Las frases de Moria generan eventos canónicos. Al comenzar un monólogo desopilante, que como dicen, no deja ministerio afuera, y que pronuncia con una fluidez asombrosa, Franco Torchia parafrasea a La One: “Si querés llorar, llorá”, dijo la diva, habilitando el desahogo, aunque a vistas de este contexto político polarizado y adverso, más bien se ha tornado en un: “Si no querés llorar, vas a llorar igual”.
Con la pluma afilada de Liliana Viola y dirección de Alejandro Tantanian, “Como Nunca… otra vez” debe su nombre a uno de los dichos más virales de Moria, que comienza con un afectuoso: “Hola, Juampi querido, mi amor adorado 5.15 am en Córdoba Capital, no, Villa Carlos Paz”. El bautismo proviene del “Mucho chongo como nunca”.
“Entraba muy perfectamente la frase”, acerca hoy Juan Pablo Mirabelli. “También era una manera de vernos a Franco y a mí como nunca se nos había visto antes”, asegura a El Grito del Sur, desde la platea junto a su partenaire, como reaccionando a su propio espectáculo.
El show que dio (a) luz hace siete años regresó renovado y sucede en la trasnoche de los viernes en El Teatro Picadero (Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857, CABA), donde se puede ingresar a la sala con un trago y donde está prohibido no grabar con los celulares.
“Cuando Tantanian nos dice ‘yo quiero hacer lo que ustedes hicieron en un bar’, yo lo miraba a Juampi y le decía: ‘este tipo no puede hacer lo que hacemos nosotros porque es una vergüenza’”, comenta Franco. La conversación es un estallido de risas. “Aquello estaba muy bien, lo dirigió un amigo nuestro, Dino Balanzino, pero pensaba cómo va a dirigir eso Tantanian: yo preguntándole a la gente en la platea, la cosa más berreta, y de capocómico berreta, y no porque hayan sido berretas porque hubo grandes capocómicos».
“Pero nuestro juego era el del peor capocómico”, agrega Juampi, que en escena reluce una versatilidad deslumbrante, sobre todo en las miradas y gestos tridimensionales de Silvia Cañoli, la petera del presidente, que por primera vez tiene su propio número.
“Hay cosas que no están en escena, y en los ensayos eran chistes imparables entre nosotros: respecto del cuerpo, por supuesto de la sexualidad, a todo ese mundo del capocómico y la vedette que creo que cuando hagamos algún agregado en breve en el espectáculo van a estar. Esta es una primicia”, revela el periodista.
“Está muy bien dicho, es la primera vedette hombre”, continúa Juampi, tomando su posta. “Ya no quiero definir más a ese monstruo. Es una deformidad fabulosa. Me llama mucho la atención que hay mucha gente que se refiere a mí como «el primer vedette» o «la primera vedette hombre», y no lo puedo creer. Yo me lo tomo en serio en escena. Es un personaje.

Si estamos prácticamente viviendo los ‘90, ¿cómo juegan ese juego de trasladarnos pero también con cierto alivio, de saber que hay lugares a los que no retrocedemos?
Franco: Hace mucho tiempo escuché una definición sobre el menemismo, ya que citás los ‘90, que a mí me gustó mucho. Alguien se refería hacia fines de la década, como tardo menemismo. Y yo creo que esto es un post-tardo menemismo. Y eso está muy presente en “Como Nunca”. Me estoy dando cuenta recién ahora, que voy absorbiendo los textos de Liliana Viola. Porque si es parecido a los ‘90 esto que nos pasa está muy licuado, casi podrido; como si fueran los resabios, de los restos, de los restos, de los restos de aquello.
Juampi: Es como el petróleo que se formó.
Franco: Yo viví plenamente los ‘90. Fui adolescente y empecé a ser joven, entonces los tengo súper presentes. Entiendo que hay una familiaridad, pero a la vez me parece que no y que en todo caso esto es muy residuo de aquello.
¿Cómo le cuentan a alguien que no vino a este café concert, con qué se va a encontrar?
Juampi: Yo les diría que se van a encontrar con una gran cogida. Sobre todo del monólogo del capocómico que es muy feroz y agresiva sin ser agresiva, con mucho swing en el humor pero con mucha bajada de línea. Ese es el plato fuerte porque estamos haciendo humor político en un momento donde no existe. Sobre todo con la gravedad de lo que sucede alrededor, que nadie lo aborde nos llamaba la atención y dijimos: «hagámoslo nosotros».
