Cantante, escritora, actriz, docente, traviarca y sudaka, son algunas de las palabras del frondoso campo semántico que aparecen cuando se googlea a Susy Shock. Dueña de un sonido único y una voz incansable, entre zambas y bagualas, la histórica activista deslumbra con su música cada vez que sube al escenario, acompañada de su banda. Cuando se la interroga se nota su capacidad crítica y la versatilidad para entrar y salir del campo político como pez en el agua.
De padre pampeano y madre tucumana, Susy nació en la Ciudad de Buenos Aires hace 56 años. En 2011 editó el poemario “trans pirado” y “Relatos en Canecalón”. También escribió columnas en Soy, de Pagina/12, y algunos de sus textos formaron parte del compilado La bombacha apretaba sus testículos, de Ediciones Alterarte-S-tudios. En 2013 llevó adelante el ciclo radial Crianzas, producido por la Cooperativa Lavaca y en 2020 creó micros poéticos travestis para Radio Nacional Rock.
En 2013 protagonizó la película “Andrea. Un melodrama rioplatense”, dirigida por Édgar De Santo. La película se presentó en diversos festivales internacionales durante 2014, como en el Festival de Cine Pink Latino en Toronto y el Festival Gay de Río de Janeiro.
En 2019 editó su segundo disco titulado «Traviarca» junto a la Bandada de Colibríes y comenzó una gira por Europa, llegando a ser nominado en la categoría «Mejor disco conceptual» en los premios Carlos Gardel.
Luego de los discursos homofóbicos y de odio hacia el feminismo que el presidente Javier Milei desplegó en el foro de Davos, se teme por una arremetida gubernamental que busque desandar los derechos conquistados, como la ley de Identidad de Género, el matrimonio igualitario y la figura del femicidio en el Código Penal.
El Grito del Sur dialogó con Susy Shock para reflexionar de cara a la marcha antifascista y antiracista convocada por los movimientos feministas para el sábado 1 de febrero. También se la consultó respecto a la realidad que atraviesa el colectivo travesti-trans bajo el gobierno de La Libertad Avanza. Sobre aquellos que tildan al trava-feminismo (término que ella misma utiliza) de jacobinas, la escritora reflexionó: “La autocrítica la tienen que hacer quienes estuvieron en el Gobierno, quienes ocuparon roles de poder, que han estado mucho más atrás que las bases”.
¿Cómo recibiste el discurso del Presidente en el foro de Davos?
Sin ninguna sorpresa, porque es una persona que nos odia. En todo caso me parece que con esta aparente impunidad que le da un año de gestión, se envalentona en situaciones que son absolutamente peligrosas. El discurso del presidente Milei en Davos nos reagrupa y nos pone en estado de alerta. No solamente a nuestros colectivos trava feministas, sino a todos. Excede el género, tiene que ver con los derechos humanos. Ojalá sea el puntapié para organizar el odio y el miedo en otras propuestas e ir construyendo la posible salida que hasta ahora la política tradicional no ha dado.
¿Qué expectativa tenés para la marcha del sábado?
Que seamos muchas personas. Hay mucha gente marchando en sus nichos de pertenencia desde hace un año, la idea es que nos podamos reunir. Muches de nosotres hemos estado acompañando estas luchas -como la del Hospital Bonaparte o los espacios de memoria- desde el ascenso de Milei. Mi expectativa es que sea el comienzo de muchas marchas antifascistas. Considero que tal vez esa sea la palabra que haya que empezar a pregonar. Hay un límite ahora: sos fascista o antifascista, estas de un lado de la vereda o del otro. Estaría bueno que los candidatos, este año que hay elecciones, se animen a decir que son antifascistas.
¿Te parece que el feminismo debe hacer una autocrítica de su rol? Hay quienes dicen que “se pasó tres pueblos”.
Yo creo que lo primero que hay que asumir es que no se logró la justicia social. Así que hay que tener mucho más respeto con los trava-feminismos que están vivos y que los miran. El camino no se hace con menos feminismo, este es el piso. La autocrítica la tienen que hacer quienes estuvieron en el Gobierno, quienes ocuparon roles de poder, que han estado mucho más atrás que las bases. Asimismo, creo que éste es un momento en el cual resulta necesario unirse con todos aquellos con los que tengamos uno o dos puntos en común, porque esto puede llegar a ser la última oportunidad de armar un nuevo espacio democrático. Necesitamos unirnos porque ellos están rifando el país, lo están endeudando, una realidad que es violenta.
