La picadura del Escorpión mortal, Charly inmortal: el sonido del cine nacional

🎼 Muchos años sin decir algo, y de golpe se enciende el parlante. Estrenó su nuevo disco en el Día del Maestro, en un mes que conmemoró La noche de los Lápices –que contiene su música– y en el que fue homenajeado en los Premios Sur. De “Argentina, 1985”, “El Rapto”, “Puan”, a “Alemania”, el mensaje de su voz en nuestras películas.
13/10/2024

Esta es la historia de un hombre que escribió muchas letras. ¿Por qué hace tanto sentido escuchar a Charly García en nuestras películas?

En “El viento que arrasa” (2023), de la directora Paula Hernández, una adolescente va escuchando un walkman durante toda la película. No sabemos de qué tema se trata hasta el final, que se revela que es uno de Virus. “Yo estaba convencida de que estaba escuchando ‘Tuve tu amor, de Charly García’” — asegura la antropóloga y comunicadora de cine, Julieta Greco — “Se lo dije a Paula Hernández. Porque en esa canción hay un momento en donde dice: «Los sitios girarán por siempre, sitios para transgredir»; que es un poco lo que a mí me pasaba. Si yo tuviera que escribir una nota sobre esa película, arrancaría con esa frase, porque creo que hay algo de cómo cuenta a una adolescente inmersa en un mundo muy constructivo, o sea, del que no puede salir pero, al mismo tiempo, todo se está jugando en el personaje (interpretado por Almudena González, luego de “Argentina, 1985”) que está transgrediendo de algún modo lo que le pasa”.

Le pasa al mismo Charly García. “Charly siempre tiene esta cosa de ‘Clics modernos’ como de romper, pero al mismo tiempo no termina de romper con él, ¿no? Se reinventa pero no suelta algo, hay algo en él como que trasciende y lo podés encontrar”, reflexiona a El Grito del Sur la especialista, quien a lo largo de su vida su cariño por el artista la llevó a ir tras sus huellas.

“Rompela” es uno de los temas que conforman “La lógica del Escorpión”, la vuelta de Charly a las discográficas, precisamente en el Día del Maestro, para seguir dando cátedra. 

“Me fascina lo que sigue haciendo Charly. No solamente en esto de que expresa mucho a la Argentina, sino que se sigue expresando a sí mismo”, manifiesta Julieta, y retoma: “También son muchos años de Charly sin decir algo. Entonces de repente Charly diciendo: «Dios creó todo el universo y también al Ku Klux Klan» o volviendo a hacer una versión por vez mil de ‘Juan Represión’ y que vuelve a hacer sentido. No está desconectado del mundo. Se ha criticado mucho la voz, mientras que a mí me pareció como una fragilidad que lo representa y me gusta. No se puede pensar a este disco nuevo de Charly sin ponerlo en relación a toda su discografía, a toda su historia, al lugar que ocupa para la música argentina. Es como la última leyenda viva”.

En esa búsqueda de sentido, por tratar de comprender los misterios de los mensajes que su música trae, Julieta lo metaforiza como un parlante de nuestro país, y cita a Florencia Angilletta, que escribió: “En la boca de Charly García siempre está la Argentina”; y a Fito Páez (que forma parte del álbum cantando junto a él “Rock And Roll Star” – como el tema de Oasis y antes otro cantado por Loquillo y Trogloditas–, dedicado a las nuevas generaciones artistas): para él, Charly es un músico del siglo 39.

“Es muy difícil pensar a Charly contemporáneo porque por lo general nos habla desde el pasado. Charly siempre está un paso más adelante en la historia. Realmente siento que no narra el presente. Es un tipo que con el presente está siempre contando como un hilo hacia el futuro. Me acuerdo que de chica escuché ‘Botas locas’ por primera vez y miré: ¿de qué año es esta canción? y dije no puede ser del ‘74. Pero en el ´75, Charlie diciendo: ‘Esto es un aviso’ y empezando a tocar ‘Botas locas’ era como: ¿Me estás cargando? O sea, ¿qué le pasa a este tipo? Creo que este disco –por más que ahora nos dice muchas cosas– en muchos años nos va a seguir hablando de lo que está por venir. Hay algo de Charly, como parlante futurista de la Argentina”, ilustra. Si Charly nos habla desde el pasado, es como mirar una película.