Franco: Creo que se van a encontrar con un dignísimo retorno del café concert, ese género que tanta gente vio pero que otra no porque no vivieron los ‘60 en la Argentina, ni los ‘70; en los ‘80 se hizo pero mucho menos, y justamente antes hablábamos de los ‘90, ahí prácticamente desapareció, si es que había eran experiencias muy chicas. Esta también es una experiencia chica, más allá de que éste es un teatro comercial pero es chico dentro del panorama comercial, y me parece, desde todo punto de vista, una experiencia distinta: es la medianoche, es un espectáculo de tono revisteril, pero en formato de café concert y tiene una corrosión en su discurso sobre el momento político del país que es cierto que estaba vacante. Es absolutamente así. Es verdad que hoy hay mucha imitadora e imitador en radio y en redes ni hablar, que todos esos recursos propios como del humor político están pero no dejo de pensar que no había un espectáculo que sea sumamente crítico como lo es éste. Me genera mucho orgullo que “Como Nunca” ocupe ese lugar: ese punto de encuentro de los viernes a la noche.
Juampi: Hay una cosa que es notable: cuando salimos del teatro, no se fue todo el mundo. Estamos en esta calle tan divina, pasaje Santos Discépolo, la gente se queda ahí reunida. Está buenísimo porque haciendo otras obras, salía del teatro y ya se habían dispersado.

Franco: El otro día Juampi fue ovacionado al salir, y lo bien que está porque su trabajo es fenomenal. Lo digo yo porque él no lo va a querer decir.
Esa ovación se siente dentro de la sala y es que la Argentina está para chistes. ¿Cómo ven ese vínculo entre les argentines y el humor que nos ayuda a transitar todo tipo de contextos adversos?
Franco: Es una pregunta profunda. Estamos gobernados por un conjunto de personas y de militantes que encontraron en el meme la única herramienta de humor poderosa y para ellos, eficaz.
Incluso cuando terminaron las elecciones, no había memes, lentamente empezaron a aparecer otra vez pero en esas primeras horas no…
Franco: Sí, y yo siento en líneas generales que mucha risa no hay. Vos empezaste esta conversación diciendo si no querés llorar vas a llorar, y es un poco cierto. De verdad, no veo mucha gente divirtiéndose. Y veo el espacio público en general vacío y no me refiero a que las pizzerías o plazas estén vacías sino a que hay una desestimación total del punto de encuentro público. Hay una desmovilización, eso es evidente. Hay un encierro no pandémico. Hay una privatización de la vida que está a tono con el proyecto privatizador del gobierno. En el monólogo digo privatizar el culo, a propósito de tanto discurso del presidente sobre el culo. Uno no ve grandes concentraciones de gente, después podemos pensar si nos gustan más o menos, pero es como si lo público estuviera esfumado. Y en lo poco que queda no veo risa. Capaz que soy yo y es mi mirada por supuesto sesgada, y tal vez no me divierto mucho salvo cuando estoy haciendo “Como Nunca”.
Juampi: No. Yo soy divertidísimo y no me estoy divirtiendo.
Franco: Claro, es verdad. Juampi es recontra divertido, siempre, y está como está.
Juampi: Mirame (risas).
Ustedes logran que nos riamos. Pasan los gobiernos, pasan los presidentes, y Silvia Cañoli sigue firme ahí. ¿Cómo creaste este personaje, Juampi?
Juampi: Fue bastante espontáneo. Una idea que tuve caminando una tarde. Estaba muy presente ese hashtag #LaPeteraDelPresidente y yo dije «tiene que existir». Debería existir. Si fuera presidente quisiera tener. Algo fijo y que sea técnica. Yo tendría muchos requisitos si fuera presidente. Ahí enseguida como nunca no, como siempre, lo busco a Franco.
Franco, parodiás la entrevista en ese formato. ¿Cómo es para vos?
Franco: Cuando grabamos el video original en 2021, que tiene como un millón de reproducciones.
Juampi: Todo el tiempo me llegan notificaciones con las barbaridades que la gente comenta.
Franco: Mucha gente cree que es cierto.
Juampi: Problemón.
Franco: Una empleada de Casa Rosada con 25 años de antigüedad, que se tomó licencia y está al borde de jubilarse; es la madre de una conocida mía, me mandó el video para preguntarme cómo era posible que ella habiendo estado ahí adentro hace 25 años no conocía a la petera del presidente. Cómo podés siquiera preguntarte si esto es verdad.
Juampi: Eso me llamó muchísimo la atención. Nunca siquiera lo hubiese sospechado o intencionado. La idea sí era que fuese hiperrealista, pero nunca me imaginé que estábamos tan rotos como para creer que eso era verdad.
Franco: La entrevista por supuesto que la parodio porque es el género periodístico que a mí más me gusta.
Juampi: Es el género más difícil…
Franco: Ese es un chiste que hacemos interno porque Moria siempre dice que la revista es el género más difícil de todos. Entonces nos decimos eso para consolarnos de todos los errores que vamos o que podemos llegar a cometer.
Franco: Sí, absolutamente. Cuando Juampi me llamó, inmediatamente supe que ahí había un germen de algo poderoso y dije: hay que hacerlo. Pero es muy emocionante ver hoy cómo Silvia Cañoli, la petera del presidente, se convirtió en un personaje en Juampi con crecimiento interior. Yo que lo vi del minuto 0 a hoy es impresionante ver cómo lo habita, es cada día un personaje más grande.
