Esta semana los Institutos de Formación Técnica Superior lanzaron una campaña para visibilizar la ofensiva que lleva adelante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta en su afán de recortar carreras de formación en la Ciudad de Buenos Aires. La asonada comenzó hace tiempo con el intento inconsulto de avanzar con la UNICABA y cerrar los 29 profesorados, pero ahora se profundiza con medidas concretas.
Desde el movimiento estudiantil denuncian una situación contradictoria: mientras aumentan los nombramientos en cargos jerárquicos de funcionarios ligados al PRO, también avanza un vaciamiento de las carreras. Es el caso del IFTS N° 28, donde la gestión busca cerrar las carreras de Pedagogía y Educación Social con orientación en Derechos Humanos así como la de Gestión Cultural.
«El 27 de octubre recibimos una notificación que comentaba sobre el cierre de las carreras. El motivo es que el programa no se adecúa a su modelo socioproductivo», explicó en diálogo con El Grito del Sur Álvaro Rodríguez, estudiante de la Carrera de Pedagogía Social con Orientación en DDHH . «Toman esta decisión de espalda a la comunidad educativa lo cual deja a cientos de personas sin la posibilidad de elegir sobre su trayectoria educativa. Es un hecho que atenta contra la educación pública y gratuita y vulnera el derecho a la educación», agregó.
«Resulta increíble que les moleste que se estudie con una perspectiva de Derechos Humanos, haciendo foco en la cultura democrática y con una mirada crítica del pasado reciente», explicaron desde el Centro de Estudiantes. Es que los argumentos contra la carrera no tienen sustento: la misma tiene un convenio con UNTREF que acredita la evaluación y equipara los contenidos pedagógicos.
«No nos sorprende que el PRO quiera cerrar la única carrera con orientación en Derechos Humanos. Quienes nos egresamos de estas carreras vamos a trabajar en espacios socioeducativos que trabajan con poblaciones en situación de vulnerabilidad, por lo que este ajuste impacta también en un amplio sector de la población de la Ciudad».
Otro de los embates es contra la carrera de Gestión Cultural. Esta carrera «es la base para promover la cultura comunitaria, los derechos culturales y para poder alcanzar así la diversidad cultural», señalaron les estudiantes del Instituto en un comunicado. Pese a que fueron convocados en dos oportunidades para discutir el futuro de la carrera, la actualización de la misma sigue vacante.
Un último escollo para la continuidad de las carreras fue la imposición de la inscripción online. Tal como se preveía, el mecanismo no funcionó de manera adecuada y desde los Institutos debieron apelar a la inscripción presencial en las distintas sedes. «Es una más de las maneras de reducir el espacio de la escuela pública, de reducir las posibilidades de quienes no pueden acceder al sector privado, para el cual siempre hay posibilidades de ampliar la oferta», sentenciaron les estudiantes.
