Flaca Victoria. Sonríe Javier Milei con el avión a punto de despegar rumbo a Bari. La Ley Bases se aprobó en general y el gobierno libertario se anota su primer poroto en seis meses de gobierno. Pírrico, con lo justo, sufriente pero hábil de maniobras: el gobierno que venía a combatir a la casta política repartió embajadas y aceptó concesiones. Se cierra el primer acto de la tragedia libertaria. La lucha sigue.
Provincialismo y balcanización. Los votos decisivos para la aprobación los aportaron peronistas y provincialistas. Pero empecemos por los últimos. El provincialismo como repliegue sobre los pequeños terruños de origen evidencia la crisis de los partidos políticos. Pero la MPNización de la política nacional es aún más grave: implica la ausencia de una mirada federal, de una propuesta de destino colectivo. Es una balcanización del proyecto nacional, un unitarismo de provincia. Misioneristas, cordobecistas y santacruceñistas. El vecino como Sujeto. Yo solo soy de mi barrio.
Peronistas libertarios. Kueider y Espínola son la muestra cabal del desprestigio del sistema representativo. Electos por el peronismo, su sistema de intereses los llevó a acompañar la privatización de los trenes, la duplicación del período de prueba laboral y el blanqueo de capitales. Peronistas moderados, cuentapropistas o simplemente antikirchneristas. Las formas liberales de usufructuar el peronismo. Ni hablar de los que además acompañaron el RIGI. Ni justicia.
La calle y la violencia. Mientras Daer volvía de España, tras reunirse con Pedro Sánchez, una parte importante del movimiento sindical salió a la calle. SMATA, Camioneros, Bancarios, estatales y aeronáuticos coparon durante buena parte del día la Plaza Congreso. Curiosamente no flamearon muchas banderas de la UOCRA, pese a que la construcción cayó 37,2% en abril y la obra pública continúa congelada. El Gobierno respondió con represión: casi 30 personas permanecen detenidas. Disparos a la prensa y narrativa de golpe de Estado. La batalla cultural es por la verdad y el Ejecutivo la comunica en gerundio y por redes sociales.
El cacique sin indios. Martín Lousteau votó en oposición a la UCR. Los que pusieron a Macri y a De la Rúa, también pusieron doce votos a favor de la Ley Bases y las facultades extraordinarias. El exministro de Cristina y exembajador de Macri ante los EE.UU. dio quorum pero votó en contra. No quería cargar con la responsabilidad de voltear la ley ni con el peso de acompañarla. La paradoja del presidente sin gobernadores ni senadores al frente de un partido con tres provincias y otros doce senadores.
Sin rumbo, pero hay que seguir. El peronismo no encuentra la brújula: la estrategia parlamentaria no pudo frenar la Ley, los intendentes ni tienen peso para hacer política y la exaltación por armar las listas para 2025 le gana a la construcción de acuerdos. Y Massa, ¿alguien puede pensar en Massa? Mientras tanto, el gobernador Axel Kicillof se reúne con Francisco y éste va a cruzarse con Milei en el G7. El único país del mundo con dos jefes de Estado se desangra a precio de ganga.