«La Scaloneta vino a romper con un montón de prejuicios”

⚽ Florencia Cambareri es activista disca, Licenciada en Capital Humano y comunicadora. En diálogo con El Grito del Sur traza un vínculo personal, simbólico y potencial entre la selección y la diversidad y brinda un abordaje íntimo sobre las pasiones y su vínculo con su historia personal.

Argentina, 2022. Alguien eleva la voz y detrás se desencadena la reacción instantánea: “Muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar”. Pueden ser las 14 horas, las 2 de la madrugada o las 20, pueden estar en Chaco, o en la punta del Obelisco. En el canto, suena en unísono el tema que -con la letra de un docente que tomó la música de La Mosca Tsé-Tsé- se extiende a un grito colectivo de entusiasmo que contiene ya desde la base una palabra en plural. En ese abrazo, la sensación de que todo el pueblo es parte.

“Resumidamente, la inclusión hace referencia a que todas las personas tienen alguna habilidad enriquecedora que las hace distintas a las demás y brega para que todas ellas puedan tener una participación recíproca sin quedar afuera. En este caso, del fútbol o del partido”, define la activista disca y comunicadora, Florencia Cambareri, en diálogo con El Grito del Sur.

Para la Licenciada en Gestión en Capital Humano y creadora de la página Repensar la Discapacidad -un espacio que nació «a modo catártico» para abordar con una vuelta de rosca tanto personal como crítica, las múltiples situaciones y temas en relación a la discapacidad- la Selección fue el claro ejemplo de “trabajo en equipo y de unión”, en el que “todos eran uno y nadie era más que nadie”, en una alegoría literaria con Los Tres Mosqueteros, pero latente en una Argentina que resiste contra una amplia crisis económica y frente a los cada vez más frecuentes discursos de odio.

Florencia Cambareri

En este punto, Florencia subraya una conexión distintiva y clave entre el conjunto albiceleste (que excede a los jugadores y abarca a todos los integrantes del cuerpo técnico, utileros, kinesiólogos, médicos, cocineros, nutricionistas, cocineras, y hasta las familias) y la inclusión, entendida como la capacidad de representación colectiva que persiguió y logró la consagración como campeones del mundo. 

“Esta selección vino a romper con un montón de prejuicios”, afirma Florencia en diálogo con el Grito del Sur. “Años atrás era impensado que un deportista cuente abiertamente que va al psicólogo o que se ocupa de su salud mental. Quizás el Dibu (Emiliano Martínez) no dimensionó la importancia de lo que visibilizó, pero gracias a eso hoy muchos hombres o niños están pensando ‘si él va al psicólogo, yo también puedo’. Hay como un prejuicio respecto a la salud mental y la ‘masculinidad/hombría’: muchas personas -hombres en edad adulta sobre todo- en el afán de mostrarse fuertes tienen vergüenza de ir al psicólogo o al psiquiatra. También está instalado en el imaginario social que los hombres no lloran o no deberían hacerlo, no demuestran sus sentimientos, no se abrazan y esta Selección demostró que sí se puede llorar, abrazar, emocionarse y que eso no los hace más débiles”, añade.

Tu historia, mi historia

En su infancia, Florencia fue diagnosticada con una discapacidad motriz denominada parálisis cerebral (tema que abordó en su tesis «Inclusión laboral de personas con parálisis cerebral a través del empleo con apoyo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires»), que afecta los movimientos y la postura a raíz de una lesión en el cerebro que si bien no avanza ni se empeora, dura para toda la vida. Desde su activismo, revisa su pasado, las condiciones que atraviesan su presente y recorre una relación entre las realidades de los jugadores mientras responde: ¿cuánto siente que se emparentan con sus vivencias?

“Uf, sí siento que se relacionen con la mía”, confirma. “Yo nací prematura, como la hija de Di María y mí familia tuvo que vivir eso y para ellos fue durísimo. El común denominador de estas historias es el apoyo y el acompañamiento, ni Messi, ni la hija de Di María ni yo hubiésemos podido salir adelante sin nuestras familias. Cuando una persona está pasando por un momento complejo de salud, eso atraviesa a todo el entorno”, agrega. 

