Paraguay a las puertas de un cambio de ciclo

🇵🇾 Un Trump paraguayo, show de carteles, promesas de cambio y la posibilidad de romper una herencia colorada de 70 años. A menos de dos semanas de las elecciones, una crónica desde Asunción de la previa electoral.

Desde 1954 y hasta la fecha, en Paraguay siempre gobernó el mismo partido: los colorados. Salvo por un breve período progresista, donde Fernando Lugo estuvo al frente del Ejecutivo, la formación de derecha nacional ha hegemonizado toda la política paraguaya. Por ahora.

El domingo 30 de abril se celebrarán elecciones presidenciales en la tierra del Mariscal Solano López. Como era de prever, uno de los principales candidatos es el oficialista Santiago Peña, exministro de Economía del mandamás Horacio Cartes, quien fuera presidente del país y que actualmente se encuentra procesado en Estados Unidos por «significativamente corrupto». Los negocios de Cartes van desde los medios de comunicación hasta la agricultura y la importación, pero todo el mundo sabe en Paraguay que el origen de su fortuna está en el tráfico de cigarrillos.

Del otro lado emerge una esperanza, aunque leve. Efraín Alegre es el candidato de la Concertación por un Nuevo Paraguay, una alianza anticolorada que unificó a 14 partidos y organizaciones que van desde la centro derecha hasta la izquierda y que comparten un diagnóstico: es necesario ponerle fin a la hegemonía del partido de gobierno.

Santi Peña y Horacio Cartes

Alegre tiene una trayectoria fluctuante. Presidente del Partido Liberal Radical Auténtico, fue un eficaz gestor y un gran Ministro de Obras Públicas durante la gestión de Lugo: construyó la Costanera de Asunción, erigió puentes, mejoró rutas y hospitales. Pero también fue una pieza clave en el golpe contra el expresidente. Preso en el marco de una campaña de persecución política, recompuso su vínculo con Lugo y la izquierda y logró aglutinar a buena parte de la oposición en su asonada 2023.

Si la tercera es la vencida, ésta debería ser la elección de Efraín. Ya compitió en 2013 y 2018 y en ambas ocasiones terminó segundo. La última fue la más pareja: con los medios de comunicación y los sectores de poder en su contra, con un vicepresidente de izquierda y una campaña precaria, se ubicó segundo apenas a tres puntos de la Alianza Colorada.

Esta vez las cosas cambiaron y, si bien la izquierda acompaña la candidatura presidencial de Efraín con lista propia y Lugo como primer candidato a senador, el referente liberal escogió una compañera de fórmula de centroderecha. Soledad Núñez fue ministra de Horacio Cartes y directora de la ONG Techo y llega con un discurso de «renovación joven» en un país de dirigencias tradicionales.

Efraín Alegre y Soledad Núñez

Las novedades de esta elección serán dos: por un lado, el debut del voto preferencial. Las calles de Asunción ya dan cuenta de esto: cientos de carteles personales con nombre y número que solo abonan a la confusión generalizada. Es que después de décadas de compra y venta de lugares en las listas, el Parlamento decidió que esta vez los paraguayos y paraguayas deberán votar su candidato presidencial y optar por dos de los aspirantes a diputados. Pelusa, Cachito, Leo, Esperanza o Ermo compiten con sus carteles por obtener el favor de la ciudadanía.

El otro factor sorpresa será el de Payo Cubas, un dirigente nacionalista de derecha, con un discurso conservador en materia de género y proteccionista en lo económico, una especie de Trump paraguayo. Cubas es un polémico abogado que ganó notoriedad por sus intervenciones polémicas: defecó en la oficina de un juez, se auto-apresó e irrumpió en el Congreso para insultar y mojar con agua a los senadores de las distintas bancadas. Un showman político sin mayor estructura que amenaza con convertirse en la tercera fuerza del país.

Paraguay debate en campaña algunos problemas estratégicos del país: en la nación de la represa de Itaipú, la energía es cara y las tarifas eléctricas muchas veces resultan inaccesibles; el sistema sanitario es deficiente y el tejido vial precario; es el país de Sudamérica con mayores índices de analfabetismo; y por si faltara algo, es el único que reconoce a Taiwan y no tiene relaciones con China, principal socio comercial de nuestra región.

En fondo, casi olvidado y con nula intención de voto, un conocido nuestro: José Luis Félix Chilavert. El exarquero de ultraderecha protagonizó un lamentable intercambio televisivo con Cubas en el que se lanzaron acusaciones e insultos. Así y todo, sus guarismos en las encuestas no levantan y su imagen pública tampoco. «Mondongo crudo» le dicen en Paraguay: nadie lo traga.

Compartí

Comentarios

Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.