«El peronismo puede tener enfrentamientos, pero frente al poder tiende a unirse»

🧐 El analista político e historiador Rosendo Fraga destacó en diálogo con El Grito del Sur la capacidad del peronismo para "superar sus divisiones" y no descarta un triunfo del oficialismo. "Obtener un 40% no es un porcentaje imposible para gobiernos en dificultades económicas", dijo.

Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría, analista político e historiador, Rosendo Fraga porta un nombre y apellido que se ha ido reproduciendo de generación en generación: uno de sus antepasados, Rosendo María Fraga, fue un militar, estanciero y político argentino que se identificó con las ideas de Urquiza y llegó a ser gobernador de la provincia de Santa Fe entre 1858 y 1860. Heredero de esa dinastía, Rosendo Fraga IV jamás incursionó en política partidaria pero desde joven se identifica con las ideas de derecha.

En diálogo con El Grito del Sur, Fraga analizó la dinámica conflictiva al interior de las grandes coaliciones Frente de Todos y Juntos por el Cambio, los roles de Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri, y la fulgurante aparición de Javier Milei.

En las dos principales coaliciones políticas del país, el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, se arrastran desde hace tiempo fuertes discusiones asociadas a los tipos de liderazgos. ¿Creés que esto finalmente va a poder resolverse en ambos casos sin romper la unidad?

La lucha por las candidaturas es central en las dos principales fuerzas políticas a un año de la elección presidencial. En el Frente de Todos parece tener tres protagonistas, que al mismo tiempo coexisten en el ejercicio del poder: el Presidente, la Vicepresidenta y el ministro de Economía. Desde 1989, el peronismo -el eje político del oficialismo- ha gobernado 27 de 33 años. Es decir, el 82% del tiempo. Ello demuestra que el peronismo puede tener conflictos y enfrentamientos, pero frente al poder tiende a unirse. Lo hizo detrás de Menem durante 11 años y medio, y después con los Kirchner, durante casi dos décadas. En cambio, el no peronismo tiene una tradición de dividirse no sólo por intereses personales, sino también por ideas o ideología. De acuerdo a ello, el Frente de Todos tiene más posibilidades de superar sus divisiones que Juntos por el Cambio.

Cristina reapareció en la UOM con un discurso en el que habló de los problemas económicos del país y que muchos visualizaron como punta de lanza de su candidatura presidencial. ¿Qué interpretación hacés de esta nueva aparición pública de la vicepresidenta?

Estaba previsto que Cristina lanzara su estrategia electoral apenas Lula ganara la elección y lo ha hecho cinco días después de ello, en el acto de la Unión Obrera Metalúrgica en Pilar. Días antes, el gobernador bonaerense Axel Kicillof dijo que la candidatura de Cristina iba a ir surgiendo “desde la gente”. Más importante que el discurso de Cristina ese 4 de noviembre fue la consigna coreada por sus militantes: “Cristina Presidenta”. El 17 de noviembre, al cumplirse medio siglo del regreso de Perón tras 17 años de exilio, habrá un acto en La Plata que repetirá la escena. Cristina no negará la posibilidad de una candidatura en su discurso, mientras que en las tribunas se reclamará que tenga un tercer mandato. Pero recién en mayo es cuando ella adoptará la decisión: si va por la Presidencia o se repliega a la senaduría bonaerense.

En 2002, Lula vencía en Brasil y al año siguiente se plasmaba el triunfo electoral de Néstor Kirchner. 20 años después, el kirchnerismo se ilusiona con algo parecido aunque el contexto es distinto. ¿Es posible una victoria oficialista con niveles inflacionarios de esta magnitud?

No puede descartarse un triunfo del oficialismo, pese a la mala economía y ello es consecuencia del particular sistema electoral que tiene la Argentina. Si el primero obtiene el 40% de los votos en la primera vuelta y tiene 10 o más puntos de ventaja sobre el segundo, ya gana en la primera vuelta. No es un porcentaje imposible para gobiernos en dificultades económicas. Macri perdió con el 41% en la primera vuelta, con una población muy disconforme con la economía. Mucho más atrás en el tiempo, en 1989, Angeloz fue derrotado en primera vuelta cuando obtuvo el 38%, ya iniciado el proceso hiperinflacionario. 40% para un oficialismo con una oposición unida implica la derrota del primero. Pero con una oposición dividida tiene una posibilidad, aunque no sea el escenario más probable.

Rosendo Fraga

Mientras el Gobierno no encuentra un rumbo, la ambición de la dirigencia opositora ha llevado a una confrontación que cerró los canales de diálogo entre Bullrich y Larreta. ¿Cómo se resolverá esta encrucijada y qué rol juega un Mauricio Macri envuelto en el misterio si se postula o no?

En cuanto a la interna del PRO, Macri quiere ser candidato y lo revela en sus actitudes y movimientos. Mantendrá la ambigüedad hasta mayo, cuando defina si se presenta o no. La interna por la candidatura presidencial dentro del PRO debe resolverse antes de las PASO. Es que si las usara para definir este conflicto, corre el riesgo de que un candidato radical, como Facundo Manes, se lleve el triunfo por un voto, dada la división del partido dominante en Juntos por el Cambio. Debido a la magnitud de la confrontación político-ideológica en la oposición, hay margen para una tregua entre sus protagonistas, pero difícilmente para un acuerdo entre ellos.

Desde una tercera posición, el economista Javier Milei capitaliza buena parte del descontento social y algunas encuestas hasta le asignan posibilidades concretas de meterse en el ballotage. ¿Por qué su figura continúa en ascenso a pesar de que una mayoría de argentinos sigue creyendo en el rol del Estado?

Javier Milei crece desde una postura antipolítica, es decir, el rechazo a lo establecido. Cuestiona por igual al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio. Como vimos, en el mundo occidental las fuerzas de derecha conservadora están capitalizando más el resentimiento y la frustración de la gente que los partidos o coaliciones establecidas. No es probable que llegue a la segunda vuelta, pero tampoco es imposible que lo haga. Sus votantes no niegan la salud ni la educación, pero sí rechazan los subsidios sociales.

Gane quien gane en 2023, será una elección de tercios y es inevitable la fragmentación. ¿Cómo se hace para gobernar sin la posibilidad de un gran acuerdo social entre los distintos sectores?

La elección puede determinarse en función de la polarización o de un fraccionamiento mayor en tres espacios, como sería el caso de un Milei competitivo. Gestar coaliciones en la Argentina es posible; lo que es difícil es mantenerlas, sobre todo cuando vienen las dificultades. Para tener gobernabilidad, de los tres espacios que competirán en 2023, dos de ellos tienen que ser capaces de gestar una coalición eficaz. No será fácil, pero es posible.

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.