“Considero que las historias de Messi y Di María se diferencian en algo: Messi fue el que puso el cuerpo para poder salir adelante respecto a su salud y cumplir sus sueños. El que ponía el cuerpo para poder recibir las hormonas era él, aunque repito, todo esto pudo hacerse porque tuvo el apoyo de su familia, así que ellos fueron una pieza clave en el progreso de su salud. El caso de Di María para mí se da a la inversa, la que atravesó situaciones médicas complejas fue su primera hija, eso no quita el sufrimiento indescriptible que atravesaron junto a Jorgelina como padres por tener que dejar a la bebé en la neo. Tener que volver a tu casa sin tu hija es algo tremendo. Cuando un bebé está en esa situación tan delicada, la familia lo puede visitar poco tiempo durante el día, no es que se pueden quedar 24 hs ahí. Ni siquiera la madre. Entonces que él haya jugado habla de su fortaleza y de una pareja que acompaña. Lo sé porque estuve en neo un poco más de dos meses. Yo era la que ponía el cuerpo pero mí familia era la que acompañaba y sufría. Mi mamá tenía que venir cada 2 horas para darme la teta y mi papá venía también, aunque tuviera que levantarse a las 4 de la mañana para trabajar y llegara prácticamente sin dormir”, comparte Florencia.

El fútbol es también un espacio lleno de prejuicios y de estándares tanto en los jugadores como en su mundo y por supuesto quienes están en las dirigencias. Días atrás, la activista dedicó todo un posteo a responder a los insultos que el delantero recibió a través de las redes sociales, tildándolo de “discapacitado”, que partiendo de la base no se dice así, es un término desterrado ya que la condición correcta que el colectivo concientiza es la de personas con discapacidad o en condición de diversidad funcional

“¿Qué hace falta para que se tome conciencia de que la discapacidad no es un insulto y de que cualquier persona que hoy se ríe de esto, mañana puede atravesar una discapacidad? ¿Por qué se les exige perfección a los jugadores? ¿Acaso no son personas? ¿Por qué tienen que soportar dichos como estos?”, se pregunta.

Frente a esto, la activista y comunicadora resalta la condición de salud que contrastó esta lógica en el corazón de Sergio Agüero. “Lo que me emocionó increíblemente fue que hayan hecho parte al Kun en el festejo, que le hayan dado la copa para que la levantara y que todo el plantel lo considerara campeón. Porque todos sabemos que si al Kun no le hubiese pasado lo que le pasó [su arritmia o taquicardia ventricular], hubiese jugado el mundial. Así que él también es campeón y que sus compañeros lo hayan considerado así, me pareció un gesto hermoso”, indicó, sobre el futbolista que a su vez acompañó con la transmisión de streams como la conversación viral entre Messi y el “Papu”, que dejaron entrever el clima festivo del equipo. 

Desde sectores más técnicos del plantel, personalidades como Roberto Ayala o Walter Samuel pero entre ellos la de Pablo Aimar, instalaron algunas declaraciones resonantes que impactaron directamente en la gente. Desde el llanto de desahogo con Scaloni en el primer partido contra México, hasta una entrevista (en 2018) que cobró notoriedad, en la que le preguntan por la indumentaria de la Selección que “todos la tienen todo el tiempo”, y en la que contesta: “Hay familias que las pagan en 24 cuotas y a vos te las dan para entrenar, es un privilegio muy grande”.

La historia no siempre la escriben los campeones, sino que a veces quienes permanecen para contarla. En este punto, la primera derrota contra el seleccionado de Arabia Saudita en el primer partido de Fase de Grupos también habló de la capacidad para sobreponerse y de la capacidad para no subestimar a un rival. En relación a la discapacidad y al fútbol, también coinciden en la «perseverancia», como motor e inspiración. Sin embargo, ¿cuál es el punto para que ese discurso no resulte sumamente romantizado sino empoderante e inspirador?

