El pasado 23 de octubre, el Gobierno de la Ciudad anunció el lanzamiento del «Plan de Educación y Desarrollo Humano» para la primera infancia. Esto se inscribe en un cambio curricular para las salas de 4 y 5 años de nivel inicial que hace foco en las materias Lengua y Matemática. De acuerdo con las autoridades del GCBA, se trata de un «plan integral» que busca garantizar la crianza y los primeros aprendizajes en el nivel inicial. «Queremos que desde el jardín, los chicos empiecen a leer, a identificar letras, palabras sencillas, números y hagan los primeros cálculos. Esos aprendizajes son fundamentales para todo lo que vendrá después», sostuvo el jefe de Gobierno Jorge Macri.
Desde la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-CTERA) dieron a conocer su posicionamiento respecto de los puntos presentados. En primer lugar, sostuvieron que «el planteo que se hace desde el Ministerio es el de garantizar la crianza y el cuidado solamente, cuando debe enfocarse centralmente en el derecho a la educación desde la primer infancia». En segundo lugar, «desde el punto de vista pedagógico se plantean como renovación ejes y contenidos que son trabajados hace años, nada tienen de nuevo. El cambio de denominación de las áreas, hablar de matemática y lengua, no es un problema de crianza, sino de enseñar y aprender: esto no se resuelve con precarización institucional y con desprofesionalización del trabajo docente». Tercero, «se plantea la evaluación de manera poco clara al hablar de indicadores ¨con un seguimiento personalizado¨. La evaluación tampoco es una novedad para el nivel inicial: el modo narrativo en que ocurre hace años y se encuentra plasmado incluso en la Plataforma PIP implementada desde 2015 por la gestión de CABA».
Uno de los argumentos del Gobierno de la Ciudad para el lanzamiento de este plan es que -siguiendo los resultados PISA 2015- los niños que son escolarizados a los 3 años tienen competencias mucho más altas que aquellos que comienzan a los 5 o 6 años. Sin embargo, la Constitución porteña establece que la educación es un derecho que el Estado debe garantizar desde los 45 días. «La propuesta quiebra la unidad del nivel, dejando al grupo etario de 45 días a 3 años fuera del ámbito exclusivo de educación», esgrimieron los integrantes de UTE en un comunicado. «La creación de guarderías para lxs chicxs con discapacidades y neurodivergencias va en contra de la inclusión y de las trayectorias educativas que entrama la educación especial», agregaron desde el sindicato comandado por Monona Gutiérrez.
En diálogo con El Grito del Sur, Verónica Ríos -secretaria de Nivel Inicial de UTE- señaló que «sería una novedad que en vez de presentarse un diseño curricular, se presenten expectativas de logro que deban alcanzar las niñas y los niños en función de lo que se espera sepan en primer grado. Esto significa un retroceso muy grande para el nivel inicial, que desde siempre busca ser reconocido como un tiempo de aprendizaje específico y único a lo largo de la vida. En cuanto al seguimiento personalizado, siempre se hace: no existe otro modo de evaluar si no es de manera individual. Es muy grave la concepción de educación inicial como ámbito preparatorio para una trayectoria educativa seria y a cargo de autoridades de educación, siendo una batalla ganada la concepción del nivel con una finalidad propia».
En un contexto de progresivo descenso de la natalidad, no existe una inversión suficiente para el sector de las infancias que permita un acceso igualitario al derecho social a la educación. Por ejemplo, en la Comuna 5 -que abarca los barrios de Almagro y Boedo- no se construye un colegio desde hace más de 20 años y por ello diferentes sectores piden que el espacio de la calle Pringles 340/342 sea una escuela dependiente del Ministerio de Educación porteño.