Las cosas que perdimos en el Oscar

🎞️ "Argentina, 1985" no trajo la tan esperada tercera estatuilla, pero ese no fue el único premio que perdió esa noche en Hollywood. Una historia de ganadores y perdedores del cine local.

  • Una estadía de tres noches por 40.000 dólares en la propiedad de lujo The Lifestyle en Ottawa, Canadá; una heladera surtida con alimentos gourmet; una sala de cine en casa y la posibilidad de conducir un Shelby AC Cobra 427 Roadster de 1965 y un McLaren de 2023 (bueno, bueno).
  • Una estadía de 9.000 dólares por tres noches en el Faro Punta Imperatore Lighthouse en Ischia, Italia para ocho personas (podés llevar amigos o familia).
  • Un terreno de un metro cuadrado en Australia a través del proyecto de conservación Pieces of Australia, valorado en 50 dólares (una inversión a futuro, ojo).
  • Un procedimiento de liposucción de brazo de 12.000 dólares del doctor Thomas Su que promete «dar a las mujeres una apariencia delgada y tonificada al instante» con «formas suaves y contornos perfectamente definidos» (en esa me anoto con los ojos cerrados).
  • Un jabón de manos Shinery Radiance Wash que de paso limpia tus joyas (para eso es necesario que no se te caigan los anillos).
  • Una consulta privada de restauración capilar con el cirujano de trasplante capilar Alan J. Bauman valorada en 7.000 dólares (¡atenti pelades!).
  • Hasta 10.000 dólares en procedimientos del doctor Konstantin Vasyukevich, que incluyen exfoliaciones químicas, rejuvenecimiento cutáneo con láser y Botox (también me anoto).

Esta es parte de la lista de 60 regalos en cupones que pueden utilizar los directores y actores nominados al Oscar 2023, hayan o no ganado, y el presentador, Jimmy Kimmel (que no me hace reír ni un segundo, pero tal vez soy yo). El total de la “bolsa” asciende a unos 125.000 dólares y, entre otros, la recibieron Brendan Fraser y Steven Spielberg, como cuenta en esta nota el periodista Nicolás Vega. En la lista de afortunados no figura nadie del equipo de “Argentina, 1985”, dirigida por Santiago Mitre, protagonizada por Ricardo Darín, Peter Lanzani, Alejandra Flechner y más, por una simple razón: las películas no son personas y la argentina estaba nominada a Mejor Película Extranjera. 

Las bolsas tienen nombre de premio consuelo: Everybody Wins (en inglés “Todos ganan”), y las entrega hace veintiún años la empresa de marketing Distinctive Assets, con sede en Los Ángeles. En la edición 2023, además de la lista de productos mencionados (los más caros), incluye un paquete de 16 dólares de pretzels cubiertos de chocolate. Como entra en el circuito impositivo, muchos deciden no hacer uso de los regalos para no tener que pagar por ellos (tal vez se coman los pretzels, que tributan menos).

Y no: no trajimos la tercera. Perdimos contra Alemania. Las metáforas futboleras abundan en todas las notas y posteos y son inevitables, tentadoras. Las expectativas eran altas, sobre todo en Argentina, donde este año celebramos los 40 años de conquista de la democracia, que es uno de los mayores golazos que nos anotamos como país. Además, éramos mundiales: los muchachos de la Scaloneta habían traído la copa. Messi lo hizo, hubo equipo. El Diego tuteló desde lo alto y la tercera ahí sí se nos dio. Los planetas estaban alineadísimos, más alineados imposible para que “Argentina, 1985”, que había llegado a la final después de un exitoso recorrido ascendente por festivales y premiaciones previas, trajera la copa. Un film sobre el juicio a las juntas militares y el Nunca Más, era más que meritorio. O al menos, esperable.

El primer Oscar que supimos conseguir fue para “La historia oficial”, dirigida por Luis Puenzo, el 24 de marzo de 1986, justo cuando se cumplían 10 años del último golpe militar en la Argentina. A la protagonista, Norma Aleandro, le tocó abrir el sobre en el acto de premiación (vean aquí además ese pelo y ese escote). Y dijo: And the the winner is  (Y la ganadora es…), una fórmula que luego cambió por And the Oscar goes for… (Y el Oscar va para…), que instala la marca y no habla de ganadores (lo cual le baja la carga de competencia atlética cuando se trata de instalar un producto artístico-industrial en el mercado). 

Luis Puenzo y Norma Aleandro reciben el Oscar por «La historia oficial»

La segunda estatuilla fue en 2010, y se la llevó “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella, con Darín, Guillermo Francella y Soledad Villamil. Esa vez (como en el 86) sí le ganamos a Alemania, que presentó “La cinta blanca», de Michael Haneke. 

No trajimos la tercera. Pero sí, la sexta nominada sin premio. Antes estuvieron “La tregua”, de Sergio Renán; “Camila”, de María Bemberg; “Tango”, de Carlos Saura (entre paréntesis, en el homenaje a quienes ya no están, con un John Travolta acongojado y un inalterable Lenny Kravitz al piano, faltó Saura, que murió el 11 de febrero); “El hijo de la novia”, de Campanella y “Relatos salvajes”, de Damián Szifrón.

¿Qué planeta se desalineó entonces? ¿El Planeta Tierra, que supimos destruir?

Juan José Campanella y Guillermo Francella con el Oscar por «El secreto de sus ojos»

Darín admitió haberse ilusionado cuando vio que el anuncio de la categoría la hacían dos personas de sangre latina: Antonio Banderas y Salma Hayek. Ella misma pareció descontenta con el triunfo de “Sin novedad en el frente”, la favorita alemana sobre los soldados en la Primera Guerra Mundial que, de todos modos, lideraba las apuestas. El oráculo del crítico de cine Diego Lerer se ajustó en casi todo con sus predicciones. En esa nota, de paso, se cuestiona sobre el criterio en las decisiones y preferencias de la Academia. 

Argentina perdió contra Alemania. En tiempos de guerra en Europa, todos los ojos del mundo apuntan al viejo continente. La multiétnica “Todo en todas partes al mismo tiempo”, dirigida por la dupla de los Daniels: Daniel Kwan y Daniel Scheinert, se llevó todos los laureles, también en tiempos de realineamiento mundial (China y Rusia contra el resto del Mundo, o contra la OTAN al menos), con la particularidad de que es coproducida con Estados Unidos. ¿Un mensaje de paz? Pero esa sería una lectura geopolítica de entrecasa. 

A los de Distinctive Assets se les presentó un dilema por primera vez por la cantidad de premios que se llevó la “Todo….”, en siete categorías, y decidió que en este caso, la bolsa de premios y cupones va para…. todes. Entre paréntesis, Jamie Lee Curtis (premiada como Actriz de Reparto en la película ganadora), madre de una chica trans, propuso que se instale el pronombre neutro en las presentaciones del premio.

Hay una frase que leí en Instagram y acuerdo: “Si quieren saber cuáles son las buenas, miren las nominadas”. Por mi parte, recomiendo dos: “Tár”, injustamente no premiada, aunque la protagonista, una insuperable Cate Blanchett, recibió su correspondiente bolsa, y “Ellas hablan”, premio al guión adaptado. No trajimos la estatuilla, no trajimos la bolsa con regalos, pero el recorrido previo instaló «Argentina, 1985» como una de superhéroes, en el mundo; el sitio de crítica alternativo Rotten Tomatoes nos calificó positivamente con un 97 por ciento y los comentarios son de lo mejor. Y además, quién nos quita la alfombra roja (que esta vez era color champagne). Seguimos, como siempre, participando. Esta sí que es, también, Argentina.

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