«Va a ser un Encuentro paradigmático porque vamos a superar instancias de fractura»

🌈 Otro Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales, Intersex y No binaries se avecina. Entre bolsos, carpas y preparativos El Grito del Sur habló con Amanda Alma, co autora del libro “Mujeres que se encuentran".

“La historia no es solamente una sucesión de acontecimientos extraordinarios y hechos solemnes. Es también historia, la vida cotidiana de cada una de nosotras; lo que pasa fuera de nuestra casa incide dentro de ellas y nos perjudica o beneficia, por eso tenemos mucho que decir y mucho que hacer para cambiar y mejorar nuestra realidad”.

Palabras de bienvenida del VIII Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán 1993

Como todos los octubres, antes de que la pandemia interrumpa de manera abrupta por dos años con su ferocidad, este sábado, domingo y lunes feriado el movimiento de mujeres y disidencias se da cita en un lugar del país para realizar el pogo feminista más grande del mundo: un nuevo Encuentro Plurinacional se avecina. 

Con todos los saberes acumulados, este año se espera que sea lo suficientemente convocante para terminar de plasmar ciertos fenómenos que se vienen cociendo desde Trelew 2018, como por ejemplo el cambio de nombre y la determinación de una nueva fecha.

Entre bolsos, carpas y preparativos El Grito del Sur habló con Amanda Alma, co autora junto con Paula Lorenzo de “Mujeres que se Encuentran. Una recuperación histórica de los Encuentros Nacionales de Mujeres en Argentina (1986-2005)”.

Habiendo estudiado la historia de los Encuentros, ¿cómo creés que se llega a este año?

Me parece que este Encuentro va a ser un reencuentro luego de dos años de pandemia que impidieron el contacto entre les compañeres que solemos ir y que activamos desde la organización colectiva. También me parece que llega atravesado por los discursos conservadores, porque nos encontramos ya desde el año pasado con que un sector del movimiento que quería desconocer varios de los acuerdos constituidos desde hace años y eso llevó a una situación de crisis. Hubo un intento muy fuerte de fractura y un señalamiento hacia las disidencias por esa tradición identitaria que intenta borrarlas y volver hacia la “naturaleza”, ese concepto de que solo sos mujer si tenés vulva. Las compañeras de las Comisión Organizadora defendieron las discusiones que se vienen dando desde Mar del Plata de nombrar a las disidencias pero también a la plurinacionalidad. Va a ser un encuentro paradigmático porque vamos a superar estas instancias de fractura.

¿Cómo afectó la pandemia y los dos años de ausencia al Encuentro?

El Encuentro es un rito de fortalecimiento del movimiento feminista en Argentina. Frente a lo que muches creían de que iba a tener un efecto desmovilizador, este impasse reafirmó las ganas de encontrarse. Después vamos a ver los números de cuántas realmente llegaron, pero no creo que tenga un efecto de borramiento del evento histórico. Está todo San Luis movilizado, entiendo que hay muchas convocadas a participar y que ya muchos alojamientos están cubiertos así que me parece que lo que ha hecho la pandemia fue demorar el momento pero no logró apagar la convocatoria. 

¿Por qué el Encuentro es un fenómeno único de nuestro país?

Es único en el mundo, no hay otro de ese nivel de organización y horizontalidad que se haya perpetuado con tanta persistencia durante esa cantidad de años. Me parece que es una característica de este país, que es muy constante en sus luchas. El Encuentro tuvo una capacidad de resistencia que se ha canalizado de manera contundente y está vinculado al movimiento de Derechos Humanos que incluye a las madres, a las abuelas, a las hijas y se transmite generacionalmente. El Encuentro continúa porque hay una voluntad colectiva de participar más allá de las diferencias de organización de un evento de estas características y porque hay un impulso social que lleva a participar. 

¿Cómo ves al movimiento feminista como sujeto político que resiste a la derechización del continente?

Las mujeres y feminidades nos inscribimos en esa lucha porque ha pegado de manera muy fuerte la idea de avanzar en contra de los derechos obtenidos. La diferencia social y la crisis alimentaria que hay en Argentina genera una reacción que también hace que se sostenga el Encuentro a lo largo del tiempo.  

El aborto fue el eje fundamental del Encuentro durante muchos años. ¿Cuál crees que será la próxima conquista?

Hace muchos años se viene discutiendo sobre la brecha laboral y el reconocimiento de las tareas de cuidado. De hecho, el aborto no es la única discusión del Encuentro que se vio plasmada en una acción. La asignación de un año por hije en los aportes de las jubiladas me parece que es una política pública que también recoge algo de las conversaciones que se vienen llevando desde los Encuentros sobre estos temas. Más allá de las legislaciones y de que se haya aprobado el aborto, nunca terminan de estar garantizados los derechos. Ahora todavía faltan aplicar cosas de la ley de IVE en muchas provincias, no hay registros de cómo se está implementando la ley y eso es parte de los debates de cómo hay que garantizar entre quienes gestionan estos derechos. Lo vimos en el caso de Miranda Ruiz, una médica que fue criminalizada por garantizar un derecho que estaba previsto en la constitución desde 1921. Son muchas las luchas todavía. También hay una dimensión que viene de los pueblos originarios, que tiene que ver con el buen vivir y los ecofeminismos para trabajar en la relación con el planeta desde una perspectiva de derechos y no desde una cuestión utilitaria. 

De todos los talleres que se fueron agregando, ¿cuál te llama la atención?

No podría nombrar solo uno. Es una dinámica interesante la de los talleres, donde son las propias compañeras que impulsan y reciben las demandas. Cuando comenzó el Encuentro había alrededor de 15 talleres y ahora hay más de cien. Sin embargo, es importante recordar que el Encuentro no es de nadie y es de todes, por eso lo que hace la Comisión Organizadora es garantizar las condiciones para que los talleres puedan llevarse a cabo mientras nosotres que vamos llegando de diferentes lugares podemos darlos. Más allá de eso están la fiesta, la marcha y las peñas, que tienen que ver con un derecho al goce que muchas veces le fue cercenado a las clases populares por las lógicas del mercado. 

Por último. ¿qué pasa con el aplausómetro como método para elegir sede y las dudas sobre su funcionamiento?

La propia dinámica del Encuentro tiene sus complejidades. Les que hemos participado desde los 2000 sabemos que era muy diferente porque había mucha menos gente y se decidía entre quienes se quedaban, pero siempre hubo un conflicto sobre cómo elegir la sede. En un principio la idea era llevar el Encuentro a cada parte del país porque en cada lugar donde se desarrolla el encuentro deja una huella y una dinámica de organización. Entonces no es solo quién puede garantizar la llegada de esa cantidad de personas. Ahora tenemos que ver qué pasa en San Luis, que es la primera vez que nos recibe a les encuentreres, pero nunca podés garantizar qué va a pasar con 70.000 personas.  

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.