Te estás portando mal, serás desdoblada

🇦🇷 El que desdobla, gana. Los oficialismos locales se imponen y se despegan de la agenda nacional. Axel presiona, Massa insiste, CFK ordena y Alberto observa. ¿Qué hay más allá del mantra "Cristina es el programa"?

El que desdobla, gana. Es el primer saldo, nada apresurado, que dejaron los dos superdomingos electorales consecutivos. En Jujuy, en San Juan, en Salta, en La Pampa, en Río Negro y (a su manera) en Neuquén, ganaron los oficialismos locales que pudieron despegar la fecha de las elecciones y la agenda política de la situación nacional. Poder local: gestión, obra pública, asfalto y cloacas, los problemas palpables de la gente común.

El peronismo sumó cuatro porotos, pero la Corte se anotó dos y marcó un precedente: las causas electorales las maneja con celeridad. Seis años tardó el Supremo Tribunal en juzgar a Blaquier (que falleció impune) y poco más de un mes en cancelar los comicios en dos provincias donde se preveía que ganara el peronismo. En el entorno de Cristina, el diagnóstico rondaba hace tiempo: la proscripción no es una mera imposibilidad de presentarse a cargos públicos sino el gesto de dejar la candidatura de la mayor líder popular en manos del Partido Judicial.

En la Provincia de Buenos Aires observan con interés el desarrollo de la performance nacional. Axel Kicillof está abrazado al terruño y presiona. Tanto el gobernador como Carli Bianco, su jefe de asesores, ya anunciaron que no tienen problema en desdoblar. La fórmula sería redituable para el economista: se despega de la candidatura presidencial y revalida su liderazgo bonaerense a expensas del crecimiento de los liberales y la dispersión del PRO. Pero no está nada dicho: la última encuesta de CELAG lo ubica como el candidato K que más conserva los votos de Cristina y que más adhesión genera.

Massa no tiene más guión. Ni piloto de tormentas, ni bombero ni emparchador de pelopinchos. La cifra de inflación de marzo lo condena a sostener lo poco que queda de gestión más que a exhibir algún triunfo. Esta semana, las tasas bancarias subieron al 97%, la lenta agonía de la Argentina industrial que ve cómo siguen llegando los dólares prioritarios para la soja. De la experiencia Massa surge una primer conclusión: la receta ortodoxa no garantiza un control de la inflación. De la experiencia albertista una segunda: las minorías no pueden conducir a las mayorías.

El efecto Massa sigue gravitando. El ministro niega su candidatura, pero en su entorno insisten en instalarla. Los gordos de la CGT (cada vez más flacos de representación), algunos gobernadores y un sector minoritario del PJ insisten en impulsarlo: un albertismo 2.0 con 109% de inflación interanual. Ni siquiera el Movimiento Evita, oficialistas hasta la última hora, schiarettistas en Córdoba y permeables a todo lo que huela a antikirchnerismo, avala al Ministro.

El Evita está centrado en su disputa municipal y tuvo algunos pequeños triunfos en San Juan. Buscará posicionar candidatos en toda la Provincia de Buenos Aires y sus principales apuestas son revalidar a Mariel Fernández en Moreno, instalar a Leo Grosso en San Martín y competir con Patricia Cubría en La Matanza. Al interior del más grande de los movimientos sociales hay un debate caliente sobre el rol que ocuparon en este último período albertista y la síntesis de este cruce tendrá su expresión en la marcha del jueves, donde confluirán con el movimiento piquetero de izquierda y opositor.

Cristina Fernández de Kirchner sigue tejiendo. La abismal distancia que separa a la estadista de sus cuadros medios se puede analizar en las repercusiones de sus discursos: después de hablar de litio, exenciones tributarias, renegociación de la deuda externa y bimonetarismo, los balances vuelven a girar sobre nombres y candidaturas. «Hace falta un programa», dice Cristina. «Cristina es el programa», responden quienes buscan interpretarla. Rari.

Milei no tiene barrio. Ni provincia ni territorio. El libertario tuvo una pésima performance en las elecciones provinciales: sus franquicias no tuvieron buenos resultados ni siquiera allí donde el economista se acercó a hacer campaña. Martín Menem, el sobrino de, alcanzó apenas los 15 puntos en La Rioja. Horas antes, desde La Libertad Avanza difundían encuestas que lo daban primero. Milei no tiene barrio pero sigue teniendo una altísima intención de voto presidencial y es la principal incógnita: si JxC y el FdT van a internas, ya nadie se sorprendería de ver una pizarra en las PASO que muestre primero a Milei.

En medio del tembladeral, Larreta y Bullrich acordaron. Compartirán un candidato en la Ciudad de Buenos Aires que se definirá por encuestas (y todo apunta a que sea el ex DJ y primo, Jorge Macri) y cada uno llevará un candidato a gobernador en Provincia. Santilli con Larreta parece cantada y la pregunta será por el bullrichismo: Vidal condiciona su apoyo a la exministra a que lleve a Cristian Ritondo como candidato, pero también se anotan halcones más puros como Joaquín de la Torre o Javier Iguacel.

La incertidumbre tiene fecha límite: el 14 de junio se presentan los frentes electorales. Hasta entonces, sigue abierta la temporada de rosca.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.