Yerba mala

Terrorismo de Estado y responsabilidad empresarial en la represión a los trabajadores del establecimiento Las Marías. 

Por Hilda Presman

La historia de los trabajadores rurales represaliados en la localidad de Virasoro es un caso paradigmático respecto a la complicidad empresarial y a los mecanismos de impunidad que se han generado para disimularla.

Las Marías es un establecimiento agroindustrial, de producción de yerba y té, perteneciente al grupo empresarial Las Marías, de la familia Navajas Artaza, localizado en la localidad de Gobernador Virasoro, al norte de Corrientes, muy cerca de Misiones. Una de sus marcas más conocidas es “Taragüi”. Este establecimiento, a diferencia de otros de la zona, se caracteriza por integrar todo el ciclo productivo, garantizando tanto la materia prima (el trabajo en el campo) como los procesos industriales necesarios (secado, molienda, empaquetado, comercialización, etc.), lo que lo posiciona en una posición de liderazgo en el mercado yerbatero argentino.

Esta empresa y grupo familiar tuvieron siempre un fuerte lazo con la comunidad de Virasoro, del cual fueron “benefactores”, además de una relación de cuasi esclavitud con sus trabajadores. Explotación laboral extrema, precarización y un sometimiento a esas condiciones de trabajo eran la norma. Esa realidad, sin embargo, se modificó a partir de 1973-1974, con el surgimiento en la zona de dos sindicatos.

Según refirieron sobrevivientes de la época, la seccional Virasoro de FATRE (Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores, hoy UATRE) se creó en el año 1974, un tiempo después que empezara a funcionar el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA).

La represión, que ya había comenzado en los años previos, se profundizó a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. La lista de víctimas, elaborada a partir de los esfuerzos y la memoria de las organizaciones de derechos humanos locales, es la siguiente:

• El secretario general del STIA, Marcelo Acuña, y el tesorero, Pablo Franco, fueron presos en abril de 1976 y estuvieron detenidos en sede de Gendarmería.

• El secretario general Ramón Aguirre, detenido en abril de 1976, pasó por CCD de Corrientes y Chaco, estuvo preso en la UP 7 del Chaco y la UP 9 de La Plata y se exilió en Bruselas, Bélgica.

• El secretario adjunto de Fatre, Neri Pérez, fue detenido y más tarde desaparecido en Virasoro el 2 de junio de 1977 y se presume que murió en un Centro Clandestino de Misiones.

• Marcelo Peralta fue detenido luego de que fuerzas militares irrumpieran el 29 de junio de 1977 en la estancia María Aleida, del ex intendente Torres Queirel, plantación satélite del grupo Navajas, y se supone que fue asesinado al momento de ser capturado.

• Juan Manuel Gómez fue secuestrado y trasladado a centros de detención de Misiones. Lo mismo Carlos Arturo Escobar, Epifanio Monzón y Jacinto Bernal.

• El asesor legal del sindicato, Dr Moisés Belsky, fue detenido en el Chaco en febrero de 1977, preso en el Ex Regimiento 9, en la Unidad Penal 7 del Chaco y luego en la Unidad Penal 9 de La Plata.

• Otros trabajadores como Hipólito Mendieta, Pedro Celestino, Julio Gervasoni, Benjamin Areco, Luis Alvez, Ramón Peralta y Ramón Falcón sufrieron persecución y represalias por estar vinculados a los sindicatos.

Todo hace suponer que la represión en la zona estuvo vinculada a la actividad gremial de estos compañeros. Todos los detenidos y/o desaparecidos de Virasoro tenían actividad sindical, los sindicatos de esa zona de Corrientes sufrieron la misma represión que en Misiones. Allí detuvieron a Monzón, llevaron a Juan Gómez, a Escobar, a Bernal y presumiblemente a Pérez. Además no hay un solo preso, un solo represaliado, un solo torturado, un solo expulsado del lugar que no haya estado vinculado al establecimiento Las Marías. No existe en Virasoro otro vínculo con la represión y con la dictadura que la conexión con las acciones de quienes estaban sindicalizados en estos dos gremios.

