Una patota que pega escondida

🗻 Un grupo de militantes fue emboscado dentro de la propiedad de Joe Lewis que encierra el Lago Escondido. Una patota los golpeó con piedras y rebenques y mandó a dos al hospital, ante la pasiva mirada de la policía de Río Negro. Se presentará una denuncia penal y responsabilizan por la violencia a la gobernadora Arabela Carreras.

Foto: Alejandra Bartoliche

Desde El Bolsón

“Vamos a defender la propiedad privada con el Winchester en la cintura”, había dicho hace más de una década Nicolás Van Ditmar, mano derecha de Joe Lewis en Argentina. Este miércoles, en el marco de una nueva movilización hacia la tranquera con la que el magnate inglés mantiene bloqueado el ingreso al Lago Escondido a la altura de El Foyel, en Río Negro, sus peones y capataces cumplieron con la amenaza. Primero retuvieron e incomunicaron a un grupo de ocho militantes dentro de la estancia para luego agredirlos con palos, piedras y rebencazos. Dos de ellos tuvieron que ser trasladados al Hospital de El Bolsón, con diversas fracturas. 

“Estábamos encabezando una columna para ejercer nuestro derecho a circular por un camino que es público cuando nos sorprendieron arriba de sus caballos, a los rebencazos. También tiraron piedras, una me dió en la cabeza y me volteó. Cuando estaba en el suelo, volvieron a pegarme y me quebraron una pierna. Después me amenazaron con matarme a los tiros”, relató a El Grito del Sur Gastón Harispe, uno de los militantes hospitalizados. 

Foto: Alejandra Bartoliche

La patota actuó en todo momento en el interior de la propiedad del magnate inglés, a unos trescientos metros de distancia de la tranquera que da a la ruta 40. Los militantes fueron emboscados y estuvieron aislados y cercados durante más de una hora, ante la inacción de la policía de la provincia, que nunca dejó de custodiar la propiedad y sólo se ocupó de garantizar el ingreso de las ambulancias en las que fueron trasladados los heridos. 

Raúl Pytrula, abogado de la Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA), responsabilizó por la violencia a la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras. “La justicia de Bariloche hizo lugar ayer (martes) a un amparo que presentamos para la apertura del camino, que es público como lo dicen numerosos fallos anteriores, y elevó las actuaciones a la gobernadora, por lo que estaba notificada de cabo a rabo que esta situación podía suceder”, aseguró. 

El grueso de los manifestantes se había concentrado frente a la tranquera de Lewis sobre el paraje El Foyel, que mantiene bloqueado el camino público de Tacuifí. Allí intentaron forzar el ingreso, lo que provocó la primera agresión de los peones, quienes respondieron con gases pimienta y a los piedrazos. Uno de los proyectiles impactó sobre la cabeza de un militante de la juventud del MST, Gonzalo Villagra. 

“Estábamos retrocediendo luego de acercarnos a la tranquera cuando la patota de Lewis empezó a tirar piedras. Una me atravesó el casco. Sentí un impacto muy fuerte en la frente y quedé muy aturdido por la cantidad de sangre que me salía”, contó Villagra a este medio.  

Foto: Alejandra Bartoliche.

Ante la imposibilidad de ingresar por El Foyel (los integrantes del grupo utilizaron hasta una moladora para intentar romper la reja y abrirse paso), un grupo de militantes intentó hacerlo vía un camino de servidumbre cercano, ubicado unos 200 metros al norte, en sentido a Bariloche. A mitad de camino fueron interceptados por los peones y se desató la cacería. El listado de heridos lo completan Gabriel Berrozpe, Leonadro Rachid, Celeste Fierro, Julieta Luna, Joel Suerdlik, Marcos Cianni y Alejandra Bartoliche, fotógrafa de la agencia Télam.

Bartoliche logró registrar con su cámara varios detalles de la represión: el rostro ensangrentado de una de las militantes, la agresión de los peones subidos a sus caballos y el contexto de la emboscada, que resultaron indispensables para reconstruir la agresión. Desde la organización de la marcha avisaron que presentarán una denuncia penal contra la empresa Hidden Lake SA (que controla la propiedad) por lesiones y privación ilegítima de la libertad.

Paulo Puccy (en el centro, con boina oscura y camisa a cuadros) en acción. Foto: Alejandra Bartoliche

Uno de los apuntados es Paulo Puchy, uno de los lugartenientes del inglés. “Esto es propiedad privada, vuelvan por dónde llegaron”, fue lo último que dijo Puchy antes de desatar la cacería dentro de la estancia. Antes, la propia Bartoliche lo había captado cuando le tiraba gas pimienta en los ojos a uno de los manifestantes que intentaba abalanzarse sobre la tranquera. 

Desde FIPCA insistirán con la manifestación hacia El Foyel mientras otro grupo, bautizado “Columna Juana Azurduy”, intenta ingresar al lago por el camino de montaña. Este miércoles habían logrado asentarse en el extremo oeste, todavía lejos de la mansión del magnate. Ya se presentó un habeas corpus para resguardar su integridad.  

«Nosotros no somos violentos, nos organizamos y movilizamos en paz, con el objetivo puesto en la apertura al público del grueso portón que está instalado en el comienzo del Camino del Tacuifí, la defensa del Lago Escondido y de la soberanía Nacional», dijo por su parte Julio César Urien, referente de FIPCA.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.