«El Nunca Más es una construcción que hay que regarla y mantenerla cada día»

🗣️ El abogado y periodista Pablo Llonto habló en una entrevista con El Grito del Sur sobre los embates del gobierno de Javier Milei a las políticas en Derechos Humanos y sobre la pretensión de modificar los consensos sobre el Nunca Más en la sociedad argentina. "Los consensos están muy sólidos desde hace mucho tiempo, lo cual no significa que un golpe de Estado no vuelva a ocurrir", señaló.
11/08/2024

🗣️ El abogado y periodista Pablo Llonto habló en una entrevista con El Grito del Sur sobre los embates del gobierno de Javier Milei a las políticas en Derechos Humanos y sobre la pretensión de modificar los consensos sobre el Nunca Más en la sociedad argentina. «Los consensos están muy sólidos desde hace mucho tiempo, lo cual no significa que un golpe de Estado no vuelva a ocurrir», señaló.

Periodista y abogado especializado en Derechos Humanos (DD.HH.), Pablo Llonto tiene una extensa militancia que siempre lo tuvo del mismo lado de la vereda: la defensa de la democracia. Allá por la década de 1980, Llonto colaboró en la presentación de habeas corpus en casos de desapariciones forzadas y en el Juicio a las Juntas, que se llevó a cabo en 1985. Actualmente es representante legal de víctimas y familiares de víctimas en los juicios por delitos de Lesa Humanidad.

En una entrevista con El Grito del Sur, el periodista y abogado opinó sobre los embates del gobierno de Milei a las políticas en DD.HH. construidas a lo largo de décadas anteriores y sobre la posibilidad de alteración de consensos sociales que marcaron desde el año 1983 hasta acá un respaldo contundente al Nunca Más. «El consenso mayoritario que tenemos hoy para que no haya impunidad y se siga juzgando a los genocidas es algo que se debe seguir enseñando y fortaleciendo con los sectores jóvenes esta toma de conciencia», sostuvo.

¿En qué contexto político-histórico se inscribe la reciente visita de diputados de La Libertad Avanza a genocidas en el penal de Ezeiza?

Se da en el contexto de un gobierno que, desde antes de asumir, ya venía anunciando su simpatía con los represores y la dictadura. A veces expresado en términos más lavados, a veces más directos. Milei, Villarruel, Cúneo Libarona o Patricia Bullrich, así como algunos diputados, vienen desde hace rato generando declaraciones y acciones que insinúan o directamente los ponen del lado de los genocidas. El hecho contundente de haber ido a visitarlos y posar con ellos muy sonrientes en fotografías es la muestra concreta de todo esto. Ahora nos vamos enterando que también hubo otras visitas, que miembros del gobierno fueron a planificar algún plan para liberarlos. No somos ingenuos y esperamos de aquí en adelante más hechos de este tipo, por eso queremos que desde el arco político mayoritario en la sociedad argentina se genere el repudio y la firmeza en que no va a haber impunidad.

Frente a la posibilidad de un indulto a condenados por delitos de lesa humanidad, ¿qué reacción esperás por parte de la sociedad?

A diferencia del 2×1, que provino de la cabeza del Poder Judicial y se respondió de una manera inmediata, ahora los repudios están más repartidos. Es decir, no se encontraron en un único acto pero sí estamos escuchando declaraciones de mucha gente que manifiesta -frente a cualquier reacción tendiente a rectificar a los genocidas- que esto no va a pasar en silencio en Argentina.

¿Es posible modificar los consensos sobre el Nunca Más en la sociedad argentina? ¿Qué consecuencias tendría esto?

Los consensos están muy sólidos desde hace mucho tiempo, lo cual no significa que un golpe de Estado no vuelva a ocurrir. Yo creo que el Nunca Más es una construcción que hay que regarla y mantenerla cada día. Ésta es la enseñanza mayor de la defensa de la democracia. En muchos países se ha creído que nunca más iba a haber golpes de Estado, pero la Argentina también tuvo durante este período de democracia episodios como el levantamiento militar de Semana Santa, los levantamientos militares posteriores de 1988/1990/1991; por lo tanto, el consenso mayoritario que tenemos hoy para que no haya impunidad y se siga juzgando a los genocidas es algo que se debe seguir enseñando y fortaleciendo con los sectores jóvenes esta toma de conciencia. Hay que conocer qué pasó y defender todo lo que se hizo para que no haya impunidad.