¿Cuál es la realidad del colectivo travesti-trans bajo este gobierno?
La realidad es que lo poquito que habíamos logrado se desintegró. Es un sector de la sociedad que siempre termina siendo el último orejón del tarro. Antes no vivíamos en un paraíso, pero habíamos logrado vivir conforme a las reglas de la sociedad; de hecho, el cupo laboral travesti-trans viene a eso. Si alguien había podido alquilar o tener una obra social, ahora eso se desintegra. Yo soy una artista que tuvo muchos privilegios porque mis papás siempre me quisieron y me permitieron estudiar teatro, pero no tiene nada que ver con la realidad de nuestra comunidad que sigue siendo estrictamente pobre.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias en caso de que se vuelva atrás con el cupo?
En primer lugar hay que decir que el cupo nunca se terminó de cumplir, nunca se terminó de implementar esta ley a la que no le dieron la trascendencia necesaria. Si se vuelve atrás, ese pequeño porcentaje que se había logrado establecer en la sociedad va a perder lo poco que ha obtenido, que va desde un trabajo registrado hasta una obra social. Es necesario que se escuche finalmente a los trava-feminismos, porque es una filosofía que tiene que atravesar todo el próximo gobierno. No es un slogan, es una realidad. No hay posibilidad de construir algún movimiento de derechos humanos sin la cuarta ola feminista. Hablo de los propios y ajenos, porque parece que ahora los políticos del campo popular también quieren imitar a la derecha para conseguir votos. En el fondo si no estamos nosotras para construir otra manera de hacer política, todos se asemejan.
Estuviste en la lucha por la ley de Identidad de Género. ¿Qué sentís cuando se dice que está en riesgo?
Creo que hay que hablar con nuestra dirigencia, exigirles coraje, exigirles que se posicionen, porque es un Congreso que en general le votó todo lo que quería al Gobierno. Tienen que entender que detrás de esto se juega un país entero. Nosotras queremos ser parte de la discusión, queremos ocupar un lugar en ese nuevo país. Hay que aprovechar nuestro enojo y nuestra rebeldía. Hay que aprovechar a la juventud, que no pasó el 2001 y que no tiene muchos de los miedos que una tiene. Hay que abrazarles, escucharles, seguirles. Ahí hay algo poderoso. Dentro de todo este mariconazgo va a surgir algo nuevo. La ley de Identidad de Género le permitió a las personas travesti-trans llegar a un piso mínimo de derechos, no tener que afrontar un país que las desconoce. Pero es una construcción cultural que se discute todo el tiempo, no es que hay una ley y está todo resuelto.

¿Qué le dirías a aquellas personas que forman parte de la comunidad pero pregonan las ideas de la derecha?
Hace años en la Marcha del Orgullo vemos carrozas de la derecha con los candidatos de la derecha saludando como vedettes sin que a nadie le parezca horroroso, sin que nadie les marque la cancha de que ese es nuestro lugar, nuestra celebración. Esto se da porque hay sectores burocráticos que les permiten que estén ahí, que están cómodos con los logros de la comunidad. Hay un sector muy fashion que no tiene nada que ver con el puto pobre conurbano. Ese es el combate final, el combate cultural, la lucha de clases, por eso es importante el rol de quienes nos abroquelamos en el arte. Igual considero que ahora hay que armar un gran frente antifascista con aquellos que tenemos algo en común. Hay que travestizar los partidos y no al revés, lesbianizar los partidos. La batalla cultural es a lo que realmente le tienen miedo. Les resulta peligroso que los trava-feminismos venimos a discutir el mundo, lo horroroso y desigual de este sistema capitalista. Nosotras no nos queremos parecer a ellos y eso es peligroso.
Sos una artista multifacética. ¿Cuál es el rol del arte en estos tiempos históricos?
Nosotras venimos haciendo arte a contramano de todos desde hace décadas, desde que comenzamos. Venimos a alumbrar, a ser espejo de esos chicos que se ven reflejados en una canción que los nombra y que no solo habla de historias de amor heterosexuales. Eso sirve para luchar contra la soledad, hacer comunidad, crear símbolos. Creemos más en nuestras canciones que en nuestra dirigencia, ni más ni menos.
Frente al desprestigio del término, ¿qué representa para vos la palabra “Libertad”?
Para mí la libertad representa todo. Se la vamos a quitar, porque la usan mal, la avasallan, la destruyen, la deterioran, la lastiman.
