“Si no estamos representados todos los cuerpos, somos una patria fallida”

💜 Crece el reclamo por una Ley de Reparación Histórica a nivel nacional para el colectivo Travesti Trans. Las Históricas Argentinas y la Asamblea Abierta por la Ley de Reparación Histórica marchan este miércoles 24 de mayo hasta el Congreso para manifestar sus demandas "urgentes".

Foto: Cristina Sille

Este 24 de mayo, Las Históricas Argentinas y la Asamblea Abierta por la Ley de Reparación Histórica convocan a la primera marcha del colectivo Travesti Trans sobreviviente para exigirle al Estado la aprobación urgente de una Ley de Reparación Histórica a nivel nacional. La concentración es a las 15 horas en Casa Rosada para marchar a las 16 hacia el Congreso de la Nación, donde se compartirá un documento y todo concluirá con un festival de artistas del colectivo T.T., como La Tía Marilu, Casa Exilia, Max Vanns, entre otrxs.

Muertes totalmente evitables como “la tuberculosis y el VIH, que no son riesgo para la población en general, aún hoy son causales de muerte entre nuestras compañeras”, enumeró la psicóloga social y activista travesti, Marlene Wayar, en diálogo con El Grito del Sur. A la vez, describió la convocatoria con imperiosa prosa inclusiva: “detrás de esa idea del pueblo quiere saber de qué se trata previa al 25 de mayo, queremos apropiarnos de ese concepto de Patria en donde si no estamos representados todos los cuerpos realmente es una patria fallida”.

Las personas Travesti Trans mayores de 40 años se autoconvocan hace más de ocho años para impulsar el proyecto de ley de Reparación Histórica que condensa los años de persecución sistemática, desaparición y exterminio que sus existencias conllevan. Vejaciones que fueron padecidas tanto en dictadura militar como en democracia con los edictos contravencionales policiales que pesan sobre ellas. Asimismo, exigen tópicos como: una pensión reparatoria con acompañamiento en salud integral para una vejez digna, el cumplimiento de los derechos vigentes, y que se efectivice el cupo laboral trans en todo el país con mayor énfasis en las provincias “donde las compañeras siguen ejerciendo la prostitución como única salida”.

“Queremos aclararle los tantos a la heterosexualidad de que no venimos a pedirles aprobación, y que no somos el demonio que está ocupando su cabeza y su tiempo en cómo pervertirlos”, dijo Wayar, autora de “Travesti: una teoría lo suficientemente buena” (2018). Y agregó la importancia de crear “institutos de memoria que tomen historias individuales y las colectivicen en pos de trabajarlas y traducirlas en productos pedagógicos” para implementarlas en enseñanzas en currículas de “escuelas primarias, secundarias y universitarias de acuerdo a la requisitoria”.

La desaparición de Tehuel (de la Torre, varón trans, ocurrida el 11 de marzo de 2021) inaugura todo un capítulo, ya que es el primero que desaparece con estas características, “y no sabemos dónde está y tampoco tenemos certezas de que realmente el Estado lo esté buscando”, señaló la activista.

La esperanza de vida de una persona trans sigue siendo de 35 años, por lo que también exigen planes y programas de acceso a la salud y a viviendas dignas, el cumplimiento efectivo de la ley de Educación Sexual Integral, la visibilidad de lxs compañerxs Trans Masculinos, el pago del programa de Fortalecimiento Travesti Trans y la apertura de los archivos policiales y antecedentes.

Foto: Florencia Ferioli

Patricia Rivas tiene 56 años, es peluquera y vive en San Isidro. En 1981 la echaron del colegio por transicionar de género, mientras que a los 14 años se fue de su casa porque su papá no la aceptaba, aunque reconoce que sí tuvo todo el apoyo de su madre y de su abuela. Desde hace cuatro años forma parte de Las Históricas Argentinas, luego de que mujeres trans mayores de 40 años decidieron juntarse vía redes sociales. 

Patricia ejercía el trabajo sexual y fue la primera persona trans en entrar al Concejo Deliberante de San Isidro. Ahora tiene una pensión por discapacidad y sostuvo: “Para nosotras la dictadura terminó en el 2012 con la ley de Identidad de Género”, y agregó que estamos en “una sociedad muy hipócrita que te maldice pero te consume”.

Otra integrante de Las Históricas que también dialogó con este medio es Marcela Saibek (57), que hace changas de esteticista, vive con su madre y no tiene nada fijo. Dijo que “estudia para seguir creciendo y aprendiendo día a día todo lo que le negaron”. Luego aclaró que desde chica quiso “salir de la norma (que la sociedad tiene para con ellas) de la prostitución, las drogas y el alcohol”. 

En cuanto a la ley de Cupo Laboral Travesti Trans, una de las críticas que más señalan es que no contempla la realidad de las adultas mayores de 40 que quedan excluidas por varios motivos: uno de ellos es que la legislación está pensada para personas que pudieron terminar el secundario cuando la realidad es que la mayoría sigue ejerciendo la prostitución. La normativa estipula que el uno por ciento del total de los puestos laborales en el Estado deben ser ocupados por la población trans, “lo que sería aproximadamente 5500 puestos. Hoy hay 313, o sea que no se está cumpliendo”, especificó Marlene Wayar. Y sumó: “pero además no han ido a la zona de prostitución para que tengan obra social, un sueldo para poder estudiar, y son esos los cuerpos que han fundamentado la ley”. 

Un colectivo desechado, ridiculizado y utilizado para el fetiche de una heterosexualidad que se regodea en su morbo es la misma que ubica los reclamos de las disidencias sexuales en lugares secundarios. Es por eso que en las calles se exigirá “que diputados y senadores se pongan a trabajar, a estudiar y hacer legislación comparada, porque después se vanaglorian de que las leyes y las conquistas son suyas cuando la historia dice que no se les cae una idea si no se las damos nosotras”, concluyó la autora de “Furia travesti. Diccionario de la T a la T”, Marlene Wayar.

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