“En la discapacidad se habla mucho de la perseverancia”— coincide Florencia —. “Se dice mucho ‘si querés, podés’, se piensa que todo se puede si uno se esfuerza y la verdad es que no siempre es así. Pongo un ejemplo personal: yo por más que quisiera correr, mi discapacidad no me lo permitiría, entonces no se trata de querer simplemente. La discapacidad se romantiza mucho, se piensa que las personas con discapacidad somos todas angelicales, personas buenas, y la verdad es que somos personas como cualquier otra que simplemente atravesamos situaciones de salud. Y esta romanización invisibiliza luchas, ya sea por cobertura de tratamientos, por el cumplimiento de la ley de cupo laboral, entre tantas otras cosas”.

La comunicadora reconoce que por supuesto hay situaciones e historias de superación que le pueden servir a otras personas que están pasando por lo mismo, y que muy probablemente las ayuda a encontrar una alternativa a lo que atraviesan y empoderarse. Pero “lo que no me parece justo es que se nos considere un ejemplo o lo que fuera por tener una discapacidad per se, sin conocer la historia que hay detrás de esa persona”. “Quienes tenemos una discapacidad tratamos de hacer lo mejor que podemos con lo que nos toca atravesar y eso, en definitiva, es lo que nos empodera”, sostiene.

“Que se hable de inclusión”

Reformular lo instaurado implica andar y desandar caminos las veces que sean necesarias para construir el sendero que queremos caminar. En este sentido, la palabra inclusión hace referencia a la capacidad de integrar, de sumar al núcleo, todo aquello que permanezca en los costados de la superficie. En este sentido, hace unos días, la escritora, productora Cintia Fritz, mamá de Lautaro, un niño con autismo, aseguró en una entrevista con Filo.News y Google Argentina,  que palabras como esa o «integración» le caen muy mal porque «me da la sensación de que estamos haciendo un esfuerzo nosotros para que ellos vengan a nuestro lado, a nuestro mundo, y puedan estar cerca nuestro. Nosotros los vamos a dejar estar cerca nuestro».

Analizando su postura, Florencia opina que le parece importante que se hable de inclusión, “porque a grandes rasgos significa que todos podamos gozar de igualdad de oportunidades y como es algo que lamentablemente aún no sucede, hay que visibilizarlo”. 

“Para mí, el poder de las palabras es inmenso, por eso me parece fundamental que se hable de inclusión, entiendo el punto de Cintia y obvio lo súper respeto, pero como estamos en una sociedad que sigue viendo a la discapacidad como una desgracia,  como algo «defectuoso que hay que arreglar. Ojalá algún día todas las personas que tienen un prejuicio con la discapacidad puedan tomar conciencia de que es algo que forma parte de la diversidad humana y ya no haya que hablar de inclusión porque estamos todas las personas con discapacidad incluidas en la sociedad”, expresa.

La Scaloneta no fue la única Selección argentina que volvió triunfal. Los Murciélagos, el conjunto de fútbol para ciegos, se consagraron campeones de la Copa América Córdoba 2022 y fueron reconocidos por la Legislatura porteña tras el triunfo.

“¿Cuántas personas saben de esta victoria? ¿Cuántas se alegraron por Los Murciélagos cómo se alegraron por la Scaloneta cuando ganó la copa América? No me refiero a cuántas personas se alegraron por el triunfo de los murciélagos como se alegraron por el hecho de que hayamos salido campeones del mundo, porque alguien seguro va a decir ‘no es la misma competencia’”, cuestiona Florencia.

“En nuestro país, el deporte en personas con discapacidad está muy invisibilizado y subestimado. Tanto las dirigencias, como los medios deberían visibilizar más todo lo vinculado al deporte en personas con discapacidad, porque pareciera que el hecho de la discapacidad hace que el triunfo sea ‘menos importante’ y relacionándolo con el deporte recreativo, si se le diera mucha más relevancia al deporte adaptado profesional, muchas personas que lo juegan desde el aspecto recreativo, quizás ven que ellas también pueden hacerlo de manera profesional. Lo que no se visibiliza no existe”, retoma la comunicadora.

“Entonces hay que visibilizarlo. Porque quizás una persona con discapacidad que no lo sabe, se entera de determinado deporte y eso resulta un disparador para que pueda practicarlo”, asegura, y mientras agradece a ambos seleccionados campeones por “las alegrías” y “las enseñanzas”, cierra dando participación a quienes en esta nota puedan leerla, para que sea aún más colectiva: ¿si todo esto no es inclusión, qué es?

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