Los dirigentes sindicales represaliados trabajaban diariamente con el objetivo de alcanzar reivindicaciones laborales básicas, tales como salarios dignos, vivienda, salud, educación para los hijos, transporte seguro y digno en un colectivo y no en acoplado tirado por un tractor. Lograr 8 horas y media de trabajo y cobrar todas las horas trabajadas. Contar con asistencia médica y aportes previsionales.

La historia de los trabajadores rurales represaliados en la localidad de Virasoro es un caso paradigmático respecto a la complicidad empresarial y a los mecanismos de impunidad que se han generado para disimularla. Los hechos represivos vinculados al Establecimiento Las Marías están situados en una zona ajena al país central, con protagonistas extremadamente vulnerables y cuyas condiciones de explotación laboral naturalizadas durante largo tiempo no se constituyeron en un eje relevante en la agenda de reclamos por violaciones a los DD.HH. durante los primeros años de la etapa post-dictadura. Los empresarios a quienes acusamos de corresponsabilidad en estos crímenes de lesa humanidad son personajes de la vida política y económica del país que siguen interactuando fuertemente sin solución de continuidad entre dictadura y democracia, con el cruce de intereses con factores de poder de plena vigencia.

La represión en el lugar tuvo claramente dos tiempos definidos. El primero, de detenciones “legales” al inicio de la dictadura, cuando apresan a Marcelo Acuña, Pablo Franco y Ramón Aguirre y los acusan de cohecho y malversación de caudales públicos (administración fraudulenta de los fondos sindicales). La instrucción de la causa fue efectuada por el propio Capitán Juan Carlos Sacco, interventor militar en Virasoro, que además fue quien comunicó, en la planta del Establecimiento, que quedaban prohibidas las actividades sindicales. Los tres gremialistas quedaron detenidos a disposición de la justicia militar y trasladados a la Comisaría de Santo Tome. Luego al Destacamento de Gendarmería en Paso de los Libres. En 1977, Ramón Aguirre es trasladado a CCD de Corrientes y Chaco y luego a las Unidades penales federales de Resistencia y la Plata. También Héctor Sena y Carlos Escobar.

En el año 1977, entre febrero y julio, se producen el resto de las caídas vinculadas a Virasoro. En esta ola de secuestros las víctimas fueron todos trabajadores vinculados a Las Marías, casi todos ellos con participación gremial. La complicidad empresarial queda más que clara en casos como el secuestro de Neri Pérez. Pérez trabajaba de lunes a viernes en el establecimiento yerbatero, donde pernoctaba, y regresaba a su casa en los días de franco, los fines de semana. De manera excepcional, el jueves 2 de junio de 1977, la empresa le concedió el día libre y fue esa noche cuando un grupo de militares que estaban asentados en un vivac, en campos de Las Marías, irrumpieron en su domicilio, lo capturaron y lo metieron en un auto. Fue visto luego en “La Casita de Mártires” un CCD de Posadas.

Todos los secuestros de esta segunda tanda se enmarcaron en el despliegue de un operativo militar denominado “Consolidación”. Dicho operativo se desarrolló específicamente en Virasoro, formalmente a partir de junio de 1977, de manera simultánea al despliegue del “Operativo toba III”, por orden del Comando de la Brigada III, a cargo del Coronel Llamil Reston. En tal contexto, se habría instalado en el territorio un vivac del Ejército, es decir, una suerte de campamento militar.

Las víctimas directas de la represión, que viven en Gobernador Virasoro, no tienen recursos ni condiciones para afrontar estrategias judiciales de querella, no tienen abogados particulares. Además, sus principales referentes. han fallecido o viven fuera del país.

