentos más combativos y consignas a veces densas, que ponen de manifiesto una realidad cruda, como el pedido de reparación histórica para el colectivo y la aparición con vida de Tehuel. 

Como gran cierre político, la marcha del final contuvo a organizaciones, colectivas, espacios, frentes y autoconvocadxs en kilómetros de cuadras con un recorrido de 230 cuadras. Lxs mismxs vecinxs que temían por sus vidas a punto tal de no querer salir a trabajar, tras haber recibido los mensajes que inducían miedo, se asomaron este domingo en claro apoyo luego de haber entendido que la lucha es por nuestros derechos y contra la opresión.

Un hecho político de tal magnitud, lejos de las grandes urbes, requiere esfuerzo y trabajo sin igual no solo de quienes se ponen la logística del Encuentro y la llegada de cada unx de sus compañerxs al hombro sino también de lxs mismxs asistentes, en muchos casos personas mayores, embarazadxs, con movilidad reducida, que por tres días resignan muchas comodidades para poder formar parte.

A la par de que nos seguimos organizando para combatir las opresiones que nos avasallan, éstas siguen creciendo en todas sus formas posibles. El 35º Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersex y no binaries se dio en un contexto de odio político, de intento de asesinato a una de las principales líderes políticas, de vulneración de los derechos de mujeres mapuches que defienden su territorio, de especulación de cambio de Ministerio de Género a Secretaría, de endeudamiento y exclusión laboral. Sin embargo, gracias a estos espacios es que volvimos a reunirnos con logros debajo del brazo como la ley de aborto legal, la de los 1000 días, la del cupo laboral travesti-trans y la lista sigue.

Bárbara Leiva

La historia de los derechos de las femineidades y disidencias argentinas se sigue escribiendo a pasos ligeros y nos pone en la mira del mundo entero como ejemplo de unidad y organización del movimiento transfeminista.

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