Juampi: El otro día que un amigo vino a verme me dejó un mensaje que decía: Silvia es más Silvia que vos siendo Juampi. Y dije wow.
Franco: Eso es porque él es actor y yo no, y eso me está pasando con otro personaje que tenemos en el espectáculo que es Susabel, la cantante de boleros lésbicos. Veo que brota adentro suyo, que cada día tiene más facetas. El otro día me quedé pensando: me gustaría ver una serie o una película, ¡me encantaría entrevistarla! Ese es el talento desbordante de Juampi. Yo, que no soy actor, esas cosas me maravillan. Porque estoy siempre medio forzado a laburar de mí mismo y no hay nada peor. A veces entrar como en esa especie de esquizofrenia de «¿y ahora qué tendría que hacer siendo fiel a mi personaje público?». El panelismo te lleva un montón a eso, y las redes también. Es insoportable. Entonces autoparodiarte y salirte de vos es invaluable.

Franco, tu monólogo es impresionante y es impresionante la forma en la que lo decís. El capocómico es una de las grandes, por no decir la gran figura argentina machista del espectáculo y como dijimos eso está desarticulado. ¿Cuánto te desafió ese salirte de vos?
Un montón. Este es un espectáculo dirigido por Alejandro Tantanian, que está entre los mejores directores –y por supuesto directoras– del país. Basta ir a ver “Eduardo II” al Teatro San Martín para confirmarlo. Yo sin ser actor me entregué a cada una de sus directivas. Obviamente, lo que me divierte un montón es hacer de capocómico con una vedette hombre.
Hablábamos de cómo actualizaron el show, y la inteligencia artificial tiene un lugar importante. ¿Cómo decidieron incluirla?
Franco: En un espectáculo de estas características, tiene que haber algo en pantalla mientras nosotros podamos salir y cambiarnos. Por supuesto está Diego Penelas en el piano que es majestuoso, pero no estamos en un bar. Entonces sí o sí tenía que haber algún video. Lo que sí estábamos seguros es que no queríamos la inteligencia artificial por la IA en sí misma. Ahí es cuando Alejandro nos mostró el trabajo de Leo Balistrieri, que es quien hace las visuales. No quiero adelantar, pero arranca con un funcionario importante del gobierno nacional. En las funciones siguientes al estreno, incluyó algo nuevo que es divino.
Juampi: Ay, ¿sabés lo que pasó el otro día? Me contó una amiga que vino que dos se pararon y se fueron en el monólogo principal. Me encantó. Vengan para irse también.
Franco: Eso también puede pasar porque estamos ante un gobierno, que como nadie olvida, fue votado por el 56% de la población y si bien pasó un año y se supone que muchos no lo votarían hoy, el nivel de aval que tiene es muy alto. Por supuesto nosotros somos sumamente críticos con este proceso político y eso está bueno que quede clarísimo.
Franco, hace poco dedicaste unas lindas palabras sobre la amistad y sobre Juampi. A modo de cierre: qué significa el uno para el otro. Dedíquense unas lindas palabras.
Franco: Es lo que siento. Sin ponernos del todo lacrimógenos, es cierto que tuve una infancia en la que no jugué mucho y una juventud en la que tampoco pude ser adolescente. Yo era un viejo. Tengo la infancia muy partida en muchos momentos distintos. Algunos donde me puedo ver como un niño, y vuelvo atrás y fui tan violentado y tan maltratado que no me puedo ver como un niño. Entonces tener amigos varones, encima que era infinitamente más maricón de lo que soy hoy, porque después me fui “avaronando”…
Juampi: Todos fuimos más maricones que ahora. Yo ahora soy Malevo Ferreyra.
Franco: Hoy se trata de no tener esas niñeces que ahora están buscando el colmo de esa expresión todo el tiempo. A nosotros nos frenaban permanentemente.

Juampi: A mí me frenaba una madre que era un monstruo, los compañeros que me decían trolo…
Franco: Esa es la reflexión que me devuelve este espectáculo, y eso que estoy vestido de varón… yo no como Juampi –salvo en un momento– “hago de varón”.
Juampi: Cuando repartimos esos roles, dije: «No, él tiene que ser de mujer», porque basta.
Franco: Esta escena me permite sentir que hay algo de recuperación. El Malevo Ferreyra (chocan la mano).
Juampi: Yo, dentro de mi cáscara de loca tilinga, tengo un montón de cosas que quisiera decir y que en algún lugar de mi mente están y que la única persona que las puede poner en palabras y ordenarme ese nivel de pensamiento es Franco. Es una persona que siento que habla por mí. Lo quiero mucho, ¿a quién voy a invitar si no?
Juampi Mirabelli y Franco Torchia, la dupla del humor político que nos hacen llorar, de la risa, y también de la emoción que provoca y evoca la manifestación del arte. Nos adelantan que agregan nuevas funciones para diciembre.