Las investigaciones y la recolección de testimonios fueron el resultado del esfuerzo casi artesanal de familiares de víctimas; sobrevivientes, y militantes de organizaciones de derechos humanos de alcance local, con la sola excepción de equipos de trabajo del Servicio de Paz y Justicia coordinado por el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, que preparó un informe denominado «Proceso de la Yerba en Virasoro».

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación recién se interesa y incorpora como querellante a fines del año 2010- 2011, cuando ya estaban prácticamente cerrados todos los caminos judiciales para responsabilizar a la empresa por su complicidad en estas acciones terroristas de Estado.

Esta causa se inicia en el año 2006 a partir de la denuncia de Jorge Catalino Pérez ante la fiscalía federal de Corrientes Capital, por la desaparición de su padre, Neri Pérez.

Para entender esta trama de sumisiones y relaciones patriarcales, esta denuncia recién se hace cuando se jubila la mujer de Pérez, Ramona Grisel Sánchez, a quien Adolfo Navajas Artaza, de manera “magnánima y paternalista”, le da trabajo a modo de ayuda, cuando es secuestrado Neri Pérez.

Del Juzgado Federal de Corrientes, por razones de jurisdicción, pasa al Juzgado Federal de Paso de los Libres. Esta denuncia también fue  presentada  ante la Justicia federal de Posadas, por el nexo de operatividad que se sabía había con la represión en Misiones. Pero  luego de varios meses se asienta definitivamente en el Juzgado federal de Paso de los Libres. El juez natural de la causa, Dr  Juan Angel Oliva, se inhibe por razones de parentesco lejano con el empresario yerbatero. A partir de ahí, y en etapa de instrucción, pasa por más de 20  (veinte) conjueces hasta que el abogado  Dr Tomás Chalup del foro de Paso de los Libres, en el año 2008  le dio curso,  iniciando las acciones legales por privación ilegitima de la libertad, torturas y desaparición forzada de personas a los militares involucrados en la causa previo sobreseimiento  del empresario Adolfo Navajas Artaza, presidente del Grupo Las MarÍas, propietario del establecimiento yerbatero de igual nombre, quien había sido imputado por el Fiscal Benito Pont. Sin indagatoria alguna, sin apelación del fiscal de la Cámara de Apelaciones de Corrientes, el presidente del Tribunal Oral Federal  Víctor Alonso lo sobresee definitivamente garantizando así su impunidad. La Secretaria de DDHH de la Nación recién se constituye como querellante el 22/11/2011. 

Hay una segunda causa que se inicia el 24 de agosto de 2007, después de las declaraciones de Ramón Aguirre y el hallazgo en el Juzgado de Paso de los Libres, del expediente  causa federal n 1586/77  por infracción al inciso 6  de la ley 20840 y art 210 del Código Penal (asociación ilícita)  “Sena Héctor, Escobar Carlos Arturo, Acuña Marcelo, Aguirre Ramon, Gómez Juan Manuel”. (Es la causa que por sabotaje a la empresa, cohecho y asociación ilícita, le arman a los sindicalistas en 1977). La  Secretaria de DDHH de la Nación  se constituye como querellante en esa causa desde 01/10/2010. 

La alta gravitación  del Grupo Las Marías, y en especial de su  presidente Adolfo “ Don Toco” Navajas Artaza, no está sustentado solo en su poderío económico, derivado de la integración de la producción, (eso que decíamos de la producción de materia prima en los yerbatales y la industrialización en secaderos, y molinos)  sino en el fuerte liderazgo político a nivel municipal, provincial y nacional. Los Navajas pertenecen al Partido Demócrata Progresista y lo lideran en la zona. Desde esa posición, la familia participó de distintas experiencias políticas, incorporadas al Pacto Autonomista-Liberal-Demócrata Progresista que por décadas gobernó la provincia, y acompañó todas las experiencias golpistas de turno, desde el derrocamiento de Perón en 1955 en adelante. En la década de 1960, Adolfo fue senador nacional por la provincia de Corrientes. 

