Messi, lo vulgar y lo común

🇦🇷 Los grandes medios exhiben su desprecio característico hacia las manifestaciones populares y buscan estigmatizar el proceder del máximo ídolo del fútbol mundial. Sobran imágenes para neutralizar un ideario canalla que sucumbe ante el modo simple y gentil del capitán de la selección.

“Enemigos de la sonrisa popular. Desde tiempos inmemoriales. Gente con mocasines en el alma”, dice Ivan Noble en un tweet. Y es parte del debate que está en plena efervescencia y que va a seguir durante días, mientras la Selección Argentina avance en el Mundial de Qatar 2022. 

El disparador ha sido la aparición de una serie de artículos en dos grandes medios argentinos, que desnudan su ideología reaccionaria y su visión de clase.

Aquí algunos ejemplos de los últimos días en que estos medios se dedicaron a criticar odiosamente los micromovimientos de los integrantes del seleccionado argentino. 

En un artículo del 8 de diciembre, en Clarín se analizaba el proceder del director técnico. 

“A (Lionel) Scaloni se lo vio desenfocado por primera vez y en el momento menos indicado”.

“(…) no sé si jugamos para Argentina o para Holanda”. ¿Si jugamos quiénes, los periodistas? ¿Acaso los periodistas tienen la culpa por querer averiguar por qué (Rodrigo) De Paul no se entrenó con normalidad a horas de un partido decisivo? ¿Acaso no deberían hacerlo por una cuestión de patriotismo mundialista? Después otra particularidad, entre paranoica y ventajista. Desde hace mucho tiempo la Selección parece empecinada en no entender la función de la prensa”.

De nuevo en Clarín, el día después en otra nota, ponían un título con el mismo tenor: “El genio enojado. Fue un Messi peleador”.

Y dicen ahí sobre la Selección:  

“(…) habrá transitado por un fixture históricamente ventajoso, sin enfrentar a ninguna de las selecciones que tienen Mundiales ganados”. 

Una nota de La Nación de este sábado 10 de diciembre señala en referencia a Messi que “el futbolista extraordinario no pudo contener al hombre vulgar”.

La elección de adjetivos con connotaciones negativas, estigmatizantes y descalificadores es tan obscena que no podría más que sucumbir al desencanto.

Las duplas sustantivo-adjetivo son abrumadoras y maliciosas. 

“(…) Aire pendenciero, equipo extraño sagaz, torpe, agazapado, intenso, rocoso, protagonista, quejoso, incómodo, muchas veces despistado. Feroz y pragmático. 

Un equipo ingenuo en algunos pasajes, y salvaje en otros. (…) una manada de lobos hambrientos”.

Luego sobre el carácter. 

“ (…) que desapareció la tarde del debut con Arabia”, “después de una hora de pánico contra México”.

“La selección no es confiable. Siempre al filo, siempre con la sensación de eliminación directa”.

“Con aires pendencieros, también, muy reprochables”.

“La vena competitiva, el ardor emocional, en ocasiones, son el combustible que rescatan al desdichado”.

“No hubo límite, perdieron la línea. Un rebaño con varios maleducados”.

Y sobre Messi. 

“Pero tenía más groserías guardadas”. El perfil maradoneano que tantos años se le reclamó… y tan mal habla del pedido.

Messi durante mucho tiempo se resistió, pero desde hace algunas temporadas se intoxicó. (…) también puede ser un hombre vulgar”.

Lo vulgar y lo común

Cuando lo vulgar es aquello que es impropio de personas cultas o educadas, nos hablan de sus estereotipos, de su imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. Hablar de lo vulgar desnuda todo su conservadurismo social y político.

Por mi formación en salud pública quiero traer para compartir el análisis de George Canguilhem a propósito de definir a la salud como una cuestión filosófica y un concepto vulgar, para adentrarse en una discusión sobre si es posible afirmar que las personas podemos saber si estamos sanas más que en apariencia. 

Dice Immanuel Kant sobre la salud que no es un concepto científico sino un concepto vulgar, y traspolamos aquí el enunciado sobre la figura del máximo ídolo del fútbol actual: “Messi es vulgar”. El análisis filosófico sostiene que “vulgar” no quiere decir “trivial” sino común, al alcance de todos. Popular. 

La Real Academia Española señala que la palabra “común” proviene del latin “commünis”. Y la define como dicho de una cosa que, no siendo privativamente de nadie, pertenece o se extiende a varios. Corriente, (…) y admitido de todos o de la mayor parte. Ordinario, vulgar, frecuente y muy sabido. Todo el pueblo de cualquier ciudad, villa o lugar. Comunidad, generalidad de personas.

El lujo es vulgaridad

Infinidad de imágenes retrataron a las personas comunes con la camiseta de la Selección pegada al cuerpo, celebrando bajo la lluvia porteña. Grandes y chicos aferrados a la ilusión de ganar un campeonato mundial. Y no es que esto baste para satisfacer a nadie. Aún en medio de procesos de sufrimiento colectivo, la producción de alegría que deviene del fútbol es reparatoria. Mejora las vidas cotidianas. 

Un programa informativo mostraba las imágenes de un señor que, preso del nerviosismo ante el inicio de los penales, había salido a barrer el techo de su casa. En las redes circuló el audio de un joven que en medio del partido Argentina-Países Bajos sufrió un corte de luz.

A casi cinco horas del final del último partido, un centenar de personas seguía celebrando en las cercanías del Obelisco. A pesar del diluvio, los bares y las esquinas ofrecían postales grupales de charlas, risas y brindis. La liturgia popular en todo su esplendor. 

Le temen a la alegría de los hombres comunes, de los vulgares, de la gente simple.

Messi los espanta cuando deja de ser sumiso, pacato y modosito.

Defendamos la alegría. El enemigo le teme.

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