“Y siempre sus discos son un cachetazo”, añade, como el que el mismo Charly incluye en “Salir de la melancolía” (Serú Giran, 1981), referencia a “Gilda” (1946), clásico con Rita Hayworth donde le canta más de una al poderoso Johnny Farrell. Para Julieta, Charly vino antes que todo. Como Los Simpson. “Entonces las cosas las descubrí por Charly. Cuando vi ‘Gilda’ por primera vez, por supuesto la vi en inglés, pero había algo de la sonoridad de esa escena que me sonaba y cuando le pegó un cachetazo dije ‘no, me estás cargando’. Jamás me había preguntado de dónde salió este sonido, qué película es. Charly escribe esa canción para el amigo que es Johnny Farrell, y también me parece como un gesto totalmente fuera del tiempo: una canción de los ‘80, inspirada en una película de los años ‘40, sobre un tipo mega tóxico, mega celoso, un violento, etcétera, y el tipo le dice «si quieres un consejo, no la mires desde lejos, ni le digas lo que tiene que hacer». Perdón, pero es el feminista menos pensado”, sonríe.

¿Qué se puede hacer salvo ver películas?

En “La lógica del escorpión”, Charly deja hasta una fábula sobre un escorpión que quería cruzar el río y le pide a una rana que lo lleve hasta la otra orilla. “¡Es ‘Mr. Arkadin’!”. Julieta identifica al clásico que Orson Welles estrenó en 1955, donde el protagonista narra el cuento. 

“Realmente para mí eso es nuevo” — destaca— “El tono parece un papá contando un cuento antes de dormir. Si bien hay canciones de Charly con narradores como Alfredo Alcón en ‘30 Denarios’, no había pasado que fuera él”. La referencia pareciera contener una alegoría de sí mismo y hasta de alguna manera evoca el arte de María Elena Walsh.

“Creo que él recontra está en el escorpión. Incluso dice que no quería picar a la rana, pero no pudo evitarlo. Yo pensaba, si la picadura del escorpión es mortal, Charly García es inmortal. Es para siempre. Un veneno que está ahí y no va a salir. Es como la contracara del amor. Cambia tu sangre. Después están las astrologas que discuten si Charly es de Escorpio o de Libra, viste”, remata.

¿Qué lógica explica que varias de las últimas premiadas películas argentinas lleven un tema de Charly García? En el mismo mes que llegó su álbum, y que conmemora La Noche de los Lápices –cuya película homónima de Héctor Olivera de 1986 lleva su “Rasguña las Piedras”–, fue homenajeado en los Premios Sur, de los reconocimientos al cine nacional que entrega la Academia de Cine Argentina. Desde “Argentina, 1985” ( Santiago Mitre, 2022), “El Rapto” (Daniela Goggi, 2023), “Puan” (María Alché y Benjamín Naishtat, 2023), “Alemania” (María Zanetti, 2023), añadiendo los documentales “El Juicio” (Ulises de la Orden, 2023) y “Traslados” (Nicolás Gil Lavedra, 2024), en todas suena Charly García.  

«Argentina, 1985»

Para la nominada al Oscar con Ricardo Darín y Peter Lanzani, Charly canta a la libertad casi como anticipándose al termómetro electoral con “Inconsciente Colectivo”, que lanzó 40 años antes del film, en 1982. «Hoy desperté cantando esta canción / Que ya fue escrita hace un tiempo atrás / Es necesario cantarla de nuevo una vez más». Forma parte de su disco “Pubis angelical”, que proviene de la novela de Manuel Puig (1979) y que además tiene su propia película (1982). 

Tanto “El Juicio” como “Traslados” comparten con la anterior la denuncia a la encarnizada última dictadura cívico-militar: el primero incluye la versión de Charly del Himno Nacional, probablemente una máxima de glorificación patria. «Es como Jimmy Hendrix cuando hizo el himno estadounidense en Woodstock. Es un canto a lo mejor de Argentina, a lo que quisiéramos ser», dijo a la BBC News. Mientras que en el segundo no se oye propiamente al músico sino a Vera Spinetta versionando “Los Dinosaurios” (1982). El tema donde Charly puso a los desaparecidos en melodía y cantó sobre la extinción del mundo como lo conocían. Yendo más atrás, también musicaliza “Los Rubios”, el documental donde Albertina Carri (2003) trabaja y recorre la memoria de sus padres secuestrados y desaparecidos.

