Vuelta de Rocha y el arte de resistir un traslado en La Boca

⚖️ El Gobierno de la Ciudad mandó una disposición judicial a los artesanos de las ferias Vuelta de Rocha I y Vuelta de Rocha II del barrio de La Boca para sacarlos de su espacio histórico de trabajo. No obstante, una medida precautelar detuvo momentáneamente el traslado. El Grito del Sur visitó el barrio y conversó con varios artesanos para conocer sus opiniones al respecto.
27/08/2024

“Hasta el nombre quieren borrarnos, ¿entendés?”, dice Pablo Canobio, el delegado de los artesanos de las ferias Vuelta de Rocha I y Vuelta de Rocha II del barrio porteño de La Boca. La primera funciona los jueves y viernes y la segunda, los sábados y domingos, ambas de 10 a 18 hs. “Mudarnos implicaría la extinción de las dos ferias, la artesanía como expresión se perdería”, advierte Canobio. Resulta que en los primeros días de agosto, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires envió a los artesanos una disposición judicial para trasladar las ferias hoy ubicadas en Avenida Pedro de Mendoza y Del Valle Iberlucea, más concretamente en la Plazoleta de los Suspiros, hacia las calles Garibaldi y General Gregorio De Lamadrid, es decir, hacia la Plazoleta Bomberos Voluntarios de la Boca. Canobio dice que las ferias se han llamado así históricamente porque están ubicadas a la vuelta de la calle Rocha, por lo que el traslado de un lugar a otro implicaría el borramiento de la identidad en sí misma de los artesanos. 

Mientras el delegado conversa con El Grito del Sur, el espíritu de Pappo se hace carne en una banda que toca su música frente a El Samovar de Rasputín, un bar que está a pocos metros de Caminito, el famoso callejón y museo al aire libre que atrae constantemente a cientos de turistas, tanto locales como extranjeros. Caminito también es el sendero que vincula a una plazoleta con la otra. La banda empieza a tocar “Rock and roll y fiebre” cuando Canobio le dice a este medio que la disposición que envió el Gobierno de la Ciudad “viola la Ordenanza 46.075 de 1992, que es la que regula nuestra actividad, y también la división de poderes, porque la disposición tiene únicamente la firma de Yoana Fiore, la directora general de Permisos y Ferias, pero no firmó Cultura, que también es la autoridad de aplicación de nuestra actividad según la ley”. 

Canobio cuenta ahora que, por estar en disconformidad con esa medida, 90 de los 140 artesanos del lugar presentaron un amparo el 13 de agosto. Al día siguiente salió una medida precautelar que, por el momento, los favorece, porque el Gobierno de la Ciudad tiene unos días para presentar la documentación que le pide el juez y eso hace que, por ahora, el traslado no se realice. “Va a ser difícil que puedan tener la documentación, porque no cumplieron con el establecimiento de reuniones previas, con actas, con el conjunto de delegados del sistema de ferias”, opina Canobio.

El delegado cuenta que antes de que el Gobierno de la Ciudad les enviara la disposición para el traslado, las autoridades porteñas se habían reunido de manera informal con los artesanos en cuatro oportunidades, pero no tuvieron la posibilidad de acordar nada. El primer encuentro había sido con Yoana Fiore. Ese día los artesanos habían planteado que el proyecto presentado por el Ente de Turismo de la Ciudad de trasladarlos a la Avenida Pedro de Mendoza, que no incluía planos, era inviable. En las otras tres reuniones los artesanos se juntaron nuevamente con Fiore y también con Pedro Comín Villanueva, el subsecretario de Ordenamiento Urbano. Entre las partes buscaron un punto intermedio, pero “te dabas cuenta de que no era así, que era dilatar el tiempo para tomar una decisión rápida y movernos sin darnos lugar a reaccionar. Fueron reuniones de apriete”, confiesa Canobio. 

¿Por qué los quieren trasladar de una plazoleta a la otra? “Ellos dicen que quieren reordenar el espacio urbano para mejorar la circulación y la estética de la Ciudad, pero las ferias no afectan para nada eso —dice Canobio—. En la Plazoleta de los Bomberos hay gente trabajando también, que tiene permiso. Nuestras ferias no entran ahí, además esa plaza es de uso de la comunidad. Los chicos usan el anfiteatro para comer cuando van de excursión y ahí ensayan las murgas con los bombos”. Si no hay lugar para trasladar las ferias a la otra plaza, ¿por qué el Gobierno de la Ciudad insiste con relocalizarlas? “Ellos cargaron en un Excel los 70 puestos y les parece que entran, pero esa plaza no es un paseo artesanal”, comenta Canobio. 

En el lugar pasan, cada tanto, colectivos con hinchas del Club Atlético Boca Juniors. Vestir la camiseta de Boca es una regla de oro en este barrio. También forma parte del paisaje el Río Matanza-Riachuelo, que por momentos exhibe a algún que otro pato luchando por nadar entre la basura flotante. Ahora Darío Sánchez, también delegado de los artesanos boquenses, cuenta a este medio que su arte es el macramé, la técnica de crear tejidos usando nudos decorativos.​ Dice que trabaja como artesano desde hace más de veinte años y que en Vuelta de Rocha está desde hace seis. “Mudarnos implicaría erradicarnos del espacio histórico de las ferias, que funcionan acá desde hace cuarenta años. Además, la gente no llega mucho al otro sector, eso afectaría las ventas —advierte Sánchez—. Pero lo principal es que acá todos nosotros somos cultura y queremos prevalecer con la artesanía, porque es lo que sabemos hacer. Yo no sé hacer otra cosa, este es mi único sustento”. Sánchez también dice que la verdadera intención del Gobierno de la Ciudad es hacer un polo gastronómico donde ahora funcionan las ferias. “Acá quieren darle más entidad a los bares, quieren gentrificar”, dice el delegado. 

Mientras Sánchez habla, un grupo de turistas se acumula en una fila para sacarse una foto con un Lionel Messi estático, que levanta la tercera copa del Mundial de Fútbol desde arriba del balcón de un bar. La estatua es bastante colorida, tan colorida como la vida que dice que lleva Anahí Cadorini, otra artesana boquense. Cuenta que es escenógrafa y profesora de artes visuales y que, en paralelo, está en el sistema de ferias desde hace veinte años. En Vuelta de Rocha, donde trabaja con telar y cuero, está desde hace diez. “Que nos muden a un lugar que no es un paseo implicaría estar hacinados. Además, para nosotros defender este espacio es defender la cultura, porque no venimos solamente a vender, también hacemos talleres y le contamos a la gente lo que cada uno hace por elección”, concluye Cadorini.

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