Concluyó la VII Cumbre de la CELAC realizada en Buenos Aires y con ella llegó a su fin la Presidencia Pro Témpore que ostentaba la Argentina. En el balance de lo realizado, el canciller Santiago Cafiero destacó la jerarquización del órgano como instancia regional multilateral y valoró positivamente el rol ocupado por el Caribe, una región históricamente postergada en términos de alianzas con América Latina.
Las palabras del Ministro de Relaciones Exteriores argentino no fueron vanas: es que a partir de 2023, la presidencia de la CELAC estará en manos del Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, de gran prestigio e influencia en todo el Caribe Oriental. San Vicente es una pequeña isla que integra la alianza del ALBA y Petrocaribe y que sostiene buenas relaciones con Venezuela, Cuba y Nicaragua desde hace muchos años. Asimismo, su primer ministro ha sido muy crítico del rol de la OEA en la región y siempre ha apostado por la integración del Caribe con Latinoamérica.
Ralph Gonsalves, también conocido como el «Camarada Ralph», es el líder del partido Unión Laboralista de San Vicente. Abogado y Doctor en Filosofía, durante su juventud adoptó ideas de izquierda que plasmó en dos de sus tantos libros: Notas sobre algunas ideas básicas del marxismo-leninismo y El espectro del imperialismo: el caso del Caribe. Aliado de Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, con 77 años consiguió convertir a su país en el Estado más pequeño y menos poblado en asumir la presidencia de la CELAC.
La tarea que enfrentará no es menor: llega a esta instancia para suceder a Argentina y México, dos potencias regionales, y para su elección contó con el respaldo del flamante presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva. Gonsalves se encuentra cumpliendo su quinto período como Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas: llegó al poder en 2001 y revalidó su mandato en los años 2005, 2010, 2015 y 2020. Actualmente también preside la Comunidad del Caribe (CARICOM), un espacio que nuclea a quince países de la región. Gonsalves ha reclamado en numerosas ocasiones a las potencias europeas una reparación económica por su papel en la trata de esclavos en el Atlántico.
San Vicente es un estado de poco menos de 400 kilómetros cuadrados compuesto por unas 32 islas. Nombrada Youloumain por sus habitantes originarios, recibió su nombre actual de Cristobal Colón, quién desembarcó en las islas en 1498. Su población es una mezcla entre tribus caribes, esclavos africanos y descendientes de europeos. En 1979 se independizó del Reino Unido y comenzó su período democrático.
Como todos los países del Caribe, San Vicente y las Granadinas registra una profunda preocupación frente al cambio climático: pese a estar en zona de volcanes y huracanes, la principal amenaza para estas islas tiene que ver con el aumento del nivel del mar. En estas causas reside la importancia de la nueva presidencia de la CELAC: la contención conjunta de desastres naturales, así como una enérgica política de combate al cambio climático, serán dos de los ejes centrales de la gestión vicentina.
A estas complejidades se le suma otra problemática común del Caribe: sus economías son deficitarias. Debido a su reducido terreno y las particularidades de sus suelos, las producciones suelen ser agrícolas y frutales y gran parte de los alimentos y los insumos deben ser importados, un desequilibrio importante para un país de apenas cien mil habitantes.
El vínculo con Venezuela no es azaroso: sumado a la provisión barata de combustible a través de Petrocaribe, en 2022 Nicolás Maduro condonó toda la deuda de San Vicente con Venezuela. En su cuenta de Twitter, su último posteo es de diciembre de 2022 y se lo puede observar recibiendo un cuadro del Che Guevara de manos del presidente cubano Miguel Díaz Canel.