Ya en “Alemania”, en una trama que transcurre en los ‘90, Charly suena (y también Virus) marcando una nostalgia. Con “Puan”, el film temporalmente más contemporáneo, Charly dialoga de otra manera, aunque volvamos a “Clics Modernos”. Cuentan que en “Dos Cero Uno” (Transas), Charly se parodia a sí mismo y a quienes le reprochaban aceptar el patrocinio de la firma de jeans. Marcelo (que a su vez es interpretado por Marcelo Subiotto, como si se tratara del mismo juego) decide aceptar la propuesta de viajar a Bolivia y dejar la facultad. “Si me hubieran conocido hace treinta años atrás dirían: ahí va Marcelo, el estudiante de filosofía, el de pelo largo. Me conocen ahora y dicen: ahí va Marcelo, el profesor de filosofía, el pelado. ¿Cuál de los dos Marcelos es Marcelo?”, plantea en una de las mejores líneas del guión. Ese desdoblamiento se reafirma al final cuando suena: «El se cansó de hacer canciones de protesta y se vendió a Fiorucci».

Finalmente en “El Rapto”, el film que adapta la historia de Jorge Sivak – que a su hijo escribe en El Salto de Papá– protagonizada por Rodrigo de la Serna en uno de los papeles que describe como el mejor de su trayectoria, la versión demoledora de “No te dejes desanimar” nos traslada a La Máquina de Hacer Pájaros (1977), del álbum “Películas”. En el libro, Martín Sivak cuenta que cuando aún lo creía inmortal le preguntó a su padre qué canción le gustaría que sonara en su velatorio y respondió “Adagio en mi país” (de Alfredo Zitarrosa). Sin embargo, que la película –que imprime una democracia incipiente con el resabio de “los servicios” activos– cierre con Charly es casi una dedicatoria para espectadores y espectadoras, que percibió el resurgimiento de discursos negacionistas. 

“¿Qué se puede hacer salvo ver películas?”, se preguntó el artista en plena dictadura en aquel álbum donde en la portada se lo ve junto a Oscar Moro, Carlos Cutaia, Gustavo Bazterrica y José Luis Fernández salir de un cine donde proyectan “Trama macabra” (“Family Plot”, 1977, film póstumo de Alfred Hitchcock).

“Charly es un mega cinéfilo, mega mega”, retoma Julieta, que identifica una de las primeras referencias en “Las aventuras del señor Tijeras” (1974), siguen “Alicia en el país” (1980) y “Cinema verite” (1981), como al protagonizar “Lo que vendrá” (de Gustavo Mosquera R.) y sacar un álbum homónimo (1988), y continúan en detalles incluso aún por descifrar. Según recupera Ernesto Semán: IMDB registra 56 usos de Charly en distintas formas de pantalla, además de 18 obras o protagónicos suyos realizados específicamente para el cine o la televisión o las plataformas digitales.

“Charly y Virus se volvieron el lugar común del cine nacional, ¿no?” –confirma la antropóloga y especialista en cine a días de que “El Jockey”, de Luis Ortega, la candidata preseleccionada por la Academia Argentina para los Oscar, llegue a los cines con “Sin disfraz” – “Al mismo tiempo, Federico Moura y Charly nacieron el mismo día, como que pasó la lógica del escorpión liberal”.

“Los que comunicamos y creamos queremos meter a Charly a la fuerza donde sea. Y una también tiene que empezar a entender que se va agotando, como cuando se utiliza tanto un recurso”, señala. Recurrir a esa fuente tal vez significa un sentido de supervivencia y esperanza.

“Es imposible que Charly deje de hablarle a las nuevas generaciones. Te puede gustar o no, interpelar más o menos, pero es una voz que es muy difícil no escuchar. Es tan poderosa su música que realmente cuando aparece en una película, impacta. Es tan fundamental para la historia argentina, para la historia personal, que hacemos un esfuerzo muy grande por llegar a eso”, concluye. Nuestra persecución constante del sentido para no dejarnos desanimar.

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