Al grito de “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”, una multitud en la cual no faltaron pecheras verdes y marrones entró al salón Jorge Julio López de la Secretaría de Derechos Humanos. Allí, este jueves 2 de enero, despuntando el año y apenas quitándose el sopor húmedo del feriado, se realizó una asamblea abierta a la comunidad. En el predio de la ex ESMA, sindicatos, agrupaciones y trabajadores se sumaron a la medida. Periodistas y militantes acompañaron. No faltaron cámaras, grabadores y carteles que apuntaban al núcleo del meollo. “Sin trabajadores no hay memoria”, pudo leerse.
La asamblea abierta fue convocada luego de que el último día del año 2024 una gran cantidad de los trabajadores de la Secretaría se enteraran a través de WhatsApp de que eran dispensados de sus puestos de trabajo, es decir suspendidos por un mes. Están los que aún continúan con el futuro laboral incierto. También hay un grupo que aceptó los retiros voluntarios ante el desgaste y la estigmatización de la gestión pública. El mensaje llegó a través de emisarios del secretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, quien está lejos de despertar simpatía entre los empleados.
“Nos encontramos en la puerta del organismo con cuatro agentes de las fuerzas de seguridad, que tienen un listado con los nombres de quienes pueden entrar a realizar las tareas diarias y quienes no”, explicó a este medio Paula Donadío, delegada de ATE y empleada de la Secretaría de Derechos Humanos. Los despidos podrían llegar a alcanzar alrededor de 500 personas. Algunas de ellas fueron detenidas en ese mismo centro, otras son familiares de desaparecidos, muchos son militantes históricos de los derechos humanos. Hay quienes tienen más de veinte años de antigüedad. “Las tareas que realizan estos trabajadores van desde la preservación de pruebas de juicios de lesa humanidad hasta tareas culturales y con la comunidad educativa, como en el Centro Cultural Haroldo Conti, que tienen que ver con la promoción de los derechos humanos”, aseguró Paula.
El pedido de la asamblea fue el rechazo total a los despidos y el repudio contra el desmantelamiento de políticas de memoria históricamente conquistadas. Si bien a nadie le sorprende lo que está sucediendo, ya que había sido anunciado en la campaña, asusta el tamaño del desguace libertario.
“El 31 de diciembre comunicaron por Whatsapp que nos dispensaban de nuestros puestos por un mes y nos iban a convocar a quienes ellos creían que éramos indispensables, es decir a los de planta permanente, que somos alrededor de 20 trabajadores de los 90 de todo el Centro Cultural”, aseguró sobre el futuro del Conti Melisa Hobert, delegada de ATE y trabajadora del área de prensa.
El cuerpo de trabajadores organizados viene luchando desde marzo pasado contra los despidos sin soltar la mano a nadie. Además reclaman por la falta de nombramiento de autoridades, lo que refleja la poca importancia que el Gobierno le da a las políticas de derechos humanos.
“Vinieron a destruir las políticas de Memoria, Verdad y Justicia y si no lo hicieron más rápido, si tardaron un año en hacerlo, fue gracias a los trabajadores y trabajadoras que venimos defendiendo desde el año pasado y el anterior”, aseguró frente a la multitud Nana González, delegada de ATE y trabajadora del Centro Cultural Haroldo Conti. “A los pocos que quedan de planta permanente le están rebajando el sueldo a la mitad”, continuó. “Son transversales los despidos”, señaló Nana sobre las políticas de crueldad lideradas por Baños.
El 31 de diciembre, los empleados estatales se enteraron de que el Centro Cultural Haroldo Conti se cierra y que los pocos trabajadores que quedan van a ser dispensados durante enero para trabajar en la reestructuración y revisar la programación del mismo.
“Los que estamos acá sabemos del compromiso y el profesionalismo que durante todo este año sostuvieron desde el Conti para poder continuar sin que tuviéramos autoridades nombradas ni presupuesto”, subrayó González. Además de la situación del Conti, se puso énfasis en los demás centros de la memoria afectados, entre ellos el Sitio de la Memoria Virrey Cevallos en el cual fueron despedidos todos los trabajadores, razón por la cual no puede abrirse el lugar.
“Estamos discutiendo la identidad de nuestro pueblo, no estamos discutiendo solamente puestos de trabajo. No estamos discutiendo salarios, estamos discutiendo el presente de nuestros pibes. Estamos discutiendo el futuro de nuestra patria. Por eso compañeros solamente salimos con una victoria”, aseguró Daniel “Tano” Catalano, secretario general de ATE Capital.
“Está en peligro la memoria de lo que pasó en la dictadura. No sabemos qué puede pasar con los archivos”, dijo Nina Brugo, integrante histórica de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y abogada de derechos humanos “No es solamente el despido de los trabajadores, que es gravísimo, sino la memoria de lo que sucedió en el gobierno de facto”, aseguró.
Como repasa Luciana Bertoia en una nota para Página/12, el Centro Cultural Haroldo Conti se creó en el año 2008 de la mano del militante de derechos humanos Eduardo Jozami. No sin dificultades y recortes, sobrevivió durante el macrismo y durante el gobierno de Alberto Fernández fue la actriz Lola Berthet quien estuvo al frente. En el Conti hay 87 trabajadores, de los cuales 20 se encuentran en planta permanente y el resto en planta transitoria, cuyos contratos no serían renovados. De acuerdo con la versión oficial, “el centro cultural permanecerá con sus puertas cerradas y sin trabajadores para avanzar con el armado de los equipos y definir la grilla de actividades para el año”. Según Baños, “el Conti ya no se centrará en el período del terrorismo de Estado”. Este importante lugar para la cultura local y nacional cumpliría 16 años de funcionamiento este 2025.
“Paro, paro, paro, paro general”, vociferó la multitud. Quienes tomaron la palabra fueron críticos con la posición de la CGT, a quienes exigieron medidas de fuerza drásticas. De hecho, se planteó la necesidad de organizarse desde abajo con articulaciones que posibiliten urdir un plan de lucha. Los empleados estatales son los primeros que saben que la contienda es cruel y desigual, y se basa en el desgaste de las y los trabajadores. Amedrentados con discursos de odio basados en el argumento de que son supuestos “ñoquis”, que están de más, o no trabajan, el Gobierno logró conquistar parte de la opinión pública.
Que la única manera de salvarse es estando todos juntos fue una posición unánime de quienes tomaron la palabra, invitando a habitar los espacios de memoria. Otra de las conclusiones generales es que el ajuste no está hecho para ahorrar en las áreas públicas, sino para destruir las políticas de memoria. En reclamo por los despidos, los trabajadores están organizando un plan de lucha que continuó este mismo jueves con la movilización al Ministerio de Justicia al concluir la asamblea y la participación en la ronda de Madres de Plaza de Mayo a las tres de la tarde. Además, se planea una misa el viernes 3 a las 11 hs con la presencia del padre Lorenzo “Toto” de Vedia. El sábado se realizará un festival sobre la calle Libertador con velas a las 18 horas bajo la consigna “Una memoria que arde. El Conti en guardia”.
