«El fanatismo de Bangladesh por Argentina es todo debido a Maradona»

🇧🇩 Entre los años 2005 y 2023, Ariel Colman trabajó de forma intermitente como preparador físico en las selecciones de Bangladesh, así como también en su liga. En esta entrevista con El Grito del Sur cuenta su experiencia. "Lo que me marcó es haber vivido allá. Uno no deja de asombrarse", señala.
29/07/2024

Bangladesh fue parte, hasta 1947, del territorio conocido como India Británica: la parte del actual país asiático que pertenecía a la Corona. Hasta principios de la década del 70, fue parte de Pakistán oriental: recién en esa época lograría su independencia. Pero, en su pueblo, los recuerdos del sometimiento inglés nunca se olvidaron. 

No es para menos. No solamente por el accionar conocido que ha promovido el Palacio de Buckingham, colonial hasta nuestros tiempos. También por un hecho puntual: la hambruna a la que Gran Bretaña sometió a la zona de Bengala (hoy Bangladesh). En 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, la Corona desvió alimentos del lugar para las peleas del ejército contra Japón y dejó aislada a Bengala por conveniencia por el avance de los nipones. En todos los medios de comunicación fue censurado el tema durante más de 50 años. Un verdadero genocidio del hambre. 

El odio a la Corona empalmó con cualquiera que vaya contra ella. En la década del 80, la joven Bangladesh encontró idolatría en los enemigos de la Corona. Más de un analista indicó que en el país se siguió la Guerra de Malvinas. 

Pero, sin lugar a dudas, el gran puntal antiimperialista que encontró Bangladesh se dio en el marco deportivo, muchas veces expresión significativa de los pueblos: fue la Selección Argentina de Diego Armando Maradona en 1986, que sacó a Inglaterra en cuartos de final con la conocida actuación estelar de Diego. Desde allí nació una relación futbolística entre ambos países: hubo movilizaciones cuando sacaron a Maradona del Mundial 1994, existieron manifestaciones de apoyo masivas al equipo de Scaloni y Messi durante Qatar 2022, el capitán del Seleccionado de Bangladesh (Jamal Bhuyan) vino a jugar a la Argentina en el Club Sol de Mayo (Viedma, Río Negro), perteneciente al Federal A (3ra división) en 2023. 

El perfil de Linkedin de Ariel Colman dice “más de 25 años de experiencia en preparación física de fútbol en diferentes equipos de trabajo nacionales e internacionales”. Entre 2005 y 2023, Colman trabajó de forma intermitente como preparador físico en las selecciones de Bangladesh, así como también en su liga. En esta entrevista con El Grito del Sur cuenta su experiencia, que un poco es la de Argentina y Bangladesh, dos países cuya relación todavía tiene mucho por explorar. 

Después de 25 años de carrera, ¿cómo piensa el fútbol Ariel Colman?

Después de 25 años, siento que el fútbol sigue siendo un juego de equipo en el que se pueden lograr un montón de cosas. Mejorar la calidad de vida de los chicos, sacarlos de los vicios. Muchas cosas positivas. Aunque en los últimos años ha pasado a ser un gran negocio, todavía hay lugares en los que se sigue fomentando la buena práctica del deporte, el amateurismo. Eso me pone feliz. Todavía creo en el fútbol como una herramienta para formar y crear buenos hábitos en las personas. 

¿Cómo llegaste a trabajar en Bangladesh? ¿Comparás esa experiencia con alguna otra que hayas tenido?

A Bangladesh llego a través de un representante que estaba buscando un preparador físico para completar un cuerpo técnico encabezado por Cayetano Rodriguez, secundado por Diego Cruciani. No sabía nada del país. Ahí fuimos: realmente una experiencia única, no comparable con ninguna otra que yo haya vivido. Un país completamente diferente en su cultura, clima, comida, religión. Una experiencia única e inolvidable. No me arrepiento de haberla hecho. 

¿Cómo es el fútbol allá? ¿Por qué considerás que hay tanta idolatría por Messi y su selección, por Maradona y por Argentina en general?