Luego, durante la dictadura de Onganía-Lanusse, (1969-1973) autodenominada “revolución argentina”, fue interventor federal  de la Provincia de Corrientes. Fue  Ministro de Acción Social de la Nación del presidente de facto Reinaldo Bignone (1982) en el último tramo de la dictadura, responsable de la redacción de la llamada Ley de autoamnistía.  

De 1985 a 1987 fue electo intendente de Gobernador Virasoro. Asimismo, el presidente de la empresa tuvo una fuerte participación en organismos corporativos a lo largo de su vida. Entre ellos, se destaca su participación en la Fundación Mediterránea y la Unión Industrial de Corrientes, de la que fue presidente. También estuvo a la cabeza de la Federación y de la Cámara de Molineros de Yerba Mate de la Zona Productora y recibió dos veces el premio Konex: en 1998 y 2008, en la categoría «empresarios rurales». 

Las Marías es uno de los grupos empresariales que, según Alejandro Olmos en su denuncia al Juez Ballesteros, estatizó su deuda privada durante la última dictadura militar. 

Su última incursión política fue en 2005  cuando se presentó como candidato a gobernador de Corrientes por el Proyecto Corrientes.  

Por otra parte, más allá de los cargos formales, hay un fuerte paternalismo empresarial, que incide no solo en lo laboral sino en todos los ámbitos de la vida privada de sus trabajadores.

 

Impunidad biológica, última fase de la impunidad social, política y judicial

La noticia del fallecimiento el 2 de Agosto de 2022, del empresario de 97 años, Adolfo Navajas Artaza, gozando de impunidad absoluta respecto de su responsabilidad en los Delitos de Lesa Humanidad no sorprende, dado que ya se sabía del andamiaje político, económico y judicial con que el Estado de la Provincia de Corrientes se ocupó de garantizar dicha impunidad.

Recordemos que 21 jueces se excusaron para no investigarlo y los que actuaron no solo no investigaron sino que se ocuparon de dar impunidad a todos los responsables de dichos delitos.

A estas alturas podemos decir que las víctimas no tendrán justicia alguna.

No hay palabra que defina el sentimiento que nos provoca la noticia de la muerte de Navajas. Solo podemos decir que los que venimos luchando permanentemente por Justicia vemos hoy cumplida la estrategia de impunidad.

Recordamos con profundo dolor la palabra de Ramón Peralta, hermano del desaparecido Marcelo Peralta, quien en medio de lágrimas dijo: «Solo quisiera saber dónde esta el cuerpo de mi hermano para ponerle una cruz y prenderle una vela»; o el relato de Catalino Pérez, hijo del desaparecido Nery Pérez: «Recorrí todos los lugares donde me decían que había un tal Pérez con la esperanza de encontrar a mi padre».

Nuevamente el sentimiento de orfandad nos invade.

Durante el juicio oral quedó probada la participación de los hermanos Adolfo, Víctor, Pablo y Arturo Navajas Artaza en los delitos de lesa humanidad cometidos en Virasoro. Pero como hemos dicho luego del sobreseimiento del dueño de la estancia María Aleida, lugar donde asesinaron a Marcelo Peralta: «El tribunal los absuelve; el pueblo los condena».

Seguimos repudiando el accionar de la Justicia Federal de Corrientes que le dio impunidad a Navajas Artaza y a todos los responsables de los delitos de persecución, desaparición, torturas, cárcel, exilio y muerte cometidos contra los trabajadores sindicalizados de los establecimientos yerbateros de la familia Navajas Artaza durante los años del Terrorismo de Estado. 

Corrientes, 2 de Agosto 2022

Noemi Elvira Acuña. Hija del fallecido dirigente sindical Marcelo Acuña, Sec Gral de STIA Gob Virasoro, preso y perseguido por su lucha por los derechos de los trabajadores de la Industria de la Alimentación.