Es 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y nos encuentra a poco de cumplirse el primer aniversario de Javier Milei como presidente. La comunidad disca no estuvo exenta de la brutal arremetida de este Gobierno, con una batalla cultural cargada de estigmatización, reformas estructurales que avanzan en la quita de derechos y con un ajuste nunca antes visto. Es por esto que, ante una fecha tan importante para nosotros/as, es necesario hacer un repaso de las medidas que afectaron al sector.
Estigmatización y persecución
Ya se nos hicieron habituales las muestras de desprecio hacia las personas con discapacidad por parte del oficialismo. Manuel Adorni, mostrando la radiografía trucha de un perro -mintiendo que una persona había solicitado una pensión con ella-; el Presidente usando términos como “minusválido”, “mogólico” o “enano”. ¿Es casual? La verdad que no, es una manera de instalar un discurso en contra de una parte de la sociedad. Para nosotros y nosotras, este discurso no es nuevo. Siempre fuimos una de las principales variables de descarte y exclusión. “Dejalo ahí al discapacitado”; “Ayúdenlo porque no sabe”; “Dale la tarea más fácil porque no va a poder”. Si bien en los últimos años eso ha cambiado un poco, ahora es peor.
Se nos quiere tratar de chorros por una pensión. Y no es solo un problema de enunciación: a la gran mayoría de personas con discapacidad le llegó una citación por parte de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) para auditar las pensiones. La estigmatización y la persecución es la excusa para allanar el camino para ajustar. Las consecuencias son inmensas. Hay una sociedad que no nos integra, que cotidianamente pone barreras para nuestro desarrollo y para lo cual tenemos que armarnos de fuerza y corazón, con las herramientas que tenemos, para superarlas. Pero ahora, además, tenemos que justificar que no estamos “robando”. Todo esto sin mencionar que para muchas personas con discapacidad, ante un mercado laboral excluyente, la pensión es su único ingreso. La estrategia es clara: aniquilarnos mentalmente y mostrarnos como un enemigo para que no haya resistencia a lo que se viene.
Lo que hay de fondo:
La ANDIS dejó de estar bajo la órbita de la Secretaría General de la Presidencia y pasó al Ministerio de Salud. Podría parecer un simple cambio en el organigrama, pero lamentablemente no lo es. Dentro de la comunidad disca solemos denominar a esto “modelo médico”. En criollo: aquellas políticas que solo se toman en función de que nosotros/as seamos funcionales al sistema. Por eso la discapacidad pasa a ser únicamente un problema de salud, como algo que hay que sanar, enfocando el problema en nosotros/as. Sin embargo, nuestro colectivo viene exigiendo todo lo contrario. Que somos sujetos de derecho; que el problema no somos nosotros/as, sino que hay una sociedad que no nos incluye. ¿Acaso una persona sorda tiene la culpa de no poder expresarse oralmente? ¿O una persona ciega tiene la responsabilidad de no ver y llevarse puestas las baldosas rotas? ¿Acaso yo como usuario de silla de ruedas tengo el problema de no tener la plata para vivir en un lugar con rampas y de no poder desplazarme por donde quiera y no solo donde es accesible?
Esta perspectiva está muy bien plasmada en la «Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad» (CDPCD), a la que Argentina suscribió en 2007 y ratificó en 2008, y que la Ley 26.378 incorpora a la normativa nacional. Es por esto que remarcamos que no es un simple cambio. Ahora somos los vagos o mantenidos a los que hay que sacar del sistema o adaptar para que sean productivos.
El ajuste que ya está
En la ANDIS se despidieron a 370 trabajadores y se cerraron 50 Centros de Referencia donde funcionaban sus delegaciones. Los aranceles de los prestadores se ajustaron por debajo de la inflación perjudicando a los trabajadores, nuestra calidad de vida y los tratamientos, que corren riesgo de ser desregulados. Se suspendieron los medicamentos y las prestaciones profesionales interdisciplinarias, así como los apoyos del Programa Incluir Salud.
Se redujo la asignación de pensiones no contributivas (PNC) en un 98% y la entrega de Certificados de Discapacidad en un 18%. El año pasado habíamos logrado que la Pensión fuera compatible con un trabajo formal, pero este gobierno volvió a decretarla incompatible. Actualmente estamos con el proceso de “auditorías”, aunque sabemos que el presupuesto del 2025 evidencia un recorte de 200.000 pensiones.
El Presupuesto de Milei 2025 para el Programa de Pensiones No Contributivas es de 2.355.823 millones de pesos. Un 22% menos que el presupuesto actual de 2024 ($3.034.853 millones). Y todo esto de la mano del cierre del INADI, la reducción de capacidad en escuelas especiales, o el intento de cierre de hospitales como el Bonaparte.
Orgullosamente Discas
Las personas con discapacidad queremos vivir dignamente, que se respeten nuestros derechos, que se nos considere e incluya, pero sabemos que para conseguir esto es fundamental que no nos dejemos llevar por los discursos de odio. Que no nos dejemos amedrentar ni volvamos a nuestro “closet” disca. Siempre cuento mi historia personal, donde muchas veces ingenuamente quise ocultar mi silla para ser aceptado. Hoy en día, gracias a esta gran comunidad que tenemos, puedo estar orgulloso de lo que soy y es lo que me da fuerza para seguir adelante. Esto me enseñó que si bien mi identidad no es solo el ser disca, tengo que luchar para que se nos respete y esta lucha no es individual sino junto a un colectivo. Ahí es donde radica nuestra fuerza.
Este año, todos estos hechos nos encontraron en grandes movilizaciones unitarias de todo nuestro sector, con asambleas, acompañando a los trabajadores despedidos de ANDIS, con espacios como “Discas en lucha”. También lanzamos “Discasta”, un stream junto a Tiempo Argentino y varixs compañerxs más con quienes quisimos ser una voz más que ponga en agenda la discapacidad.
Este viernes 6 de diciembre, desde las 18 hs, los invito a nuestro último programa y a festejar por nosotros. Aunque nos quieran destruir, nosotros nos tenemos y tenemos que decir bien fuerte que somos orgullosamente discas.