El fútbol en Bangladesh es cada vez más competitivo, se está profesionalizando cada año un poco más. Está creciendo mucho: han traído muchos jugadores de Latinoamérica que le dan jerarquía a los torneos. Pero, por ahora, el fútbol profesional de allá sería el equivalente a la tercera división de Argentina. El fanatismo del pueblo de Bangladesh por Argentina, ahora por Messi, es todo debido a Maradona. Se dio a partir de su época dorada, en el 86, con el famoso gol a Inglaterra. Ahí se ganó el corazón de todos en Bangladesh, país que fue colonia inglesa mucho tiempo y sufrió ese hostigamiento. A través de Diego nos hicimos conocer y querer. De ahí proviene el fanatismo. Vivirlo estando allá es algo fabuloso: te hace sentir muy bien y te da orgullo de ser argentino. Lo que siente esa gente es admirable. Es hermoso haber vivido eso. Se lo agradezco al Diego y al pueblo de Bangladesh.

¿Cuánto pensás que ese tipo de ligas puede progresar y cómo?

El fútbol en Bangladesh puede mejorar muchísimo. Hay buena calidad de jugadores. Se está creando la infraestructura para que siga creciendo mucho más, con academias y jugadores de jerarquía. En los 15 años que yo voy y vengo de allí, ha crecido mucho. Yo fui el primer preparador físico y de ahí en más fue creciendo. Ahora el fútbol se profesionaliza y ya los clubes tienen ese rol, entrenador de arqueros, asistentes de videos. De a poco, año a año, va creciendo. Aparecieron jugadores brasileños, argentinos, colombianos, venezolanos de mucho nivel y le han dado un empujón importante al fútbol de Bangladesh. 

Bangladesh

¿Qué historia que hayas vivido en Bangladesh, acá en Argentina o en el lado que vos quieras pensás que te marcó?

Lo que me marcó es haber vivido allá. Uno no deja de asombrarse. Salir a la calle es encontrarse con algo distinto todos los días. Es un país superpoblado, con calles muy aglomeradas. Te podés encontrar animales y situaciones únicas e inesperadas. Haber compartido comidas o experiencias, o centros de discapacitados y lugares con mucha pobreza. Esas cosas te marcan: te enseñan a valorar lo que uno tiene. Es un país único. Podría explicarlo pero no se entiende si no lo ves, lo tocás o lo sentís. Los olores, la gente, el cariño, lo que sufre la gente. Es un país muy pobre y, sin embargo, es muy feliz y alegre. Le gusta cantar, le gusta bailar. 

¿Cómo está hoy y cómo sigue tu carrera?

Actualmente me encuentro en Junín, trabajando en fútbol, disfrutando de mi familia. Ahora estoy esperando que salga una oportunidad de trabajo en cualquier parte del mundo o en Argentina. Ahora aprovechando a la familia y los amigos: tratando de siempre crecer en el fútbol, que es lo que más me gusta.

Tu experiencia en Bangladesh se hizo muy conocida en los medios. ¿Qué otras experiencias de tu vida deportiva te marcaron?

Mi experiencia en Bangladesh me hizo conocido, por haber estado en la época del Mundial y porque muchas veces fui el único argentino trabajando allí. Las experiencias tienen que ver con Bangladesh porque realmente me han pasado cosas muy lindas allí. Desde ser el primer preparador físico en llegar al país hasta la primera vez que el equipo sub 23 le ganó a China, la primera vez que Bangladesh clasificaba a la Copa Asiática, la vez que fuimos la sorpresa de una copa legendaria siendo subcampeones. La verdad es que mi experiencia ha sido muy positiva, he dejado muchas cosas, la gente se ha quedado contenta con mi trabajo. Esa experiencia es única e irrepetible. Los contactos están y las ganas de volver también. 

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Cuando termina la entrevista, antes de cortar, Colman se queda con ganas de decir algo más. A veces las preguntas faltan. O quizás sobran. “Dejame agradecerte por la entrevista. Les mando un saludo grande a todos ustedes por el interés que han demostrado. Y también dejame agradecerle a mi familia que me banca en todas: a mi esposa Claudia; a mis dos hijos, Lucas y Tomás. Estando cerca o lejos, me pusieron el hombro y me ayudaron. Sin ellos no hubiera podido hacer nada de lo que hice. Espero que esta entrevista sirva para clarificar alguna cosa más de ese país tan remoto que nos ama tanto”. 

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