Más a los de massa riba
Pelotazo para arriba y a ver qué pasa. Sergio Massa comenzó su perÃodo más populista de gestión presidencial. En ausencia absoluta de Alberto Fernández, retomó la iniciativa al calor de un reclamo que reivindican sus dos oponentes: quitar impuestos. La semana comenzó con la eliminación de la cuarta categorÃa del impuesto a las ganancias, un reclamo que llevó a Moyano a inaugurar una estatua de Perón con Macri, pero que hoy unificó a las CGT, las CTA y le regaló una foto sindical potente al candidato peronista.
En la discusión que oscila entre que el salario no es ganancia y que en un régimen tributario progresivo paga más el que más gana, primó la lÃnea en la que confluÃan sindicatos y juntocambistas. Una medida que permite al Ministro retomar la iniciativa polÃtica pero que excluye del tributo a personas que ganan 15 veces un salario mÃnimo. Los mismos sindicalistas que luchaban contra la suma fija para que la «pirámide no se achate» celebran una medida que «estira la pirámide». Pero de contradicciones está hecho el mundo, y la principal está muy clara y no pasa por aquÃ.
Si es el puntapié electoral de una reforma tributaria, bienvenido sea. Asà por lo menos lo dio a entender la segunda oleada de medidas. La quita del IVA en productos de alimentación básica es una muestra de que el sistema tributario que tenemos no va más. Plagado de privilegios y exenciones a empresas y exportadores, la mayor carga reposa en lo que pagan pobres y asalariados por el acceso a bienes de primera necesidad. Guzmán, sin poder polÃtico, lo proclamó al inicio de su gestión. Sergio Tomás lo vende como una promesa no escrita en los últimos dÃas de su breve gestión presidencial.
¿Masa a los que más amassan?
En tanto, no pareciera haber novedades de nuevos tributos que graven a quienes más la levantan en pala. Según un informe reciente de CELAG, la exención de impuestos a los inmuebles rurales (0,48%) y la exención de ganancias a jueces y funcionarios judiciales (0,16%) representan más de la mitad de los ingresos que el Estado perderÃa por dejar de cobrar el impuesto a las ganancias. A esto se suma que las grandes empresas solo pagan 2,45% de la alÃcuota del 35% sobre el impuesto a las ganancias. Por ahora no hay noticias de que ruralistas, empresarios o jueces vayan a pagar más. Quedamos pendientes.
Pato al horno
Lanzó un libro en tiempo récord escrito por algún ghost writter al que los colegas escribas debemos compadecer, pero lo que Bullrich necesita es una brújula. Entre la espada y la pared, apremiada por la fuga de votos y la incapacidad de consolidar la fenecida representación de Larreta, la ministra de Seguridad de Melconián pimponea entre el discurso new age y la prédica que insiste en «exterminar al kirchnerismo».
Con el capitán abandonando el yate que se hunde, la segunda al mando del PRO buscó encontrar en la victoria de su otrora rival interno de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, una excusa para volver a la centralidad de la escena. Pullaro representa el triunfo del sector «evolucionado» del radicalismo, no por eso menos conservador y reaccionario: ya declaró que en un ballotage entre Massa y Milei, el reformista y socialdemócrata radical optarÃa por quien propone cerrar el CONICET y la universidad pública y carga contra la democracia y los derechos humanos.
Una nueva canción
Al mando de la única guitarra kirchnerista y provincial que permanece afinada (con Santa Cruz en manos opositoras y Chaco en un duelo complejo), el gobernador Axel Kicillof llamó a componer una nueva canción. Por lejos, la mejor metáfora de los últimos tiempos: recuperar la historia para dejar la nostalgia. La música es un compendio de pasado armonizado en el presente, las notas son convenciones, acuerdos, memoria. Nada nace de cero. Pero es necesario animarse a cantar nuevos temas. No es dejar el rock nacional para abrazarse al trap 420, es pararse sobre lo mejor de nuestra historia para seguir cantando, como la Cigarra, pero ya no solo con la eléctrica sino con algo de sintetizador.
Coleccionista de castas
A la casta empresarial que lo auspicia, con Eduardo Eurnekian a la cabeza, y a la militar que lo acompaña en la vicepresidencia, con Victoria Villarruel al mando, Javier Milei sumó la casta que le faltaba: la sindical. Luis Barrionuevo, ex diputado, ex senador, eterno fracaso en la promesa de gobernar Catamarca, quien quemó urnas y pidió dejar de robar por lo menos dos años, se reunió con el libertario y sentenció: «Debemos adaptarnos a los nuevos tiempos laborales». Dato no menor: tanto Milei como Barrionuevo ya compartieron un espacio y no fue el menemismo: en el Club Atlético Chacarita Juniors, Milei revistió como arquero y el sindicalista como presidente.
Elijo creer
Iniciativa a cualquier precio, sacando impuestos sin prurito y con la difÃcil tarea de sumar voluntades con 120% de inflación. La suerte del Tigre es la desgracia del Pato. Massa recupera la sonrisa y la voz, anota foto con sindicalistas, gobernadores, intendentes y movimientos sociales y se sube a la esperanza de llegar al ballotage con Milei. Ahà girará en el aire una moneda. La virtud y la fortuna del Ministro Presidente dirán qué posibilidades existen de que el peronismo se sostenga en el poder o de que gane en el paÃs un anarcocapitalista que revive perros, enciende motosierras de juguete y amenaza con quemar el Banco Central. Rezá Malena.