Cristina al PJ: una decisión que patea el tablero y reafirma su liderazgo político

✌️La ex presidenta se aferra al Partido Justicialista para retornar a la centralidad política de cara a la reconstrucción del peronismo. Sintonía con La Cámpora, mensaje a quienes la quieren jubilar y la difícil tarea de la unidad. Pros y contras de su candidatura.
15/10/2024

Cristina Fernández de Kirchner sorprendió una semana atrás al lanzarse oficialmente como candidata a presidir el Partido Justicialista (PJ) a nivel nacional. En la búsqueda de dar vuelta la página tras la derrota electoral del peronismo contra el actual presidente Javier Milei, la ex presidenta señaló: «no tengo dudas que, en esta etapa, el partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que éste, además, tenga dirección y objetivos». 

La repentina postulación de CFK debilitó las aspiraciones de Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja, quien hasta ese momento tenía el camino allanado para lograr la conducción del PJ y contaba para ello con el respaldo -entre otros- del mandatario bonaerense Axel Kicillof. Precisamente, al cierre de este artículo Cristina iba a recibir a Kicillof para apaciguar algunas diferencias en la previa del acto por el Día de la Lealtad.

La Cámpora, que en un primer momento evaluó la posibilidad de lanzar a Wado de Pedro para enfrentar a Quintela, recibió con júbilo la noticia. Rápidamente, sus principales voceros salieron a elogiar la decisión de la ex presidenta y ya presentaron miles de avales que respaldan su lista. El comportamiento de la agrupación liderada por Máximo Kirchner contrasta por ejemplo con sectores del Movimiento Evita que plantearon -como en el caso del ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina- que «la candidatura de Cristina al PJ no es lo mejor para este momento». 

Al que no le gusta, se jode. Florencio Randazzo, quien no practica la doctrina peronista al menos desde que inauguró el último tren casi una década atrás, corrió espantado tras el lanzamiento de Cristina y decidió desafiliarse del Partido Justicialista. De ministro prodigio del último gobierno de CFK a militar el más férreo anti-kirchnerismo. Parecida conducta tuvo Julio de Vido, ex ministro de Planificación de Néstor y Cristina, quien dijo que en una eventual interna «no tendría ninguna duda en votar a Quintela».

Para el gobernador de La Rioja, desafiar el liderazgo de Cristina no será tarea sencilla. Posiblemente pueda avanzar en algunas provincias sin tanto arraigo kirchnerista -las del norte por ejemplo-, pero en otros territorios tendrá fuertes dificultades. El PJ de la Provincia y de la Ciudad de Buenos Aires manifestaron su respaldo a la candidatura de CFK y reclamaron por «la unidad que la hora nos demanda para construir la alternativa al modelo libertario». En el populoso conurbano bonaerense la gran mayoría de los intendentes juega con Cristina y La Cámpora, salvo algunos díscolos como Jorge Ferraresi y Fernando Gray. 

Sin embargo, el peronismo trasciende el AMBA y de Buenos Aires para afuera está el principal problema: hoy el PJ sólo gobierna 5 de las 23 provincias argentinas y perdió la mayoría en la Cámara de Senadores. En ese marco, la figura de Cristina no representa -a priori- una solución mágica para reconciliar los caminos del PJ con provincias relevantes como Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Tucumán. De hecho, en las primeras dos prima un férreo anti-kirchnerismo no sólo entre la población sino incluso en sectores mayoritarios de su dirigencia política. Estos grupos tildan a Cristina como una dirigente ligada a Buenos Aires y le achacan la supuesta falta de una mirada «federal». 

¿Qué representa la candidatura de Cristina al PJ? En primer lugar, aire fresco para una militancia que viene desgastada por la experiencia nefasta del gobierno de Alberto Fernández y por el agravamiento de la crisis económica. En segundo lugar, la garantía de que el peronismo sostendrá sus banderas históricas como principal partido de oposición a Milei y que además incorporará otras nuevas, como dejó en claro CFK en su última carta al hablar de las relaciones laborales, la nueva estatalidad, el déficit fiscal y las modificaciones en la comunicación social. En tercer lugar, la experiencia necesaria para recomponer fuerzas y limar algunas asperezas de cara a posicionar nuevamente al peronismo como alternativa político-electoral.

Lo que queda claro es que, lejos de jubilarse de la política, Cristina Fernández muestra una inagotable capacidad de reinvención. Su liderazgo político puede estar en discusión, pero ella decide siempre renovarlo y ponerlo en juego en el marco de distintos esquemas institucionales. Esta última jugada patea otra vez el tablero y anticipa su regreso a la centralidad para volver a sentarse en la mesa de decisiones del Partido Justicialista, desde donde necesariamente tiene que nacer un nuevo programa anti-neoliberal que ponga freno al desguace y el saqueo encarnado por la presidencia de Milei. Cuando la Patria está en peligro, todo está permitido excepto no defenderla.

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Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.