Internas en la escribanía del PRO

🧐 Hasta hace muy poco tiempo, la Legislatura porteña funcionaba como una escribanía del PRO. Hoy en día, entre radicales, socialistas, halcones, liberales y lópezmurphistas, la ecuación se le complica al Jefe de Gobierno, que debe negociar en todas las sesiones.

Hubo un tiempo en que las leyes en la Legislatura porteña «pasaban por un tubo». Juntos por el Cambio tenía mayoría automática: todo lo que metía se votaba y se aprobaba. La coalición funcionaba bien a la interna y, a lo sumo, el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta debía hacer algunas pequeñas concesiones en los textos de las leyes para pasar el filtro interno y que, consecuentemente, se convirtieran en ley.

Pero ese tiempo quedó en el olvido. Con el ingreso de la bancada libertaria en 2021 y la implantación del bloque de Republicanos Unidos, que responde a Ricardo López Murphy, las dinámicas del legislativo porteño cambiaron. Al escenario se le suman los ruidos internos de una coalición que define la sucesión del líder: los radicales que tensan por su lado, los socialistas que siguen con una magra presencia y el ala dura del propio PRO. Veamos.

El oficialismo porteño se divide en dos grandes bloques: Vamos Juntos y UCR Evolución. El primero nuclea a 20 parlamentarios, un tercio del total pero con número insuficiente para imponer mayorías. Allí conviven el flamante presidente Emanuel Ferrario (un delfín vidalista a las órdenes de Larreta) con el ala bullrichista encarnada en Juan Pablo Arenaza y Carolina Estebarena.

Además del PRO, al interior de Vamos Juntos conviven armoniosamente la Coalición Cívica de Elisa Carrió y Confianza Pública, de Graciela Ocaña, encuadrados orgánicamente a la conducción del alcalde porteño y aspirante al sillón de Rivadavia.

Por su parte, UCR-Evolución ostenta una bancada de ocho legisladores, la tercera más grande del recinto y el plafón legislativo sobre el que intenta erigirse la candidatura a Jefe de Gobierno de Martín Lousteau. La preside el referente de Franja Morada Marcelo Gouman, que convive con el ala del operador judicial y expresidente de Boca Daniel Angelici, que tiene en el exministro de Seguridad porteño Martín Ocampo a su principal alfil legislativo. En tándem con la UCR suelen jugar las dos bancas del Partido Socialista que preside Roy Cortina.

Pero en el último tiempo se incorporaron dos nuevos bloques que cambiaron la dinámica de la cámara: Republicanos Unidos, de Ricardo López Murphy y donde reviste el «marido de» Pampita, y el bloque La Libertad Avanza. Entre ambos suman siete legisladores, un número nada despreciable ya que le marcan la cancha por derecha al oficialismo porteño. No siempre juegan en tándem: a fines de 2022, Larreta logró cerrar a los republicanos para que se cayera la sesión donde la oposición pretendía derogar el impuesto a las tarjetas de crédito.

De hecho, a fines del año pasado de conformó el «frente anti-grúas», una alianza coyuntural que encontró en el mismo bando al Frente de Todos, a la izquierda, los liberales y al «marido de» Pampita. La indisciplina de aquel momento enfureció al «Hache», acostumbrado a la dinámica de la escribanía legislativa.

En las vísperas del cierre de listas, frente a una interna con Lousteau en puerta y sin candidatura definida, la composición «hacia abajo» de las boletas podría ser fundamental para la gobernabilidad del PRO en su hipotético quinto período en el feudo amarillo que hemos dado en llamar la Ciudad de la Furia.

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