El pasado fin de semana, se viralizó la triste imagen de un grupo de al menos seis personas que dormían -casi en fila- pegadas a las vidrieras de una clásica librería ubicada en la esquina de las avenidas Callao y Corrientes. La foto fue tomada por Alfredo Suhring, quien trabaja desde hace 20 años en ese local y definió la situación como «dramática». Además, el comerciante pidió no naturalizar estos hechos.
Este mismo mes, fueron asesinadas en Mar del Plata dos personas en situación de calle. Una a patadas y otra ahorcada con un cordón. Ambos casos pusieron en evidencia nuevamente la vulnerabilidad de quienes no tienen techo, al estar muchas veces expuestos a la violencia extrema.
El crecimiento de la pobreza y en especial de la indigencia que se registra desde la llegada de Javier Milei a la presidencia han agravado la problemática de la gente en situación de calle. En tiempos de ataques discursivos por parte del Presidente a la población LGBTIQ+, lo cual agita el odio que tienen algunos hacia este sector, lo cierto es que el brote fascista -hoy encarnado en el propio gobierno nacional- viene desde hace algunos años y tuvo como principales víctimas a las personas sin techo.
El Grito del Sur dialogó con Horacio Ávila, referente de Proyecto 7 -organización que nuclea a personas en situación de calle en la Ciudad de Buenos Aires-, en las vísperas de la marcha antifascista y antirracista de este sábado 1 de febrero.
La foto que circuló de personas en situación de calle el otro día en pleno centro porteño preocupa mucho, no es algo nuevo pero habla de la profundización de la problemática. ¿Qué está pasando respecto a la situación de la gente sin techo bajo el mandato de Jorge Macri en la Ciudad?
Nosotros lo dijimos a principios del año pasado, cuando salió el DNU y la Ley Bases: que con todas las medidas que estaban tomando, iban a producir una gran pobreza extrema. Cierre de lugares de trabajo, disminución de trabajos temporales o informales -como la mujer que limpia en una casa, el cartoneo, la gente que hace changas de distinto tipo como las reparaciones, entre otras- son los principales motivos. Es muy común que compañeros nuestros trabajen en lavaderos de autos, pero ¿quién puede pagar hoy 15 lucas para lavar un auto? Sumado a que no se actualizó el subsidio habitacional y se desregularon los alquileres, todo este combo generó que haya un montón de gente en la calle. La foto de ese muchacho, que hace 20 años que labura ahí, es una muestra clara y concreta de lo que pasa también en el resto de la Ciudad de Buenos Aires. Era sabido que esto iba a suceder.
La metodología de la «limpieza» de gente en situación de calle es enarbolada por Jorge Macri, otros referentes de la derecha como Ramiro Marra incluso hablan de que «la calle no es para dormir» revictimizando a este sector. ¿En qué contexto se inscribe esta avanzada general contra las personas en situación de calle?
Es más de lo mismo: todo lo que es negro, pobre y diferente va a ser criminalizado por la derecha. Esto es histórico. Las personas en situación de calle entran en ese contexto del discurso de Davos y de las declaraciones de energúmenos como Marra, a quien invitamos a ranchar en Congreso ya que se quedó sin laburo. Hay minorías que están estigmatizadas y criminalizadas, así como puestas en el lugar de lo feo y lo malo. La calle está llena de personas no binaries, es una realidad. Más allá de la invisibilidad que se le intenta dar a la gente en calle, vos no podes decir que es una buena gestión si hay 400 personas durmiendo alrededor de la Casa de Gobierno. A Milei no le importa, a Macri tampoco pero le desmerece su gestión. Nosotros laburamos hace 20 años con Proyecto 7 y quiero decir también que siempre los compañeros y compañeras podían acceder en forma gratuita a los polideportivos de CABA mediante la presentación de una nota, pero este año nos dijeron que no. Es otra forma más de discriminación porque no se están contemplando las situaciones de mayor vulnerabilidad.

La gente en situación de calle ha sido víctima de ataques fascistas por parte de grupos de odio en los últimos años. ¿Qué rol juegan organizaciones como Proyecto 7 en eventos como la marcha federal antifascista de este sábado?
Por supuesto que vamos a estar. Está el famoso escrito de un presbítero alemán, que decía: «Fueron por los comunistas y yo no me preocupé porque no era comunista. Después vinieron por mí y no había nadie que me ayude». Eso es así. Nosotros somos perseguidos, reprimidos y encarcelados por lo menos desde hace 17 años en la Ciudad, y antes también, pero principalmente durante las gestiones del PRO. No podemos no estar porque lo sentimos en carne propia. Tenemos compañeros, compañeras y compañeres que son travestis, trans, gays y lesbianas, son parte de nuestro colectivo y por ello estamos pendientes de esas situaciones. En la Ciudad hay una persecución constante desde hace mucho tiempo y no termina nunca. Jorge Macri se siente amparado por el gobierno nacional, aunque ahora se intente diferenciar un poco por las elecciones mostrando un perfil un poco más humano de alguien que no es humano. Kravetz, por ejemplo, es un nazi declarado y con él empeoraron las cosas. Y hoy no hay más compañeros presos porque no tienen dónde meterlos.
¿Cómo se están organizando actualmente para frenar el hostigamiento, la persecución y criminalización de las personas en situación de calle?
Venimos haciendo presentaciones judiciales y amparos por distintas situaciones, recorriendo bastante la calle junto a compañeros y compañeras, haciendo desayunos y meriendas así como ollas. De esta forma logramos ver la realidad de todo el conjunto. Todo el tiempo nos llama la gente: ayer, por ejemplo, me mandó un mensaje una mamá que está junto a su nena y su marido en situación de calle en Villa Devoto. Ya no estamos hablando de un lugar céntrico, sino de la periferia. Núñez también está explotado de gente viviendo en la calle. Esta es la realidad y vamos dando la pelea a medida que se van presentando las cuestiones. Por supuesto que hay sectores que nos acompañan, pero si nosotros no damos la pelea nadie sale a defendernos. Ya tomamos la decisión de que este año vamos a hacer el tercer Censo Popular sí o sí.