ESI para combatir la violencia intrafamiliar

🏫 En medio de un gobierno que atenta contra todos los derechos, crecen los cuestionamientos hacia el rol de la Educación Sexual Integral en las escuelas. Sin embargo, los números demuestran la importancia de la ESI para que los estudiantes puedan reconocer las situaciones de maltrato que viven en sus hogares.
29/05/2024

Bajo el nombre de “Situaciones de violencia en los hogares: detección y prevención desde las escuelas”, el pasado 16 de mayo se publicó el último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, el cual mostró que 1 de cada 2 niños y niñas de primaria habla de situaciones de violencia familiar en sus escuelas. Esto significa que más de la mitad de los estudiantes -el 53,3%- le comenta al personal educativo que sufre o sufrió algún tipo de maltrato doméstico. 

Asimismo, el informe destacó el rol primordial que juegan no sólo las escuelas sino también el personal docente y directivo al momento de localizar y evitar la violencia en los hogares de los estudiantes. A nivel nacional, la cantidad de directores estatales que debieron intervenir y tomar acción en casos detectados es del 32%, mientras que en la gestión privada el número alcanza el 26%. Según el documento, más de un 40% del alumnado afirma que sus maestros y profesores les hablaron tanto sobre cuidados y formas de impedir el maltrato doméstico, como de la necesidad de pedir ayuda a una persona de confianza.

Antonella Bianco, secretaria de Género de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-CTERA), reafirmó este papel central de los espacios académicos como lugares de visibilización de las situaciones de maltrato. “Esto es gracias a todas las herramientas que nos brinda la Educación Sexual Integral (ESI), ya que nos permite como docentes garantizar la protección total de los derechos de les niñes”, destacó la secretaria. Y agregó: “Además, cristaliza un proceso en donde les niñes son sujetos de derechos, y que elles conozcan estos derechos hace que los puedan aplicar”.  

Sancionada en 2006, la Ley 26.150 o Ley de ESI establece el derecho de todos los estudiantes a “recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada” a lo largo de todo el territorio nacional. En conjunto con la ley, se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral con el objetivo de llevar a cabo la efectiva incorporación de la ESI en las instituciones. Sin embargo, al igual que muchos de los andamiajes estatales, hoy esta red se encuentra vulnerada. 

Sancionada en 2006, la Ley 26.150 o Ley de ESI establece el derecho de todos los estudiantes a “recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada” a lo largo de todo el territorio nacional.

“Una de las problemáticas que tenemos en estos momentos es que no sabemos nada sobre la continuidad de los programas nacionales de ESI que fueron desfinanciados”, comentó Antonella al respecto. Y sostuvo que ahora es cuando más se deja al descubierto los recursos que posee cada escuela, grupo de docente o jurisdicción para poder seguir aplicando por su cuenta dicha ley. “El Estado tiene que garantizar una formación permanente, los recursos y los lineamientos de los diseños curriculares. Claramente, la posición del gobierno nacional tiene que ver con retirar toda esta conquista y retrotraernos a una época previa a la sanción de la ley”, añadió la referente de UTE.

Por otra parte, el informe reveló que el 15% de los estudiantes dice que no habla con nadie respecto a estos temas. Bárbara Ortiz Soler, docente de biología y referente de ESI, le explicó a El Grito del Sur: “No suelen verbalizarlo y exteriorizarlo con facilidad […] Siempre vienen cargades de mucho miedo, sobre todo cuando es intrafamiliar porque hay una situación de indefensión”. Además, recalcó el hecho de que, desde su núcleo primitivo de vinculación, los jóvenes muchas veces aprenden que el querer implica estas violencias y que generalmente identificarlo y reconocerlo es un proceso muy duro para ellos.

Por estas cuestiones, resulta igual de importante que los docentes estén bien informados y preparados para tratar estos asuntos. “La ESI trata sobre concepciones muy arraigadas socialmente en todas las personas. Las capacitaciones docentes deben alcanzar un nivel de profundidad que permita que elles revisen y desnaturalicen primero sus propias ideas para después poder trabajarlo con les chiques”, opinó la especialista.

Al mismo tiempo, es necesario destacar que, debido a la nueva ola de circulación de los discursos de odio en la sociedad, la ESI vuelve a ser puesta en cuestión. En línea con esto, Bárbara afirmó que hoy existe socialmente un consenso para asignarle a estos lineamientos la categoría de adoctrinamiento: “Pasamos de que nos hagan un motín porque la ESI no se trabajaba, a que nos hagan un motín porque la ESI se trabaja y los adoctrina”. 

Esto genera, entre otras cosas, que los docentes deban tener una mayor precaución al momento de dar los contenidos de la currícula, ya que en varios lugares los estudiantes se muestran reacios a aprender y charlar sobre la ESI. “Necesitamos que haya una apropiación real de los contenidos, no simplemente que nos respondan lo que nosotras queremos escuchar”, declaró la docente. 

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