Este viernes 3 de marzo la Unidad Piquetera volverá a las calles. El nucleamiento de agrupaciones opositoras al Gobierno reafirmó su compromiso de escalar el plan de lucha con un plenario en Plaza de Mayo que llevará una serie de reivindicaciones claras: al rechazo por las bajas de casi 160 mil planes Potenciar Trabajo se le suma el reclamo por alimentos para comedores, aumentos en las asignaciones y generación de trabajo digno.
El Polo Obrero, Libres del Sur, el MST Teresa Vive, el FOL y otra decena de organizaciones continuarán su plan de acción pese a la insistencia de la ministra de Desarrollo Social Victoria Tolosa Paz, acusada de llevar adelante el ajuste en la cartera que conduce y quien ya afirmó: «No somos el ministerio de los piqueteros».
«Los reclamos de fondo del movimiento piquetero se basan en que en Argentina no hay trabajo genuino, solo hay trabajo precarizado y no aparece el trabajo formal, bajo convenio y con el salario que corresponde. Además estamos reclamando que se abran los programas sociales y se revisen las bajas en el Potenciar Trabajo, que ha sido claramente un mecanismo de ajuste», explicó Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero, en diálogo con El Grito del Sur.
La ministra del Fondo
Ante esta situación aseguran que Tolosa Paz no ha abierto «ningún canal de diálogo». «La ministra sigue empeñada en una campaña que han salido a criticar incluso sectores del propio oficialismo, del Frente de Todos. Es una ministra del ajuste que está llevando adelante una campaña de estigmatización contra organizaciones y dirigentes al mejor estilo de Carolina Stanley, la ministra de Macri, con una línea dura y confrontativa», señaló el referente del Polo Obrero.
«El único diálogo que hay es un diálogo público a través de los medios de comunicación», reforzó Silvia Saravia, representante de Libres del Sur. «En el fondo se trata de un ajuste muy fuerte sobre las políticas públicas que tiene a su cargo. Tolosa Paz termina siendo una empleada del Fondo Monetario, porque el FMI es el que le planteó a este gobierno la reducción del gasto social y hoy estamos viendo las consecuencias».
El viernes pasado, la ministra anunció un paquete de modificaciones que se aplicarían al programa Potenciar Trabajo, que perciben más de un millón de personas en todo el país. El eje del proyecto es impulsar la posibilidad de que los beneficiarios puedan elegir entre la contraprestación laboral y la finalización de sus estudios. Las organizaciones rechazan de plano la propuesta y denuncian que ya han empezado a llegar los primeros mensajes de texto a beneficiarios.
«No nos parece mal la terminalidad educativa, pero para eso está el Progresar. El Potenciar Trabajo habla fundamentalmente de recuperar instancias laborales, y por eso la contraprestación es laboral o de formación en oficios. La terminalidad escolar es muy importante, en nuestros espacios trabajamos sobre eso también, pero no es el principal objetivo del programa», señaló Saravia.
Opositores y oficialistas
En el marco del ajuste, el Movimiento Evita -otro de los principales nucleos piqueteros- realizó la presentación de su nuevo partido político, La Patria de los Comunes. En ese contexto expusieron su voluntad de disputar una decena de intendencias y dejaron entrever un hipotético apoyo a Sergio Massa. Desde Unidad Piquetera no escatiman críticas al Evita: «Claramente han elegido el camino de no confrontar con el Gobierno, de especular que el ajuste al Potenciar Trabajo los termine beneficiando a partir de subsidios a las cooperativas que manejan, pese a que eso está totalmente descartado por una resolución del propio Ministerio de Economía. Incluso siendo cooptados por el oficialismo, sus compañeros y compañeras están sufriendo un tremendo ajuste de un Gobierno que sustenta al Fondo Monetario Internacional», explicó Belliboni.
El monto de los planes también es parte de la discusión: al día de hoy alcanza apenas los 33 mil pesos, una cifra irrisoria si se considera la inflación. «Un Potenciar Trabajo alcanza para bastante poco: hoy un alquiler de una piecita está arriba de 15 mil pesos y eso pega muy duro en la realidad de las familias. Además tenemos una inflación muy alta en alimentos y si a eso le sumás lo que sucede con los útiles escolares resulta gravísimo. Hay una distancia entre el relato y la realidad que es un abismo».