Desde la llegada de Milei y Villarruel al gobierno, ¿observás una ralentización en el desarrollo y avance de los juicios de lesa humanidad?

En realidad, los juicios continúan y ya venían lentos. Lo que ha pasado en estos últimos siete meses es que hay medidas desde el Poder Ejecutivo pero esto por el momento no está impactando en el desarrollo de los juicios. Todos los días hay juicios por delitos de lesa humanidad, de lunes a viernes en todo el país. Si van lentos, es por temas del Poder Judicial. No es por acciones del Poder Ejecutivo: lo que éste viene tratando de hacer es poner palos en la rueda para evitar el avance de estos juicios. Por ejemplo, desarmaron los equipos de investigación del Ministerio de Defensa y despidieron mucha gente en la Secretaría de Derechos Humanos. Con estas acciones y las declaraciones políticas que hacen, más las provocaciones como subirse a un tanque en un desfile militar, buscan crear un escenario para tratar de impactar en la Justicia. Pero el que tiene la palabra y la decisión sobre el tema del juzgamiento a los genocidas es el Poder Judicial. Y la Justicia está respondiendo en estos últimos meses con sentencias condenatorias a muchos genocidas y con llamados a indagatoria o procesamientos de otros. 

En los últimos años, con el atentado contra Cristina como hecho más paradigmático, algunos especialistas hablaron de un proceso social que ha ido poniendo en crisis los consensos sociales gestados a partir de 1983, de un quiebre del consenso post-dictadura. ¿Coincidís en esta lectura? ¿Qué interpretación hacés?

Yo no creo que haya un quiebre de la mayoría de la sociedad. Sí lo que hay es un discurso bastante preocupante de un sector de la sociedad que cada tanto aflora -no es nuevo, lo vivimos también en los ´80 y ´90- y reivindica la dictadura. La mirada de derecha existió siempre en la sociedad argentina. Hablar de quiebre sería pensar que la mayoría de la sociedad argentina está dispuesta a avalar un Golpe, pero creo que eso no ocurre. Hemos tenido experiencias democráticas dolorosas y terribles, de hecho hubo sectores de la sociedad en distintas regiones que votaron genocidas y ganaron: Bussi en Tucumán, Patti en Escobar, Aldo Rico en San Miguel, etc. Me parece que son olas que expresan a ese sector grande y existente, pero estoy convencido de que no fue nunca ni es mayoritario. 

¿Qué objetivos hay detrás de la pretensión del Gobierno de reformar la Ley de Seguridad Interior y de esta forma sacar a los militares a la calle?

El tema de la reforma de las leyes que prohíben la intervención de las Fuerzas Armadas en los conflictos internos o en las cuestiones de política interna, también es un punto ganado por la democracia y en el que creo que hay consenso. Ahí lo que me parece es que va a primar el oportunismo político: va a buscar votos a partir de la negociación de otras cuestiones económicas, en un carancheo político lamentable. O sea es probable que encontremos gente que no esté de acuerdo, pero que lo termine votando sólo para obtener algún beneficio hacia su provincia. El objetivo está alineado con la mentalidad de Patricia Bullrich, que busca convertir a este país en una especie de demostración de que ella maneja la fuerza y los tanques o ametralladoras para poner orden en la sociedad. Es terrible que se piense a la protesta social como una forma de terrorismo, porque puede traer desastres para la Argentina. Si esto ocurre, creo que Bullrich lo va a pagar con crímenes que se van a cometer en nombre de un terrorismo que no existe.

Por último, ¿cuál es el rol de la militancia de Derechos Humanos en el actual contexto de hostigamiento, amenazas y descalificación constante a los organismos y a sus integrantes en forma personalizada?  

Hacer todo lo posible para generar la conciencia social y política, sobre todo de los jóvenes. Hacer actos, charlas, libros, documentales, pasar películas, hablar en todos los actos y acompañar todas las luchas en defensa de los Derechos Humanos, continuar con los juicios y recorrer el país en la medida de lo posible para hablar con las y los jóvenes, publicar artículos en la prensa, hacer declaraciones, dar clases, etc. Es todo lo que se ha hecho desde que se creó Madres de Plaza de Mayo el 30 de abril de 1977. Fueron ellas las que marcaron el camino. Si a las Madres les preguntaban en ese momento qué había que hacer, probablemente hubieran dicho: “todo lo que esté al alcance de mi vida”.

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